You are the only one - Larry Stylinson

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Dedicado a:
jelousii

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- Quiero llevarte a una cita.

El rizado sonríe y se balancea sobre sus pies. Junta sus manos sobre su estómago y luego frunce el ceño y niega.

- Deberíamos ir a comer algo, ya sabes, yo invito, como en una cita.

El rizado vuelve a sonreír al espejo y luego niega, bufa frustrado y se dirige con pasos pesados hasta su cama, donde se deja caer de espaldas.

Observa el techo y frota sus ojos con sus manos hechas puños. Se apoya en sus codos y piensa unos segundos. Se levanta y vuelve a caminar hasta el espejo del baño. Acomoda sus rizos, los cuales han crecido un poco con el tiempo, y se aclara la garganta.

- Quiero hacer algo lindo por ti, quiero llevarte a una cita, ¿quieres ir a una cita conmigo?

Sonríe al espejo y luego celebra.

Toma sus zapatos y se los coloca, toma su celular y sus llaves.

Era sábado en la mañana, Harry y Louis habían planeado verse esa tarde, bueno, no lo habían planeado en realidad, solo ambos sabían que iban a verse ese día. Harry estaba ansioso por invitar a Louis a una cita, quería hacer algo realmente lindo, pero no creía que algo podía compararse a la cita de Louis, fue perfecta.

Tomó su celular y sus llaves, avisó a Anne que iría a casa del castaño y se encaminó hacia esta.

Cuando llegó, Jay lo recibió en la puerta, lo cual lo hizo ponerlo un poco más nervioso, Jay avisó que el castaño estaba vistiéndose y que bajaría en unos minutos, así que invitó a Harry a sentarse y beber algo, Harry aceptó un vaso de jugo para calmar sus nervios.

Jay lucía un poco más tranquila que en los últimos meses, desde la pérdida de Margaret, Jay tuvo mucha presión y carga encima suyo, el simple hecho de haberla perdido ya era difícil, pero debía sumarle sus deberes laborales, sus deberes como madre y dueña de casa, los papeles que necesitaban una firma suya y otra de su hermano Fred. El drama familiar con su hermano y el mantener a sus hijos al margen, tanto como pudiese para que no sintiesen que tenían algo que ver en esas discusiones.

Jay ahora se veía más tranquila y menos cansada, lucía más ligera y despreocupada y eso alegraba mucho al rizado, no sabía cuándo se había encariñado tanto con la familia de su castaño, pero le alegraba que el sentimiento sea correspondido por ellas también.

Louis no tardó demasiado en aparecer, mientras Jay le entregaba el vaso de jugo al rizado, el castaño entraba por la puerta de la cocina.

- Mamá, estaba pensando en que deberíam—

El castaño se detiene y observa a Harry, entonces sonríe. Retoma su camino dirigiéndose a Jay para dejar un beso en su mejilla, luego hace lo mismo con Harry.

- Buenos días -saluda Jay.

- Buenos días, mamá -responde el castaño, se dirige al lado del rizado y se sienta allí- Harry.

- Louis -responde Harry sonriendo.

- Buenos días.

- Buenos días.

- ¿Vas a desayunar? -pregunta Jay al castaño.

- Sí, ahora me preparo algo.

- Bien, yo -dice Jay acercándose a los chicos- ya desayuné, así que iré a mi habitación para alistarme para el trabajo, avísenme si necesitan algo.