34

388 67 4
                                    

Suspiró rendido.

- ¿Aún estas desanimado? - preguntó preocupada Anakuro.

El estruendo del resto de los estudiantes suavizaba la tranquila voz de la chica.

Toshinori volvió a suspirar, desplomándose sobre la mesa del comedor.

Desanimad no era la palabra exacta que usaría para describirse en esos momentos.

-Ha estado así desde la mañana- Mirai sorbió una vez más de su jugo –Solo está agotado de tanto nerviosismo- concluyó, consiguiendo un asentimiento comprensivo del otro par.

Yagi quería refutar la afirmación de su amigo, pero estaba muy cansado para intentarlo.

¿Desde cuándo ser tímido y nervioso era tan cansado ¿

Ah, desde que decidió declararse, si, definitivamente había sido desde ahí.

-Al menos vamos ya no tenemos que preocuparnos por más proyectos- mencionó Ken, consiguiendo un suspiro de alivio de todos los presentes.

-Es un alivio- dijeron todos al unísono para después reír con ligereza, aquello que tanto los caracterizaba como grupo.

-El trabajo del profesor de historia fue más pesado de lo que esperaba- se quejó el rubio con un pequeño puchero. El resto asintió de acuerdo.

-Pero ya salimos de eso- respondió Mirai con suavidad.

Sin duda alguna ese trabajo de historia había sido el más pesado de todo el semestre; la mayoría de los estudiantes de su grado parecían tan agotados, casi como s fueran almas en pena.

Toshinori sin duda tenía sentimientos encontrados por aquel horrible proyecto. Por un lado, le estaba totalmente agradecido, si pudiera, lo pondría en un pedestal y lo adoraría el resto de su vida; gracias a esa monstruosidad pudo formar un lazo más fuerte con su amor imposible, habían pasado de conocidos a "amigos cercanos", conoció mucho del chico azabache y consiguió pasar momentos con él que guardaría eternamente en su corazón. Por contra parte, lo odiaba, lo tiraría en la primera oportunidad que tuviera; invirtieron mucho tiempo en él -aunque había valido la pena, pues consiguieron una nota perfecta-, fue totalmente agotador tanto en una investigación, una presentación y una maqueta, todo al mismo tiempo; no solo eso, de no ser por él nunca hubieran tenido aquella reunión el fin de semana y nunca hubiera besado a Aizawa, entonces no se encontraría en aquella incómoda situación.

"Estúpido yo del pasado que no puede pasar ni un minuto sin meter la pata."

De ser posible, le encantaría golpear a su torpeza natural.

Suspiró nuevamente, prestando poca atención a lo que sus amigos comentaban entre ellos mientras él se revolcaba en su sufrimiento.

Su mente no dejaba de vagar entre los recuerdos de su clase de Historia. Ugh, sin duda esa materia adoraba verlo sufrir.

Las primeras dos clases del día habían transcurrido casi con completa normalidad de no ser por las constantes miradas a escondidas entre él y Aizawa; ninguno se atrevía a dar un paso más y establecer una plática -la cual era necesaria-, cada uno se mantenía al margen de la situación, acrecentando más aquella extraña tensión entre ellos. Era como si ambos esperaran a que el otro actuase, sin tener realmente el valor de tomar la iniciativa.

Y en su defensa, él no dio el primer paso por una simple razón: no tenía idea de cómo se sentía Aizawa.

Si no se encontrara en aquel enredo de novela, tal vez hubiera sido capaz de calmar sus nervios y tratar de hablar con el azabache, pero lastimosamente estaban en ese punto de la historia.

ClichéWhere stories live. Discover now