01

335 27 6
                                    

Otro nuevo destino, una aldea alejada de la civilización fue consumida por el fuego que algunos maliciosos habían provocado.

Las casas así como la flora fueron tragados por la llama intensa, los sobrevivientes que por suerte habían sido todos los habitantes se refugiaban debajo de las lonas mientras lo que estaban heridos eran revisados por el personal médico, dentro había dos embarazada quienes sufrían de constantes contracciones dejando en claro que los bebés nacerian pronto.

La joven enfermera ayudaba con los pacientes menores,siendo estos más temerosos por todo ellos, más parecía que ella tenía un Don.

—Jun es hora de tu medicina.—un joven alto se acercó a ella con la inyección de siempre—Estoy seguro de que lo has olvidado.

Ella avergonzada asintió dejando que él le colocara su dosis habitual —Me enfoque mucho en esto...

—Lo se, amas ayudar pero si no te cuidas no lo podrás hacer con ellos.

—Tendre más cuidado para la próxima.

—Bien, si ya terminaste con ellos, ven conmigo—Ambos jóvenes se acercaron a dónde las mujeres embarazadas se encontraban —Necesitaremos de ti, ve con la señora Min, asistiras a la doctora Kim.

—De acuerdo...suerte Minho—él chico le dijo lo mismo, ya era común para ellos asistir a un médico partero pero aún así siempre había un deje de nerviosismo pues los primeros segundos eran cruciales.

Jun se fue a preparar acercando se al área de lavado, limpio sus manos y antebrazos, seco muy bien estos y con ayuda de sus compañeros se colocó la bata y los guantes, ella junto con otra enfermera entraron primero.

—Hola señora Min...¿Cómo van sus contracciones?

—Son...m-mas recurrentes.

—La doctora ya estará aquí, pronto tendrá a su bebé entre sus brazos.

Una larga espera se vio, un primer niño nació,justo cuando la luna estaba en lo alto más el otro pasaron horas para logrará salir al mundo exterior, casi cuando la luna está a punto de ocultarse un lloriqueo se escuchó, con gran emoción todos daban la bienvenida a dos niños quienes habían nacido sanos y bastante fuertes.

Jun salió después de limpiar y darle salida a la reciente madre, siendo seguida por su hijo en brazos de otra enfermera.

Quitó la bata y guantes tirando todo dónde correspondía, a lo lejos, pudo ver cómo un hombre recorría la cortina dejando ver a la señora Min, está se veía cansada pero con una sonrisa al ver al hombre.

—Ese es un sentimiento único...

La doctora Kim sonreía viendo los también —Lo puedo ver en sus ojos.

Ese momento de felicidad se cortó cuando un aullido se escucho—Dios... Debemos tener cuidado con los lobos.

—¿Lobos...

—El bosque es peligroso Jun,no salgas sola por las noches mientras estemos aquí.

Dijo aquello dejando la sola. Aún que sabía que esos perros eran comunes una chispa surgió en su interior. A lo lejos, donde el sol empezaba a salir, un hombre con la ropa rota y quemada apareció.

Los habitantes lo veían con asombro, eran claras las heridas en su cuerpo, Jun instintivamente empezó a caminar hasta él pero se detuvo al ver que este iba directo a la familia Min.

El hombre que cargaba a su bebé se levantó agachando la cabeza, hablaba con él pero ella no podía escuchar nada, aún que pensó que este podría estar disculpando se con él hombre intimidante. Más su pensamiento cambio cuando vio como él lo abrazaba con cuidado de no lastimar al bebé. Ahora se les veía feliz.

El señor Min salió dejando a su hijo entre los brazos de su esposa, a quien vio primero fue a Jun pues está aún se mantenía en el mismo lugar donde se detuvo.

—Puedes ayudarme...mi amigo necesita ropa y atención médica.

—No se preocupe, iré en seguida por todo.

Salió disparada hacia donde la ropa masculina se encontraba,un pans y una camisa blanca tomo, después fue en busca del botiquín,ya teniendo todo en mano regreso.

Su presencia estuvo atendida en todo momento por los ojos oscuros del hombre.

—¿Jungkook estás bien?

Night Light Where stories live. Discover now