4. Amor a un corazón verdaderamente roto

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¡Perdón por tardar tanto!

Aquí tenéis un nuevo capítulo.

Momose Sato entró en pánico.

- ¡Ishtar! ¡Lo siento tanto!- Con premura se puso de rodillas y posicionó su cabeza en el suelo en señal de perdón.- ¡Ha sido culpa mía!

- No…yo no...

- ¡De pie, Momose!

La atronadora voz de Utu enmudeció la pequeña cabañita. Apenas escucharon el crepitar del fuego y las respiraciones de todos acompasadas entre sí.

Su cuñada estaba atónita.

- Levántate.- siseó Utu.

La fulminó con la mirada de tal manera que Momo se obligó a tragar en seco.

¿Porque la había gritado?

¿Acaso no entendía por qué no podía dejar que descubrieran la naturaleza de su...relación? ¿De los motivos por los cuáles ella se había acercado a él?

No podía comprometerlo.

Si su hermano llegaba a enterarse de su repentino ataque de amor sería capaz de lo peor. Podría obligarlo a tomar la responsabilidad y atarlo de por vida a ella. Y lo último que quería era imponer su amor.

Además, estaba segura de que se convertiría en una condena para el príncipe Utu y el más doloroso castigo para Momo.

Enderezándose apenas pudo resistir el escalofrío que la invadió al reparar en el par de ojos dorados que no se habían despegado de ella.

Momo lo miró impotente.

Otra opción, la más peligrosa de todas, sería la defensa por su honor. Ishiro tendría que retar a Utu. Es decir, retarlo a morir. Y Momo preferiría entonces ser la primera en cobrar su propia vida.

Todos aquellos descorazonadores pensamientos pasaron fugazmente por su cabeza.

- Será mejor que te levantes, querida.- la instó Ishtar a ponerse de pie una vez que dejó a su bebé en los brazos de Rabbi. Las dos pudieron ver como Utu intentaba apoyarse a tientas sobre sus codos a pesar de su fiebre alta y la herida en proceso de curación.- No es buena idea, Utu.

Utu apretó los dientes a causa del dolor.

- ¡Cuidado!

Alarmada, tomó su hombro para intentar tumbarlo, pero fue como mover una roca pesada. Por su imprudencia se tomó la libertad de regañarlo con la mirada. Y él se la regresó con intensidad.

- No culpes a Momo, Ishtar.- siseó.- Yo intenté seducirla.

Abrió los ojos, impactada.

No podía creer lo que estaba diciendo.

- ¿¡No diga tonterías!?

Chilló.

- Calla, Momose.- la observó severamente.- No digas nada.

- Pero...

Eso estaba yendo de mal en peor.

- Será mejor que te vayas al castillo. Ahora.

Sus labios se apretaron compungidos y su alma pecó al sentirse atacada y herida por Utu.

- Me iré.- accedió dejando el paño húmedo en la pequeña palangana y silenciosamente caminó hacia la puerta.-...Ishtar...

Para fortuna de Momo, su cuñada posó una mano en su hombro y la apretó en un intento de confortarla. Sin embargo, ella se sentía enferma.

- Está bien, querida.- su voz era opaca.

LA DEBILIDAD DE UTU (EN PROCESO)Onde histórias criam vida. Descubra agora