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Cuando no estaba patrullando o peleando con algún fantasma, Danny inició una vigilancia constante sobre Dash para asegurarse de que no hablara de más. Junto a sus mejores amigos, Sam Manson y Tucker Foley, lo vigilaban dentro de la escuela, y, como ellos no podían seguirlo a su casa, invisible, Danny también, por sí solo, lo vigilaba allí.

A Danny le resultaba muy extraño ver como el atleta se transformaba cuando no estaba cuidando lo que los otros chicos de la secundaria pensarían de él. Jamás hubiera imaginado que iba a verlo llorando junto a su mamá mientras veían películas románticas o escucharlo hablándole como bebé a la rata pulgosa que de la nada se ponía a ladrarle histéricamente como si pudiera verlo a pesar de su invisibilidad.

De vez en cuando, Dash también parecía percibirlo y decía su nombre en voz baja, pero Danny nunca le respondía.
A veces, también le tomaba el pelo.

—No tienen idea de lo qué me acabo de enterar... —decía Dash con malicia, de repente, cuando charlaba con sus amigos o sus padres, y Danny se ponía tenso y aguantaba la respiración, mientras el bobo hacía una larga pausa dramática antes de soltar una tontería insulsa, y el chico fantasma tenía que resistir la urgencia de darle un puñetazo mientras su bully se echaba a reír con satisfacción.

***

—¿Estará poseído? —preguntó Sam un día, mirando a Baxter a la distancia.

Gracias a la vigilancia sobre él, Danny y sus amigos habían notado que Dash había comenzado a comportarse de forma inusual en la escuela. Había parado de acosar a los demás estudiantes impopulares. No sólo eso, incluso llegaron escucharlo disculpándose con alguno de ellos por haberlo molestado en el pasado.

Su comportamiento era tan extraño que casi le cuesta la amistad de los otros atletas, pues llegó a impedir que algunos de ellos molestaran a los inadaptados. Si no hubiera sido porque Kwan lo apoyó en esas ocasiones, seguro la élite lo habría sacado de su exclusivo círculo.

Pero a Danny y a sus amigos los había estado evitando. Lo cual estaba poniendo ansioso al chico fantasma. Casi se había convencido de que Dash no contaría su secreto por el momento. Pero se estaba volviendo loco preguntándose qué iba a pedirle a cambio de ese favor...

—Ya sé qué quiero, Fentonto —le dijo Dash, finalmente, un día que se encontraron solos en un pasillo.

—¿Ah, sí? —le preguntó, Danny, fingiendo tranquilidad. En ese momento, se había dado cuenta de lo mucho que había echado de menos al atleta. O sea, no extrañaba que lo metiera en su casillero, pero, definitivamente, sí había echado en falta su atención.

—Quiero una cita —declaró Baxter, con una sonrisa torcida en los labios.

—¿Con... Jazz? —preguntó Danny, confundido.Dash movió la cabeza a los lados.

—Con Danny Phantom.

Danny se atragantó y enrojeció.

—¿B-bromeas? —balbució con esfuerzo.

—¿Quieres que guarde tu secreto o no? —murmuró Dash, con malicia.


***




Lo de la rata histérica pulgosa no es en serio. Yo también tengo una de ésas y la quiero un montón UwU

Teddy Ghost (Danny x Dash)Where stories live. Discover now