| Siete |

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Y ya es lunes otra vez.

La alarma suena, reventándome los tímpanos.

Maldigo una y mil veces a quien invento este aparato. Por las mañanas tengo demasiada mala leche.

Abro los ojos y no me sorprende no ver a Enzo, supongo que, al ser profesor, tiene que estar en el instituto.

A duras penas, me levanto de mi colchón, abro el armario y cojo una falda negra y una camisa blanca.

Después de desayunar, me pongo mi maquillaje diario que consiste en eye-liner, rímel y corrector. Me miro al espejo y al verme mediamente aceptable, salgo de casa.

(...)

–Mi madre ya se ha ido- le informo a África entrando al instituto.

-Ósea que ya estás viviendo con tu caliente hermanastro- alza y baja las cejas mi mejor amiga.

Ruedo los ojos –Ni me lo menciones.

–¿Ha pasado algo nuevo?

Le cuento lo que Enzo me dijo en su habitación y al terminar mi mejor amiga abre la boca dramáticamente.

–Qué capullo- suelta.

Suspiro: –Y tanto.

–Tienes que putearle, que vea lo que se está perdiendo.

–¿Qué quieres decir con eso?- frunzo el ceño desconcertada.

–Insinúate, ponte siempre lo más sexy que puedas cuando estés con él, que vea lo que no puede tener- sonríe maliciosamente África.

Pienso en lo que me ha dicho. Me encantaría joder a Enzo

–Se va a cagar- aseguro con una sonrisa triunfante.

(...)

Tras tres horas de clase, entro a lo que me toca a continuación: filosofía.

–Hola, Nix- saluda Nate una vez que me siento a su lado.

–Hola Nate ¿te has dejado hoy también el libro en casa?- bromeo.

Suelta una carcajada a la vez que niega –No, hoy no.

Enzo entra en la clase y todo el mundo se calla.

–¿Habéis hecho los deberes?- pregunta en general. Mierda.

–¿Había deberes?- pregunto alarmada a Nate.

–Los que no dio tiempo a terminar en clase. Hazlo ahora, te da tiempo.

Rápidamente. Saco el libro y una hoja y empiezo a hacerlos.

–¿Te ayudo?- pregunta Nate.

Asiento agradecida –No entiendo el ocho.

Nate acerca su silla a la mía y se inclina hacia mí –Tienes que hacer una reflexión sobre el tema.

Si quieres te digo más o menos que poner.

–Te voy a estar agradecida toda la vida –bromeo riendo y Nate acaba riendo también.

Empieza a dictarme el ejercicio y voy anotando todo, de vez en cuando, me rio de las tonterías que dice.

–Nathaniel y Nix- esa voz -¿Estáis prestando atención?

–Eh... sí- respondo yo.

–Entonces, dime de que estaba hablando- alza una esquina de su boca.Mil veces mierda.

Me quedo en silencio. ¿Qué hago?

–Ya veo como prestas atención, Nix. Nos vemos a la hora del patio en dirección.–¿Es una broma?

Muerdo mi lengua para no decirle una barbaridad y simplemente asiento.

Cuando da órdenes se ve demasiado atractivo y caliente y...

Nix, ya.

Me froto la cara con exasperación y Enzo sigue su clase.

(...)

Meto el libro de filosofía en la mochila y me pongo de pie dispuesta a marcharme de clase.

–Nix, ven- Enzo me para.

Doy media vuelta y le miro -¿Qué?.

–¿No me has oído? que vengas- repite.

Me acerco despacio a él y cuando estamos a unos centímetros habla:-¿De qué hablabas con Nathaniel?- pregunta cruzándose de brazos.

Alzo una ceja y finjo que pienso,–Creo... que a ti no te importa, Soler.

–Estabas ligando con él.

Suelto una carcajada y doy un paso hacia él. Insinúate.

–¿Qué pasa Enzo? ¿Pensaba que como tú no querías besarme, los demás tampoco? déjame decirte, que estabas muy equivocado, cielo –digo coquetamente y sin dejarlo decir nada más, salgo de ahí.

Bien hecho Nix.

HUOLAAAAAA MIS NIÑXS. INFINITAS GRACIAS DE NUEVO POR TODO EL APOYO. ¡OS COMO LA CARA!

Ahora subiré el siguiente capítulo:)

Y bueno quiero aprovechar para deciros que dentro de muy poquito tendréis historia nueva. Espero que os guste tanto como a mí escribirla.

Dicho esto, os dejo mi instagram donde os mantendré informadxs de cualquier novedad: @lidiasstorm

-Lidia.

¿Mi hermanastro? Mi profesor.Where stories live. Discover now