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Leer antes:

Pido una disculpa por haber tardado dos días más en subir el capítulo, he estado trabajando en un Doujinshi y demás proyectos, por otro lado quiero reafirmar que esta historia me gusta, pero es a veces un dolor de cabeza por las cosas tan negativas que hay en ella, por eso es exhasutivo a veces escribir. Este capítulo es largo y los futuros lo serán también. He eliminado partes y se ha quedado lo que de verdad es importante saber en la historia. Recuerden seguirme en Inkspired por si me llegan a eliminar la historia de esta plataforma, gracias.

El dolor físico poco a poco se va profundizando más e intento entenderlo. Jamás había sentido esto, es completamente distinto a todo lo que he podido sentir. Hay un gran dolor en mi cabeza, no siento mi pierna izquierda pero mi torso duele como si me hubieran golpeado miles de veces. Estoy intentando abrir los ojos, y cuando poco a poco lo hago, observo a un hombre de barba diciéndome algo por la ventanilla del auto. ¿Por qué solo grita y no hace nada?

Me doy cuenta que mi cabeza está en el volante, al parecer esto causó mi dolor. Levanto la vista, para observar a Yugyeom, y lo veo tendido en el asiento con la cabeza estrellada en el vidrio de la ventana. Intento acercarme para comprobar que está vivo, pero el cinturón de seguridad no me deja y el esfuerzo que comienzo a hacer al intentar quitármelo me está agotando.

—Ahg, Yugyeom... —Grazno de dolor y me recargo en el asiento, es ahí cuando empiezo a escuchar al hombre a mi lado y las sirenas de la ambulancia. ¿Yugyeom estará muerto? Se ve demasiado mal; la sangre le escurría por todo el cuello y en cuanto a mí, simplemente la siento en la sien y un poco en la nariz, además de que no puedo mover mi pierna.

—Los paramédicos han llegado. Lo siento mucho —vuelve a decir el hombre de barba, supongo que es el conductor que chocó contra nosotros. Joder, la he cagado. Pude haber muerto. Tal vez esto quería mi padre, ¿y si esto es culpa suya? Mierda, papá ¿de verdad me quieres a tu lado?

Vuelvo a cerrar los ojos pensando en mi padre. Me he quedado dormido, o tal vez me he desmayado de nuevo, es solo que ahora no escucho mucho lo que pasa a mi alrededor. Quisiera dejar de pensar en papá, pero no puedo, no puedo parar. Todo es tan vívido en mi memoria. Cada momento a su lado, cada risa, cada lágrima...

Me encuentro tan arrepentido de haberlo dejado todo este tiempo, de no hacerle saber que aún lo quería... No tenía ninguna razón para morir, pero ahora que mi mejor amigo ya no está ¿qué soy ahora?

Me hacía sentir vivo, y algún día quería que él se diera cuenta de lo tanto que he progresado, pero ahora solo he vuelto atrás... Porque está muerto. Está muerto. Se está pudriendo mientras yo he arruinado aún más el día para todos. Lo siento... Lo siento, lo siento, ¡de verdad lo siento! LO SIENTO.

«Shh, Minwoo, aquí estoy» ¿Quién...? ¿Jen?

—¿Has tenido un mal sueño? —pero... ¿Por ti he despertado? Quiero hablar, pero no puedo, solo puedo ver a Jen sentada a mi lado con una cara de preocupación muy notoria. Sus ojos resplandecen que parece que cederá ante las lágrimas, sus mejillas se han enrojecido y su cabello se ve muy esponjado. Quiero abrazarla, quiero besarla, quiero sentirla... Jen, lléname de ti, te necesito.

—Y-yo... —Empiezo por hablar, pero me canso al segundo de hacerlo. Estar en una camilla semidesnudo no es de las mejores cosas que hay, además de qué me siento débil, y lo odio.

—Está bien —dice pasando su dedo por debajo de mis ojos limpiando las lágrimas que me han salido y que, apenas me he sentido—. Estás bien, y tu hermano también. He venido tan rápido como pude. Si tu madre no hubiera contestado tu celular, no me hubiera enterado...

T H I R S TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora