capitulo 15

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Derek:
Antes del amanecer habíamos quedado con dos hombres para que vernos y ellos mismos nos proporcionen lo necesario para llegar hasta el Piola.
Según hemos descubierto, este mal nacido no llegó a pasar demasiado tiempo en la cárcel, al parecer, tiene demasiado poder como para manipular a cualquier persona que esté dispuesto ha vender su alma a cambio de dinero.
Llegamos al lugar acordado, dos hombres de edad madura ya nos estaban esperando.
A cambio de dinero, ellos nos dan un coche todoterreno sin ventanas, y armas.
Sin añadir ni una sola palabra más, nos subimos en el cuatro por cuatro y siguiendo las instrucciones de un mapa nos dirigimos hacia lo que será el escondite del Piola.

Hace demasiada calor, todo está desierto, no se ve ni un águila volando. El sol es abrasador, tengo mucha sed y pido a Vladimir de parar en un arrollo para beber algo de agua.
Almudena es la primera en bajarse, con semblante serio mira hacia todos los lados consiguiendo que me preocupe.
Ella, camina dirección hacia el lago donde se agacha para beber algo de agua, se para en seco, nos avisa de haber escuchado serpientes.
Asiento con mi cabeza, pero necesito beber agua y refrescarme un poco o este calor va acabar por abrazarme .

Decidimos de descansar un rato antes de continuar con nuestro viaje.
Almudena saca de una bolsa de tela unos bocadillos.
Los tres nos sentamos en círculo bajo la sombra de un árbol a comer.
Miro el lugar, todo está en silencio, el terreno es seco, apenas se escucha nada salvo ruidos de animales.
Almudena se marcha para buscar un lugar donde hacer sus necesidades. Mié tras tanto, Vladimir y yo continuamos mirando el mapa y comentando sobre lo que nos puede ocurrir al enfrentarnos nuevamente al Piola.
Almudena vuelve con su entrecejo fruncido avisándonos de que debemos de marcharnos antes de que anochezca.

Subimos de nuevo al todoterreno, esta vez soy yo quien conduce hasta que en varios kilómetros nos quedamos sin gasolina.
Al no ver nada en aquel lugar, decidimos ir a pie siguiendo las instrucciones del mapa hasta que anoche.
Agotados, cargados con mochilas, decidimos acampar.

En mitad del campo, mirando el cielo estrellado pienso en Diana. Aunque quisiera no puedo quitármela de la cabeza.
Necesito con urgencia dar con el paradero de ese mal nacido para que me entregue la información que necesito y así poder rescatar a mi hermosura.

— ¿No tienes sueño? — Me pregunta Almudena mirando al horizonte.

— No. Estoy pensando en cómo le vamos hacer para conseguir el encargo que me ha dado el padre de mi novia.

— Eres estúpido Derek. Si supieras que ese desgraciado de Piola tiene un ejército de tíos trabajando para él, y que para llegar hasta él debemos ser más inteligentes o no lo vamos a contar.

— Deja ya de insultarme. Amo a Diana, y por ella estoy aquí. Doy mi vida por ella si fuera necesario.

— Qué mono te pones cuando te expresas como un poeta. Me resultas tan patético.

— Al menos yo tengo una mujer que amo. ¿Pero tú? Dudo mucho que tengas corazón.

— Escúchame pringao. — Almudena se abalanza a mí cogiéndome por mí camiseta clavando sus ojos formando una llama de fuego. — Si estoy aquí es porque quiero venganza. Ese desgraciado mató a mi marido, y no voy a descansar hasta meterle una bala en su cabeza como él hizo con mi marido. Yo no tengo sentimientos, tengo sed de venganza.

— Lo siento, discúlpame. — Hablo despacio mientras ella se voltea para seguir mirando al frente. Creo que bajo esa coraza de metal, hay una mujer con sentimientos nobles. El problema, que tiene un carácter muy fuerte para lo bella que es.
Aunque ahora que me ha revelado su secreto la entiendo.
No es fácil perder a un ser querido, y más cuando le arrebatan su vida ante tus ojos.

DESEO ALCANZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora