único

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Gotas de lluvia chocaban contra la ventana del departamento, el rostro de Yoongi estaba iluminado por la gran luna y las brillantes estrellas del cielo nocturno, claro, también la luz de los postes de la calle iluminaban el departamento. Con una taza de café caliente en sus manos y envuelto con una gruesa manta miraba el vehículo de Seokjin entrar al estacionamiento de los departamentos.

Un pequeño sorbo de su café calentaba un poco sus labios y una lágrima recorría su mejilla. No era una lágrima de tristeza, era una lágrima de felicidad, sabía que estaba bien. Yoongi volvió a ver el cielo nocturno con una sonrisa dando las gracias en silencio, observó el líquido oscuro de su taza y antes de beber otro sorbo la puerta se abrió. La figura del mayor se destacaba por el contraste de la luz, ya que Yoongi ni siquiera quiso moverse de su puesto para prender la luz hace ya dos horas atrás, hacía mucho frío.

Ambos se observaban atentos, el mayor le dedicó una sonrisa y al cerrar la puerta detrás de él comenzó a desvestirse. Dejó sus zapatos a un lado y su ropa en una pequeña caja de plástico, ya totalmente desnudo se dirigió al baño a ducharse. Yoongi ya estaba acostumbrado, a veces le dolía que no le saludara a penas salía del trabajo, pero era necesario, lo estaba cuidando.

El chico de cabello negro dejó su taza con café en la pequeña mesa de centro y se levantó dejando la manta atrás, tomó el alcohol y comenzó a desinfectar los zapatos de Seokjin completamente, luego con el mismo alcohol fue desinfectando el pasillo hasta llegar al baño, limpió la manilla y luego el piso rápidamente mientras que el contrario estaba en la ducha. Yoongi volvió a la entrada a tomar la caja de plástico y esta vez se dirigió a la lavadora, dejó toda la ropa en ella y la programó para que comenzara a lavar. Un suspiro, se mantuvo frente a la lavadora un tiempo hasta que dejó de escuchar el agua correr en el baño. Tomó la caja ya desinfectada completamente y la dejó donde corresponde, caminó con sus pantuflas rosadas hasta el sofá que antes se encontraba, volvió a cubrirse con la manta y tomó su taza para calentar sus manos ya que volvió a tenerlas congeladas. El de cabello negro recordó ese primer día, horrible. Apretó los labios y bebió de su café.



Seokjin ya había vuelto y Yoongi con una gran sonrisa en su rostro le abría la puerta.


—Amor, ¿Cómo estás...? —no logró formular toda la pregunta, él simplemente quería recibirlo como todos los días, un pequeño beso en los labios que más le gustaban, pero el que Seokjin se corriera, se le notaba su rostro de pánico, estaba asustado, pero tenía rabia a la vez, ¿Un mal día?


—¡No! ¡Yoongi, no! ¡Aléjate! —No, no fue un mal día.


—¿Qué? ¿Por qué? —le había empujado dentro, nunca había reaccionado así, ¿Qué le pasaba? Él simplemente corrió al baño y cuando quiso seguirlo le cerró la puerta en la cara. —¡Kim Seokjin, dime qué te pasa! ¡Ya abre la puerta! —no contestaba, ¿Qué ocurrió? Claro que tenía rabia, la reacción de la persona que estaba enamorada lo rechazaba, ¿Acaso ya no quería estar con él? Mil películas se imaginaba Yoongi por su cabeza. Escuchó la ducha abrirse, ¿Qué le pasaba? Golpeaba la puerta repetidas veces para que le abriera la puerta, no tenía idea de nada, simplemente se pasó todo el día componiendo música y creando canciones nuevas.


Luego de varios minutos Seokjin salió del baño, vio a un Yoongi totalmente envuelto en una gruesa manta en el sofá, tenía que dejarlo solo por un rato. Se vistió completamente con su pijama y volvió a la sala principal para ver a su amado.

Rain - OSWhere stories live. Discover now