AFRONTAMIENTO
Sus facciones se habían suavizado, pero estaba segura de que no estaba completamente tranquilo. Más bien estaba aceptándolo. Necesitaba ayuda, aun cuando no quisiera y aunque yo no era la persona de quien la esperaba, aceptaba que probablemente era la única que podía dársela.
Dejó caer la cabeza con cansancio sobre el volante y se quedó así por unos segundos.
Yo me giré hacia la ventana, pensativa. Pensé en mi madre, en mi padre que era de quien obtendría lo que buscaba, pensé en lo molestos que estarían si se enterarán. Pensé en Samantha, en cómo había creído que al final había cedido alejarme de ella y ahora estaba más involucrada que nada. E inevitablemente pensé en Eiden.
Él fue al que más le había mentido y estaba segura de que sería quien más se molestaría.
—Domingo —la voz de Aaron me sacó del hilo de mis pensamientos.
—¿Eh?
—¿Puedes conseguir eso antes del domingo? —cuestionó.
Había levantado la cara, ahora solo miraba hacia el frente, como si no quisiera verme, como si el mirarme le produjera algo. Siempre noté eso en él durante esos momentos, esa crispación momentánea e inconsciente, como si por instantes se perdiera a él mismo en sus pensamientos y quedara en el limbo.
Me quedé callada unos segundos. Domingo. Eso era en tres días. Mi cerebro hizo un cortocircuito apenas procesó esa información. No esperaba que todo fuera tan apresurado.
Me recompuse en el asiento para mirarlo a pesar de que él seguía sin hacerlo. Incliné la cabeza e hice una mueca de pensarlo.
—Los planos del hospital los puedo conseguir hoy mismo —comencé a explicar—, sin embargo, los itinerarios los puedo conseguir hasta mañana. Tendré que buscar la manera de asistir con mi madre al hospital para conseguirlos.
Esa última parte era la peor. Los planos del hospital se encontraban dentro de nuestra casa en la oficina de mi padre, siempre llevaba una copia a casa, ya sea para trabajar en casa o como mera copia de seguridad. Por otro lado, conocía un poco del mecanismo de mi madre sobre sus documentos, siempre los mantenía en su oficina, era como su lugar seguro, además de que pasaba más tiempo ahí que en casa.
—Supongo que podremos comenzar hoy mismo con todo —mencionó, girando las llaves del carro y haciendo andar el motor de nuevo—. Con los planos es suficiente por ahora, ya mañana podemos arreglar lo demás.
Hoy mismo.
Hoy empezaba todo.
—Sí, claro, pero...—lo dudé, queriendo evitarlo o no, la situación ya estaba sobre la mesa y esa persona que iba a mencionar de una u otra manera también lo estaba—. ¿Y Eiden? ¿Cuándo se enterará?
Aaron enarcó una ceja y soltó una risa combinada con un resoplido.
—No sé, pero debemos hablar con él y hacerlo con calma para que lo comprenda, o por lo menos digiera algo antes de que nos quiera matar.
—¿En serio crees que se moleste tanto?
—No le va a dar ni la mínima gracia, Allison. Si te pidió que te alejarás era por algo. Esto no le va a caer nada bien, menos que lo comenzáramos a sus espaldas.
—Lo sé —fue lo único que pude decir. Estaba siendo una gran mentirosa con muchas personas.
No quise seguir divagando en eso, era mucha culpabilidad tirada al hombro, miré por el retrovisor sumiéndome en ese silencio ligero que se había acentuado en nuestras cabezas. Era como si cada uno estuviera inmerso en sus propias cosas, cada uno lidiaba con lo que estaba pasando en esos momentos a su manera. O peor aún lo que eso representaba.
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Cicatrices
RomanceAllison Hallen llega a un pequeño pueblo junto a sus padres con la esperanza de dejar su pasado atrás o poder comenzar de cero, pero conoce a un chico que de una u otra manera se meterá en su vida. Ambos tienen un pasado tormentoso e incluso un pres...