Capitulo 45.

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Los ojos de Angelo se abrieron de golpe, tal parecía que estos saldrían de sus orbitas, pánico acompañado de furia los decoraba, hizo el intento de levantarse, tratando de huir, pero los brazos de Mark envolvieron su cuerpo, regresándolo al suelo y sometiéndolo, no le dio tiempo de tratar de pelear, ya que varios hombres uniformados entraron a la habitación, apuntando con sus armas en dirección a él.

Mark se dejó caer a su lado, aliviado de que la policía había llegado a tiempo, pero esa sensación de alivio se esfumo tan pronto como observo como subían el cuerpo de su hija sobre una camilla, para llevarla a la ambulancia. Todo fue ajeno para Mark, no presto atención a como Angelo despotricaba y luchaba para que lo soltaran, tampoco presto atención al oficial que le estaba hablando, para Mark todo parecía una pesadilla, estaba tan abrumado por caer en cuenta de todo lo que acababa de pasar que ni siquiera noto a Rose quien recién había recobrado la consciencia.

Mark en ese momento no sabía nada, estaba en un trance del que en cualquier momento saldría, mas sin embargo sus pies se dirigieron con voluntad propia hacia la ambulancia, donde estaba su hija.

Tan pronto como entro en la ambulancia esta emprendió marcha a toda velocidad hacia el hospital, escuchaba las voces de los paramédicos diciendo algo, pero estas sonaban tan lejanas como para poder comprender lo que dijeran.

Solo dio señales de estar presente cuando observo como los paramédicos comenzaron a administrarle medicamentos por medio de inyecciones y una máscara de oxígeno fue puesta, Mark con voz frenética se apresuró a preguntar

—¿Qué está pasando?

—Su ritmo cardiaco está disminuyendo considerablemente, si no llegamos rápido podría sufrir un derrame cerebral, al parecer fue golpeada reiteradamente en el cráneo, podría acarrear muerte cerebral. —Hablo uno de los paramédicos.

Era crudo, no trato de endulzar o aligerar las palabras, pues al fin y al cabo qué sentido tenia darle esperanzas a la familia de alguien que estaba en ese estado tan crítico, al final dolería más, porque siendo realistas Astrid no tenía muchas posibilidades de sobrevivir, aunado al daño cerebral que sospechaban tenia, había perdido demasiada sangre y su pulso era cada vez más débil, era como si en cualquier momento ella respiraría por última vez y su corazón se detendría, cubriéndola en la nubla de un sueño del que jamás regresaría.

Mark jamás en la vida había sentido tanta rabia e impotencia como en ese momento. Rabia hacia Dios por permitir que a su hija le sucediera todo aquello y hacia el mismo, se culpó creyendo que si se hubieran marchado días antes nada de eso estaría sucediendo. Impotencia de no poder hacer nada por ayudarla, era doctor, pero incluso el mismo en su desesperación sabía que tratar de hacer algo en el estado tan desequilibrado en el que se encontraba era una locura, incluso por querer ayudar podría terminar por matarla, aunque le doliera sabía que en ese instante él era inútil.

La ambulancia llego al hospital pocos minutos después, a Mark esos minutos le supieron a una eternidad, tan pronto como llegaron se movilizaron con rapidez para llevar a que Astrid recibiera la atención necesaria lo más rápido posible, no se podían dar el lujo de perder más tiempo.

Esperando por Astrid estaba el doctor Christopher, este era amigo de Mark, él había estado presente apoyando a su amigo en todo el proceso de la adopción de Astrid y le tenía gran cariño, por lo que verla en el estado tan grave en el que estaba— debatiéndose entre la vida y la muerte— lo impresiono por un segundo, pero se recompuso tan rápido que la impresión parecía una ilusión, si le tenía tanto cariño a Astrid no podía darse el lujo de quedarse pasmado, tenía que hacer algo pronto y eso era salvarle la vida.

...


Mark se encontraba mirando por las puertas donde se llevaron a su hija para intervenirla quirúrgicamente, se mantenía esperando que en cualquier momento saliera Christopher diciéndole que todo había salido bien y que su hija estaba bien, pero en su interior Mark sabía que lo más probable seria que recibiera un apretón en el hombro acompañado de un "Hicimos todo lo que pudimos, lo lamento", era algo inevitable el esperar la peor noticia en cualquier momento, su cabeza estaba un poco más lucida y comprendía la gravedad acompañada del riesgo que corría su hija, si incluso llegaba a sobrevivir terminaría en estado vegetativo, sobreviviendo a base de máquinas. Si eso llegaba a suceder Mark no la retendría, mantenerla con vida en base a maquinas era solo un ejemplo de egoísmo, y Mark amaba tanto a su hija como para dejarla ir de ser necesario.

Sintió de repente como una mano cálida y temblorosa se posó en su hombro, temeroso volteo a ver, lo recibió la imagen demacrada y llorosa de su esposa, esta tenía un parche en la frente, ninguno de los dos dijo nada, se quedaron ahí parados en medio del hospital con las manos unidas dándose en silencio el apoyo que ninguno de los dos se atrevía a decir en voz alta.

...


Ya habían pasado cuatro horas desde que ingresaron a Astrid al quirófano, cada minuto que pasaba era una tortura para Mark y Rose, angustiados de saber en qué estado se encontraba Astrid, aunque ninguno de los dos lo dijera ambos estaban preparándose para lo peor.

Las puertas se abrieron y por allí salió el doctor Christopher con una cara de cansancio y pesar, tan pronto como lo vieron ambos se apresuraron a levantarse para recibir las noticias respecto a la vida de su hija.

—¿Cómo está? —hablo Mark con rapidez.

—Cuando entro al quirófano había perdido demasiada sangre, su pulso era débil, fue apuñalada en el estómago lo que provoco una hemorragia, afortunadamente pudimos controlar eso, pero Astrid sufrió una lesión craneal, varios vasos sanguíneos se rompieron. — Christopher se detuvo un segundo para tratar que asimilaran las palabras. —Astrid entro en coma, no sabemos si va a sobrevivir, todo depende de la reacción de su cerebro. Además, Astrid estaba embarazada, debido a las heridas en su abdomen perdió al feto. Lo lamento.

Rose no lo soporto, se desplomó en el suelo mientras su cuerpo se estremecía con los fuertes sollozos que salían de su garganta, Mark la abrazo, bajando con ella hasta el suelo, acompañándola en el dolor que solo ellos dos comprendían, gruesas lagrimas se deslizaron por las mejillas de Mark y en ese momento descargo su ira, su ira contra Angelo quien había sido una maldición para su familia, su ira contra Dios por haber permitido que lastimaran a su hija de esa forma, su ira contra el mismo por no haber hecho más, por no haber podido defender a su familia de las garras de ese monstruo. Dreno toda su ira con angustiantes gritos cargados de dolor, rabia y desconsuelo. Lloraron y gritaron hasta que las cuerdas vocales ardieron y la voz se comenzó a ir, hasta que sus ojos ardieron y estuvieron tan hinchados que dolían, después de las primeras tres horas Mark creyó que se quedarían sin lágrimas, pero estas no dejaron de salir, Rose se preguntó si algún día el dolor disminuiría, porque el dolor que sentían en ese momento era arrollador, no podían compararlo con nada más, era como si les sacaran el corazón y lo estrujaran con violencia. Lloraron y sufrieron esa noche como si Astrid hubiera muerto.

Astrid no había muerto, pero estaba en coma, sería casi un milagro que Astrid despertara. Y para Mark y Rose en ese momento los milagros les parecían una broma cruel.

Astrid no despertaría.



Enserio lamento que estén siendo tan cortos los capítulos, les prometo que comenzare a ponerme al corriente para no alargar tanto la novela.

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Abismo [borrador]Where stories live. Discover now