Como peces en el agua

590 118 6
                                    

Sin percatarse, los sentimientos de Tang San cada vez parecían entrelazarse más y más fuerte con los de su vida pasada. Ciertamente la forma en que percibía a Xie Yun había cambiado, pero esto no se debía únicamente a ese joven Lan Zhan. Tang San siempre había sido muy cercano e íntimo hacia Xie Yun; cada vez que aparecía ante sus ojos, traía regocijo a su corazón, tal como un pequeño oasis en medio del desierto; cuando tenía problemas, la compañía de Xie Yun se sentía como un lugar seguro; cada vez que descubría algo nuevo, la primera persona en quien pensaba para mostrársela era él y cuando pasaba mucho tiempo sin verle, no podía negar que en cierto modo se sentía abatido. Sin embargo, Tang San era una persona bastante ignorante en lo que respectaba al tema del amor, por lo que siempre hallaba una excusa "lógica" para justificar cualquier pensamiento "extraño" que saltara a su mente, aunque esa tarea últimamente se le estaba dificultando un poco. Cuando antes alegaba a que sus actos y pensamientos eran normales entre amigos cercanos, ahora no podía evitar cuestionarse.

"¿Los amigos realmente hacen y piensan eso...?"

Por otro lado, Xie Yun no había cambiado la forma en que se dirigía hacia él, pero por alguna razón ahora percibía sus comportamientos de manera distinta.

"¿En realidad siempre ha sido así?"

Su mente daba vueltas en un torbellino de preguntas, pero por primera vez no fue capaz dar respuesta a ninguna. Además, en su vida pasada las cosas se habían desarrollado de una forma diferente.

Wei Ying siempre admiró y apreció a Lan Zhan, sin embargo, este último la mayoría del tiempo mantuvo una actitud distante y fría hacia él, fue hasta el último momento, cuando estaba al borde del abismo pendiendo de su mano, que Wei Ying comprendió que Lan Zhan no estaba siendo obstinado cada vez que le advertía acerca de las consecuencias del cultivo demoniaco, sino que todo ese tiempo en realidad se estuvo preocupando por él, solo que su forma de expresarse era distinta a lo que solía conocer. Incluso llegó a pensar que una chica llamada MianMian se había ganado el amor del segundo Jade de Gusu, pero eso no impidió que sus sentimientos afloraran en lo profundo de su corazón, solo que estos se mantuvieron en un profundo sueño del cual despertaron en una última instancia... Tarde, muy tarde.

Sin embargo, tal y como Tang San se lo había replanteado la noche que discutieron en la biblioteca, en esta vida no permitiría que las cosas tomaran el mismo rumbo.

•••••••••••••••••••••••••••

Xie Yun se encontraba sobre una piedra en medio arroyo, toda su atención estaba centrada en atrapar alguno de los peces que se escabullían entre las cristalinas corrientes de agua. Tang San por su parte, estaba sentado en la orilla observando a su compañero.

—Llevas media hora ahí y no has capturado ni un solo pez, ¿por qué no regresamos y compramos algo en el camino?

—Shhhhh, mejor ven a darme una mano en vez de estarte quejando.

—Primero, fue tu idea pescar y segundo, no quiero mojarme.

Xie Yun le dedicó una mirada maliciosa, mientras sus manos se ahuecaban para albergar un poco de agua. —Pero estuviste de acuerdo en venir, así que deberías cooperar un poco. —Sin mucho pensarlo, lanzó el agua que había en sus manos, salpicando la mayor parte del cuerpo de Tang San y haciendo que su rostro enrojeciera al instante.

—¡Xie Yun!

Al ver su reacción, Xie Yun no pudo evitar reír, al punto de que su estómago comenzó a doler. —JAJAJAJA, debiste ver tu cara... Tang San, ¿por qué eres tan fácil de molestar?

En realidad, no era que Tang San fuera fácil de molestar, sino que Xie Yun sabía la forma idónea para lograrlo, convirtiéndolo en la víctima perfecta para todos sus cometidos. Intentando ignorar las burlas de Xie Yun, Tang San comenzó a desatar su túnica externa, para colocarla sobre unas rocas para que al menos se secara un poco.

—Ya, ya, ganaste. Te ayudaré a pescar. — Terminó de enrollar los ruedos de sus pantalones y se acercó hacia Xie Yun con un aire burlón. —Te enseñaré a hacerlo de forma correcta, así no tendré que esperar tanto la próxima vez.

Xie Yun enarcó una ceja e hizo una leve reverencia. —Entonces enséñame todo lo que deba saber.

Nuevamente las mejillas de Tang San fueron atacadas por un leve ardor, aunque esta vez quizá no era por molestia. Aclaró su garganta y le dio la espalda a Xie Yun, colocándose en una posición cómoda para atrapar a su presa. —Colócate de esta forma, así podrás agacharte rápidamente sin perder el equilibrio.

—De acuerdo.

Tang San le explicó pacientemente cada detalle y Xie Yun le prestó completa atención, tal como si de un discípulo con su maestro se tratase. A juzgar por sus actitudes, cualquiera que los viera diría que estaban tratando algún asunto importante, como algún método de cultivo novedoso, pero en realidad no se trataba de nada más que dos jóvenes intentando atrapar un par de peces. Cuando por fin Xie Yun fue capaz de lograrlo, Tang San celebró su victoria con entusiasmo, tanto así, que ignoró el hecho de que inconscientemente se había abalanzado sobre él, abrazando su cuello. Fue hasta que sus rostros estuvieron a tan solo unos centímetros, que Tang San cayó en cuenta de sus acciones.

—Ah... V-ves, te dije que lo lograrías...

Xie Yun no se apartó, pero su cuerpo se mantuvo inmóvil, con un enorme pez retorciéndose en su diestra y su mirada fija en ese par de ojos marrones que lo observaban con tímida calidez y dulzura. —Fue porque recibí las mejores enseñanzas.

Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa, de la cual Tang San no pudo apartar la mirada. Era como si en ese instante lo único que existiera fuera ese chico entre sus brazos, atrayéndolo con una fuerza intangible, pero tan real que se sentía como si hubiese algo que cada vez lo estuviera apretando más a su cuerpo... Aunque lo único que los mantenía unidos eran los propios brazos de Tang San. Sus mejillas nuevamente se tiñeron de ese familiar tono carmesí, pero ahora la causa era más que evidente. Intentó dar un paso hacia atrás para apartar sus brazos del cuello de Xie Yun, pero en ese instante su cintura fue aprisionada, imposibilitándole cualquier movimiento de separación.

—¿Xie Yun...?

Sus latidos comenzaron a acelerarse y un leve cosquilleo recorrió su espalda, haciendo que su columna se arqueara sutilmente. Xie Yun agachó su cabeza, quedando junto al oído de Tang San.

—Ibas a tropezar.

—¿E-eh?

Volteó su mirada y efectivamente había una roca cubierta de musgo, la cual estaba a punto de pisar. Tang San no sabía si reír o llorar por la vergüenza.

—Ah, que descuidado soy, jaja... —Rápidamente se soltó del agarre de Xie Yun y aclaró su garganta, mientras comenzaba a caminar hacia la orilla. —Bueno, date prisa, ese pez no se va a cocinar solo.

Xie Yun simplemente rió de forma burlona, siguiéndole el paso. —Y no vayas a olvidar tu túnica, sino apuesto a que me harías regresar por ella.

—Deja de decir tonterías, no es como si no pudiera recuperarla por mi cuenta.

—¿Ah sí? ¿Debería numerar todas las veces que he tenido que actuar como tu fiel sirviente?

—No, no, no. No es necesario.

El rubor de sus mejillas aún no desaparecía, por lo que Tang San estaba evitando a toda costa que sus miradas se encontraran nuevamente. Sin embargo, Xie Yun entendía sus intenciones. Se adelantó con un par de saltos y tomó la mano de Tang San, caminando de espaldas sin apartar sus ojos de él.

—Ahora te toca guiar mi camino, si ves que voy a tropezar, solo tira de mi mano y podré usarte de apoyo.

Tang San volteó su rostro hacia otro lado, pero rápidamente fue atraído de nuevo por el fino índice de Xie Yun.

—Si no ves el camino, tropezaré y tú caerás conmigo, así que no me dejes caer.

El rostro de Xie Yun reflejaba una expresión pícara, complicándole a Tang San la simple tarea de mantener su mirada en alto, pero aún así reunió las agallas para hacerlo.

—¡Pero tú también pon de tu parte! No vayas a tropezar a propósito...

Las risas de Xie Yun inundaron el entorno y así, dos figuras con las manos entrelazadas se perdieron en un sin fin de miradas, donde nada más que ellos importaba realmente.

Reminiscencia (Finalizada)Where stories live. Discover now