◆𝘊𝘩𝘢𝘱𝘪𝘵𝘳𝘦 15

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Pagaras Por Eso, Princesita


—¿Qué se supone que se traen tu y Black? —preguntó Kennya caminando junto a la pelirroja, quien no ha abierto la boca desde que se alejó de Regulus— ¡Scarlett Montgomery, contéstame! ¿Por qué no me has dicho nada?

—Porque él y yo solo hemos tenido sexo en tres ocasiones —contestó deteniéndose para ver a su amiga a los ojos—, sólo eso.

—Pero, aun así, ¿Por qué no me dijiste que te estabas tirando a Regulus Black?

—Porque acordamos no decir nada a nadie, y pensé que solo sería la vez de la fiesta de Macmillan, pero no fue así —la pelirroja volvió a caminar dejando un par de pasos atrás a la rubia, quien tuvo que correr un poco para alcanzarla—. Y no quiero que digas nada al respecto Kennya, ¿entendido?

La rubia paso dos de sus dedos sobre su boca, como si cerrará un cierre.

—Mi boca es una tumba —siguieron caminando en silencio. Scarlett conto en cuenta regresiva mentalmente y cuando llegó a cero Kennya volvió a hablar—. Pero dime ¿Qué tal lo hace? ¿Es mejor que su hermano?

—¿Cómo voy a saber eso, Kennya? Jamás me metí con Sirius —mintió, no le gustaba recordar esa vez. Pasó un mechón de su cabello por detrás de su oreja tratando de ocultar la sonrisa que amenazaba con asomarse—, Pero sí, lo hace increíble.

Kennya soltó un chillido de emoción y tomó a su amiga del brazo.

—Quien diría, la gran Scarlett Montgomery teniendo sexo con el gran Regulus Black, cuando los demás se enteren se sentirán defraudados.

—¿Por qué dices eso?

—¿No te das cuenta cuántos quieren estar contigo y cuantas quieren estar con él? —enredo su brazo con el de su amiga, sonriendo ampliamente— Apuesto que todas sus fans te odiaran si se llegan a enterar.

—Como si eso me importara.

Caminaron en dirección a la torre de astronomía sin hablar más sobre el asunto de Scarlett y Regulus. En su lugar, Kennya le contaba lo que había pasado con Luke, pero ella no estaba prestando mucha atención, su atención se concentró en lo que había hecho, el cómo había dejado a Regulus y no pudo evitar sonreír. ¿Quién dijo que era sumisa?

—... entonces, cuando salimos de la biblioteca —Scarlett regresó su atención a su amiga, notando la enorme sonrisa y el brillo en sus ojos—, me detuvo en el pasillo, y cuando estaba por preguntarle que pasaba, me tomo del rostro y me beso, ¿puedes creerlo? ¡Me beso!

Scarlett detuvo sus pasos y abrió los ojos y la boca por la sorpresa sin dejar de mirar a su amiga.

—¿Por fin lo hizo?

—¡Por fin lo hizo! —Kennya dio saltitos en su lugar, abrazando con fuerzas a la pelirroja— Y no sabes, besa super... genial, como si tuviera miedo de lastimarme o algo así. Sentía que mis piernas se volvían gelatina ¿has sentido eso?

El recuerdo del beso en la librería de Hogsmeade, en la primera salida al pueblo, le llegó a la mente. Claro que sabía cómo se sentía eso, no el que la bese como si tuviera miedo de lastimarla, porque Regulus no la besaba así, aunque no se quejaba, pero si el cómo las piernas se le debilitaban, cada que estaba cercas de Regulus lo sentía.

—Puede que si —reanudaron su caminata para tomar la última clase de ese día.

∞◆∞

Después de varias semanas de entrenamiento, por fin llegó el primer partido del año. Slytherin contra Gryffindor. Ahora que el antiguo capitán de la casa de los leones ya no estaba, la casa de las serpientes tenía más posibilidad de ganar, además de que Regulus había mejorado notablemente en su trabajo como buscador.

Scarlett estaba sentada en la mesa del gran comedor frente a Kennya. La pelirroja observaba a Regulus y Kennya a Luke, ambos con el uniforme de Quidditch, el pelinegro daba órdenes y palabras de aliento a los demás jugadores.

—Pueden creer lo bien que les quedan el uniforme —ambas amigas se giraron para ver a Alecto Carrow y Mónica Greengrass, que observaban a los jugadores.

—Se ven tan... sexys, bueno, mi hermano solo se ve bien —dijo Mónica. Scarlett rodó los ojos, tomando su vaso y dándole un sorbo.

—Por favor, Luke también se ve sexy —Kennya regresó su vista, encontrándose con los ojos del mencionado, ambos sonrieron mientras Mónica hacia una mueca de asco.

—Pero nadie se ve tan sexy como Black —Las tres observaron a Alecto, que no apartaba los ojos del pelinegro—. Espero que ganemos y que Regulus quiera celebrar, si saben a qué me refiero.

—Y esperas que te elija a ti para celebrar ¿no? —preguntó Mónica cruzándose de brazos y viendo a su amiga.

Kennya observó a su amiga, que tenía una sonrisa burlona y no pudo evitar sonreír también.

Scarlett observó de nuevo a Regulus, encontrándose con sus ojos grises observándola directamente, le sostuvo la mirada mientras le giñaba un ojo, provocando una sonrisa en el rostro del pelinegro.

—Vámonos, o nos ganar los mejores lugares —dijo Mónica terminando su jugo. Las cuatro se pusieron se dirigieron a la salida del Gran Comedor.

—Saben que eso no es problema estando conmigo —añadió Scarlett acomodando su bufanda. El aire estaba más frío de lo que esperaba y se lamentaba no haber llevado sus guantes y gorro.

—Por supuesto, la gran Scarlett Montgomery siempre consigue lo que quiere —dijo con sarcasmo Alecto, rodando los ojos.

—Así es como debe de ser. —Siguieron caminando entre todos los estudiantes que se dirigían al campo. Los jugadores pasaron a su lado y la pelirroja sintió como le tomaban del brazo y la arrastraban lejos de las chicas, provocando que sus acompañantes se giraran para verlos—. ¿Qué mierda, Black?

—Ese no es lenguaje para una dama —el pelinegro la observó de reojo, notando como rodaba los ojos. Se alejaron de todos un poco más, pero sin dejar de caminar, pasó su brazo por los hombros de la chica y la acercó más a su cuerpo, para que lo oyera por encima de todo el ruido—. Cuando ganemos, quiero festejarlo contigo.

Scarlett alzó una ceja, tratando de alejarse, pero el pelinegro no se lo permitió, así que solo se cruzó de brazos y habló:

—¿No me digas que quieres que te toque como lo hice en el pasillo la otra tarde?

Regulus saludo a unos jóvenes de primer año antes de apartar el cabello de ella, dejando al descubierto su oído y parte del cuello que no era cubierto por la bufanda.

—Oh, créeme que pagarás por eso, princesita —El corazón de la pelirroja se aceleró cuando sintió el aliento de él rozar su oreja—. Te follare tan duro que lo pensaras dos veces antes de que pienses en hacer lo que hiciste esa tarde —se enderezó, no sin antes dejar un beso en la parte de atrás de su oído—. Nos veremos en la sala común para festejar.

Tratando de controlar su corazón, Scarlett habló:

—¿Y si no ganas?

—Aun así, lo haré —dijo él mientras caminaba a las tiendas donde estaban los demás jugadores.

Scarlett respiro profundo, observo a su alrededor, notando como algunos la miraban de manera discreta y sin importarle, camino a las gradas, buscando con la mirada a su amiga. Una vez que llegó a la primera fila, donde tenían una excelente vista, Kennya se inclinó para hablarle más de cercas.

—¿Qué te digo?

«Qué me va a coger duro solo por provocarlo» Pensó, pero no le iba a decir eso.

—Nada, que esperaba ganar para aprovechar la fiesta que organizaron —se encogió de hombros y puso su atención al frente, notando como los jugadores de ambas casas salían al campo.

Kennya no estuvo muy convencida de su respuesta, pues había visto cada movimiento del pelinegro y como ella se sonrojaba, pero decidió no insistir. Minutos después el partido había acabado. Luke Greengrass había anotado otro tanto para la casa de las serpientes justo cuando Regulus Black atrapó la pequeña pelota dorada, dándole así la victoria a la casa de las serpientes.

Scarlett solo trago saliva, deseando estar ya en la sala común.


𝙎𝙚𝙪𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩 𝙇𝙚 𝙈𝙞𝙚𝙣// 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠[+18] ✔️Where stories live. Discover now