Capitulo 11

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Mierda, esto era malo, jodidamente malo. Tengo la tendencia a que mis emociones explotaran, esencialmente la ira y el orgullo predominaban, pero una nueva emoción estaba embriagando todo mi ser, aunque no sabía como manejarlo, esto era totalmente nuevo para mí.

Tengo claro mis sentimientos por Eiji, pero verla ahora acostada en su cama, desnuda sobre las malditas sabanas de estampado militar, excitada, sonrojada, jadeante, diciendo que me ama y que quiere que le haga el amor, me tenía al borde de la locura.

Bakugo: Cállate- le dije molesto

Kirishima: ¿Eh? ¿Ba-Bakugo? – la pelirroja estaba totalmente confundida

Bakugo: No tenemos condones- era injusto que me tuviera en estas condiciones sin poder hacerlo- no eres una idiota como para saber los riesgos de hacerlo sin protección

Kirishima: Tengo una caja en el cajón de mi mesita de noche.

Eso me sorprendió, salte más rápido de lo que me habría gustado demostrar buscando en la maldita cajonera, ignore una nota escrita en papel con la letra de Todoroki, preguntaría por eso más tarde, un par de toallas femeninas y tampones, para finalmente encontrar la estúpida caja de condones.

Bakugo: ¿Por qué está abierta? - pregunte

Kirishima: Em, es que... practique como ponerlos- dijo en un murmullo avergonzado

Bakugo: ¿Con quién?

Kirishima: ¡Con nadie! -repuso de inmediato- Se-se los ponía a un pepino- murmuro nuevamente mientras inflaba sus mejillas en un puchero

Bakugo: Eres tan malditamente linda.

De un rápido movimiento fui quitándome los pantalones y la ropa interior, estaba tan duro y excitado que era casi vergonzoso. Sentía un vacío frio estando lejos de mi novia por lo que volví a donde ella estaba, sonreí satisfecho de ser recibido por los suaves y cálidos brazos de Kirishima, quien comenzó a besarme.

Esto estaba siendo demasiado erótico, nuestras pieles tocándose al estar ambos desnudos era de locura, totalmente caliente. Sentí como la pelirroja se removía debajo de mí abriendo las piernas para que me acomodara mejor entre ellas, quería tocar ese lugar prohibido, por lo que baje mi mano tanteando la reacción de Kirishima.

La mano que estaba apretujando el seno izquierdo comenzó a bajar por el abdomen, sentí una pequeña risita que produjo el contacto de las yemas de mis dedos en el área de su ombligo, al llegar al monte de venus, acaricie sobre los vellos oscuros, eso causo un respingo en la chica apartándose, cortando el beso que nos estábamos dando.

Bakugo: ¿Te estas arrepintiendo?- aparte mi mano de donde estaba

Kirishima: No- tomo aire mientras cerraba los ojos para después sonreírme con confianza- continúa.

Esta vez lo hice mirando a esos ojos rojos, esos brillantes y dulces ojos rojos, como el color de su cabello desordenado sobre la almohada, rojo como sus labios que se encontraban hinchados al ser besados en demasía.

Mi mano volvió a posicionarse donde se encontraba anteriormente, acaricie lentamente mientras el dedo índice iba más allá, metiéndose entre los labios inferiores, impregnándose de la humedad que brotaba de su intimidad. Un suave gemido de satisfacción salió de la boca de Ei, pues mi dedo había rozado cierto lugar, ese sonido altero todos mis nervios.

Enserio quería ser delicado y amoroso, pero estaba duro, era doloroso seguir con la lentitud con la que estábamos llevando esto, ella estaba mojada y yo empalado tal mástil, no podía esperar más. Tome la caja de condones que había dejado a un lado, rompí el empaque y saque uno. Sé cómo ponerlos, yo también practique, claro que con mi propio miembro, no con un pepino, aun así estaba tan ansioso y aunque me cueste admitirlo, nervioso, lo había puesto por el lado equivocado, haciendo que soltara una maldición molesto, lo que conllevo a una pequeña explosión que quemo el condón en mi mano, maldecí mucho más fuerte.

Mi amiga KirishimaWhere stories live. Discover now