𝐕𝐈𝐈𝐈. 𝐂𝐨𝐥𝐦𝐨

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Después de esa madrugada, todo empezó a ir de mal en peor.

Llevaba más de tres días sin un momento de descanso, pero sentía que cada uno de sus logros eran significantes en la vida de los demás. Primero, y lo más importante, no lograba encontrar un espacio donde poder hablar con el hijo de Miller, el niño seguía insistiendo en tener una cita con él, pero Harry además de fastidiado, deseaba no tener que hacerle un interrogatorio.

Después tienen la reformulación del caso, donde Derek y Marine trabajan todos los días, haciendo especulaciones, solicitando pruebas al laboratorio forense, llenando de anotaciones  la sala de juntas. Qué por cierto, ahora cuenta con un aroma varonil y a café rancio de lo mucho que se toman enserio su trabajo.

Su prioridad también es un breve problema. Aunque estuvo casi cinco horas seguidas intentando dialogar con Liam para que moviesen a Zayn a una asociación sin necesidad de preguntar a la familia del moreno, el protocolo que seguían en la Estación era más importante que movilizarse para hacer el papeleo más ameno. Incluso Tomlinson intentó ayudar a su compañero, pero la negación fue la respuesta que obtuvieron.

La víctima se quedaría en vigilancia al menos por un día más, así que al menos no lo harían regresar a su rutina desquiciante.

Maldito manual de justicia.

Sin embargo, en cuanto llegó a su departamento, encendió su computadora y se dispuso a llamar sin cesar cada Asociación, Casa hogar, Institución de ayuda a víctimas de trata e incluso Alcohólicos anónimos (perdónenlo, estaba desesperado), para ayudar al chico lo más pronto posible. Ya cuando sus ojos se cerraban por el cansancio y su respiración se volvía más pasada, el buscador se detuvo en una página con un título bastante alentador.

—Centros de Atención al Maltrato Intrafamiliar y Sexual de Midwood, Brooklyn— Harry sintió como si le hubieran una dosis de adrenalina, mandando al diablo su sueño.

Se levantó de su sofá, y fue hacia la cocina para prepararse un té de menta para eliminar el resto de su insomnio, sacó de su refrigerador un poco de queso para prepararse un sándwich antes de seguir con su ardua investigación. En el momento que colocaba un poco de mantequilla en la sartén, el sonido de su celular lo sacó de si un poco. Apagó la flama y fue hacia la mesa de centro.

Deslizó su fondo de pantalla y una sonrisa apareció en su rostro. Él imaginaria que siendo las dos y media de la mañana, todo disfrutarían de un buen descanso, pero Louis siempre era la excepción.

L: ¿Estás?

Se quitó los calcetines, para poder sentarse a gusto en el suelo.

H: Sip, buenos días, apreciado Louis. Apenas nos vimos hace unas horas y ya me extrañas, que tierno eres.

L: Cállate.

H: Cállame.

Harry no pudo evitar reírse imaginándose la expresión del castaño. Pasaron más de dos minutos y seguía sin respuesta del ojiazul, así que se dispuso a volver a hacer su cena, sin contar que su tono de llamada lo alcanzó antes de colocarse azúcar a su taza rosada. Ya sabe quién es el que se encuentra del otro lado de la bocina.

—Entonces, tú manera de callarme, es ignorarme por varios minutos, que desconsiderado eres Lou— puso su teléfono en altavoz, mientras seguía cocinando. El ojiverde tiene una gran habilidad con hacer varias cosas a la vez.

—No sabía que responder, pero quería escuchar tu voz aunque sea por un rato, ¿te desperté?

Harry era muy bueno escuchando, así que con facilidad detectó que su compañero se encontraba viendo las caricaturas en su televisor. Últimamente piensa en cómo se verá el castaño en su hogar, imagina que usa pijamas con estampados animados, incluso piensa que en su refrigerador hay una cantidad absurda jugos con exceso de azúcar. Cuando fue al supermercado, encontró una caja de paquetes de leche de chocolate con la portada de superhéroes, y pensó en comprarlas.

𝐅𝐞𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐥.𝐬Where stories live. Discover now