22

49.7K 5.8K 2.5K
                                        

Hori

Quité la mano de inmediato y quise quitarme la venda pero Sukuna me lo impidió.

-¡No tú! ¡déjame en paz, Sukuna!

-Hey, hey pastelito... tengo un regalo para ti también -dijo con burla.

-¡Nada de pastelito, nada de nada! No quiero nada tuyo.

-Ouch. ¿Recuerdas cuando te dije que ahora yo iba a ser parte de tu vida? Bueno, yo nunca rompo ni una palabra de lo que digo. Feliz-

-Ni se te ocurra terminar la frase.

-Bien. Voy a tener que ubicarte en tu lugar, mocosa.

Sus labios impactaron con fuerza en los míos y ató mis manos. Estoy con mis ojos tapados y mis manos atadas. Para rematar, con Sukuna al control. ¿Que tan mal puede resultar todo esto?

-Empiezas a conocer tu lugar por las buenas o por las malas, __(tn). Ya te dije que no he terminado contigo.

Pasé saliva.
No se que hacer, estoy, literalmente, a su merced. Y tengo miedo.
Miedo de lo que pueda hacerme y aún más miedo de que me guste.

-Empecemos quitando este molesto vestido.

Las finas tiras, que estaban en mis hombros, fueron deslizadas por sus dedos, su uña rozó con mi piel, poniendo mi piel de gallina. Sentí vibrar su pecho en una pequeña, pero maliciosa risa, al ver la reacción de mi cuerpo y piel a su tacto.

-Este vestido es demasiado bello para no hacer esto -lo rasgó sin piedad y oí como la tela era rasgada con total brutalidad. ¡Eso costó dinero!- Oh, que no uses esa tela que cubre tus pechos, me hace el trabajo aún más fácil -comentó.

Hizo pequeños círculos en mi pezón, poniéndolo duro.

Pasé saliva y apreté aún más mis piernas.

<<no, no>>

Su afilada uña hizo el trayecto de mi pecho hasta mi zona íntima.

-¿Qué tratas de evitar aquí abajo? ¿Por qué cierras con fuerza tus piernas, __(tn)? -susurró mi nombre en mis labios, sentí su aliento. Lo sentí y eso me hizo estremecer y soltar un sonido de mi boca que quería evitar.- Vamos.

Tomó mis caderas y me alzó, apoyándome en su hombro derecho, puesto que sentí su cuello a mi costado.

Su mano se enterró en la carne de mi muslo y con la otra, dio un pequeño golpe en mi trasero, provocando un sonido seco y fuerte en toda mi casa a medida que subía las escaleras.

-No sabes las ansias que tengo. Años y años sin tocar una mujer y ahora, tengo una a mi merced siempre que quiera y pueda derrotar al insolente y molesto de tu novio. Aah~ valió tanto la espera. Puedo gobernar al mundo, volver a someter miedo con mi nombre, ¿lo mejor de todo esto? Que este mundo se volvió interesante desde la última vez que caminaba por la tierra. Las mujeres se visten tan... atractivas ahora, dejan sus piernas al descubierto. Solo tengo que someter a Yuuji, asesinar a todos esos molestos hechiceros e infligir miedo. El poder y las chicas volverán a mi, tendré todo a mis pies.

Mi cuerpo impactó en el colchón, sorprendiéndome.

-Pero primero, empecemos contigo, __(tn). Paso por paso. Si quiero asegurarme de tener todo, tengo que asegurarme bien de todo. Tengo que asegurarme de que tú, no escapes y de que tú, solo desees servirme a mí por tu propia voluntad -gruñó en mi cuello-. Ese va a ser mi mayor satisfacción. Que tú me sirvas por voluntad propia. Que te brindes y entregues a mi.

Oí un cajón abrirse.

-Tranquila, recuerdo tu petición entre lágrimas, Hori. ¿Como negarse a tu rostro lleno de angustia y desesperación? Voy a usar esto por lo que tanto me rogabas.

<<el condón... gracias a dios>>

•••
¡hola y adiós!

Dos en uno || Itadori/Sukuna y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora