FUE EN UN 5, 6, 7, 8...

Capítulo 1: Cinco

Era un día normal, como cualquier otro, aunque mi ánimo no era el mejor de todos.

Me vestí como siempre, ropa ancha, un tanto desaliñada y partí a clases.

Entré a la sala de ensayo sin mirar a mí alrededor. Me sentía cansada y quería pasar desapercibida, ni siquiera tenía ganas de saludar a mis compañeras más cercanas.

... Me ubiqué en la parte posterior, alejada del resto...

Comenzó el calentamiento. Todo iba bien y mi ánimo mejoraba de a poco, pero seguía sin percatarme del grupo de personas que me acompañaban.

El maestro bajó el volumen de la música solicitando nuestra atención para dar una información. Levanté la vista en busca de su cara, y al mirar hacia el espejo, me encontré con un rostro desconocido, que en cosa de segundos, despertó una increíble curiosidad en mí. Era un chico hermoso, su piel dorada y sus ojos almendrados llamaron mi atención de inmediato — resaltaba entre la multitud. No era común ver una cara así en esa sala de ensayo.

Me costó concentrarme mientras el Señor García nombraba los objetivos de la jornada, ya que mis ojos sólo querían saber más acerca de esa nueva persona que hoy nos acompañaba.

Durante el transcurso de la clase, impresionantemente ese chico logró, con cada movimiento que hacía, apoderarse de mi mirada por completo. Bailaba magnífico, y yo, pues yo no podía enfocarme en la coreografía por más de unos segundos — ¡Nunca en mi vida había visto un hombre así!— Tenía una fuerza increíble al bailar, un gran control corporal que le permitía ejecutar todo con mucha precisión y estilo. — Por más que lo intentaba, no conseguía apartar mis ojos de él.

"Sentía vergüenza, pues, me veía desastrosa y no hacía nada bien. Si llegaba a llamar la atención de ese maravilloso ser, sería, única y exclusivamente, por mis constantes errores".

En un momento de lucidez, decidí enfocarme, olvidar su presencia y bailar lo mejor posible — ¡Has perdido demasiado tiempo en ese chico! ¡Debes volver a tus cabales, _____! Fue mi muy severo autollamado de atención.

De vuelta en el planeta tierra, me comprometí con la clase y logré sacar la coreografía, aunque con mucha dificultad. Mi cabeza había decidido volar de esa sala de ensayo y soñar despierta durante mucho rato, por culpa de ese hermoso hombre, que hoy y de la nada, había aparecido frente a mí.

***

Todo iba bien, hasta que llegó ese momento odiado por muchos...

El maestro nos separó en grupos para salir a ejecutar lo que habíamos aprendido.

— Muy bien, saldrán en grupos de 5 personas. Vas tú, tú— comenzó apuntando a distintos compañeros— ¡Kim, tú también! — dijo el maestro, señalando al chico hermoso.

El muchacho, al ver la señal, se paró y se ubicó adelante y lo hizo excelente!— Estoy segura de que yo, no era la única que no podía quitarle los ojos de encima.

Llegó mi turno, estaba inmensamente nerviosa, quería hacerlo bien, quería que se fijase en mí, aunque fuese por un par de ochos — así contamos al bailar.

Comenzó la canción y me dispuse a dar lo mejor.

...Bailé como nunca antes y me sentí totalmente satisfecha con mi desempeño...