18. Manhattan NYC.

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Sentí que la semana pasó tan lenta.
Por suerte Vincent no me maltrató tanto.
Excepto por el miércoles que me lo hizo,
Entre el forcejeo eterno que tengo con él me lastimé la muñeca y me dolió todo el día.

Esto fue lo qué pasó...

Primero, me quitó la muñequera ortopédica y dijo en voz baja:

- Esta cortada es para mí. -

Él tiene razón... esa incisión lleva su nombre. Mi intento de suicidio fue dedicado a él.

Le pasó la lengua varías veces y me mordisqueó esa área, me dolió porque aún estoy sensible de los tendones.
Traté de zafarme de él, pero fue en vano.

Me chupó la cicatriz... me lo hizo de una manera tan lasciva que parecía estar en transe como si estuviera haciendo un cunnilingus, aparentemente eso lo calentó tanto que se puso intenso. Enfermo de mierda.
No hay límites para él.

Pero esta vez fue algo diferente.

De alguna manera me sentí bien... creo que mis gemidos se oyeron en toda la casa. Supongo que la última vez, no fue tan brusco porque yo aún estaba "delicado mentalmente"

Esta vez ... al inicio me cogió de lado, me subió una pierna agarrándome por detrás de la rodilla, me penetro lentamente a medias por la posición y la metía y la sacaba en pausas, como para agarrar calor, Se mantuvo así por un rato.
Sus movimientos eran sensuales y me relajé. Cerré los ojos para recibir cada uno de sus meneos.
Se sintió bien, se sintió bastante bien.
La punta de su pene me tocaba en el lugar indicado.
Me endurecí y él se dió cuenta.

- Te voy a follar como te gusta.-

Después me acostó boca arriba me subió las piernas y me dió unas embestidas rápidas. Entraba fácil porque ya estaba completamente dilatado. Solo alguien con condiciones puede aguantar tanto tiempo así.
Él tenía una sed de sexo tan profundas que no le importó que se oyera el sonido de nuestra piel chocando con fuerzas. Ni siquiera me tapó la boca como suele hacer. Yo mismo tuve que hacerlo por la vergüenza que me oyeran.
Sus jadeos se hicieron presentes, me sentí complacido al oírlo.
Yo también empecé a moverme para sentir aún más profunda su verga; me agarraba con pasión, como si estuviera sediento y no hubiera tenido sexo hace años.
Parecía querer comerme vivo. Me mordisqueo la clavícula... ugh. Eso va a dejar marca.
Duele.
Sentí el olor de su cabello.
Él siempre huele bien.
Quise acariciarlo, pero me da miedo el rechazo.

Mis jadeos tapados se mezclaban con la respiración suprimida y entrecortado por las arremetidas que me daba por cada penetración.

Parecía como si quisiera que todos nos oyeran,
Sé que Virginia y Sylvian estaban en casa.

Fue demasiado intenso. Me recordó un poco a esa vez que me lo hizo en el carro, Pero ahora era eróticamente delicioso.

Al final cuando se vino, se la sacó y me la
echó en la cara.
No solo me salpicó en la boca sino que también me cayó en el cabello.
Me pasé la lengua en los labios para probarlo.
Eso lo excitó, pude verlo en su mirada.
Abrió los ojos y respiro profundamente.
Me besó con lengua y el semen se mezcló con nuestras salivas.
Sentí el sabor salado de su leche, y eso me hizo sentir un impulso por responderle el beso, fue automático.
Me puse realmente duro.
Soy un degenerado.

Casi nunca me besa.
Las pocas veces que lo hacía era después que me insultaba y me decía que era una puta.
Pero ese beso se sintió amoroso.
Fue tan apasionado que me pareció extraño que hiciera eso.
Nos besamos por un largo rato.
No quería parar.
De hecho, le respondí el beso no sólo porque me gustó sino también para evitar que me pegara.
Me senté en sus piernas de frente, lo abracé con fuerzas y hundí mis dedos en su piel y él me presionaba las nalgas y la espalda contra su desnudo torso, nuestros penes se rozaban. Moví mis caderas un poco para frotarme con él. nuestras lenguas se tocaban fervientemente como si él también hubiera estado reprimiendo besarme.
El beso fue tan exquisito que demoramos demasiado tiempo así.
Le acaricie el rostro y el pecho.
Sentía sus duros pectorales que emanaban calor y sudor.

Lavender Donde viven las historias. Descúbrelo ahora