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Ya llevaban 2 semanas conviviendo juntos, observando sus cuerpos en silencio y atendiendo cada llamada de su voz.

Ella lo escucha e Inosuke no puede estar más feliz.

—Princesa— la llama, con un apodo improvisado, ganando que la atención de la menor se centré en él— Soy papá, hola pequeña, soy tu poderoso padre.

La saluda mientras sonríe, dejando sujetar su dedo con el pequeño agarré, su bebé aprieta sus manos y bosteza tranquilamente. Dejando a la vista su boca vacía, solo con sus encías rosas y sus labios perfectamente delineados.

El "aww" que vino después de esa acción no sé hizo esperar. Enternecido, ante todos los gestos de aquella pequeña criatura.

Nunca viendo llegar el llanto, que en cuestión de segundos, inundo la habitación.

Y allí se encontraba Inosuke, cargándola y moviéndose por todo el lugar. Susurrando dulces palabras que en un momento cobran ritmo.

Luego una canción suave, que detallaba la llegada de una estrella a la tierra, alumbrado la oscuridad en la casa de un viejo cascarrabias. Repitiendo las palabras tantas veces que su pequeña se durmió.

Lo que sea que haya inventado le funcionó esa vez, y también las próximas veces que las repitió, un exito musical, si le preguntan a él.

Inosuke aprendió a mejorar su habla, para poder cantarle y ser oído.

8 semanas después, esa mirada azul lo seguía a todas partes, justo dónde el se moviera.

Sus ojos parecían canicas rodando en la blanca mirada, siempre llendo de un lado a otro. Ha Inosuke suele darle miedo, cuando prende la luz de noche y la descubre observándolo.

Ella solo sonríe con los ojos mientras frunce las cejas y se mueve inquieta.

Y en 10 semanas, por fin empezó a balbucear.

Inosuke lo descubrió en una tarde fresca, él se encontraba en la cocina preparándo un sándwich, cuando la escucho hacer un ruido con la boca.

Primero pensó que era un chirrido provocado por la puerta de un viejo mueble, así que lo movió de un lado a otro para averiguarlo, no fue éso.

Coloco la última rebanada de pan sobre el queso, finalizando su obra, y listo para poder digustarlo. Cuando otro sonido similar se escucho.

Detuvo sus acciones y dejando su merienda en resguardo dentro de un microondas, se decidió por prestar atención, era bueno para captar movimientos y sonidos en la lejanía.

"Da, da, da"

Sus pies ágiles se escuchaban apenas al contacto de la madera en el suelo, estaba cerca, un paso o dos y abrió la puerta a prisas.

Un hipido de susto y lágrimas repentinas, la había asustado.

Su voz ronca la calmó, susurrando y acariciando el lacio, ya casi, largo cabello azabache.

Una vez más sumergido ante la falta de sonidos, escucho aquellos balbuceos, alegres y torpes.

Ahora sabía de dónde provenían.

—Dí papá— alentaba.
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¡Hola! Esto es algo en lo que estaba trabajando para mejorar como escritora, y no me importaría que como lector o escritor con experiencia me digas que te pareció o si debo mejorar en algo, gracias <3

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La Paternidad con InosukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora