Fuimos bendecidos por el hilo rojo, ambos prometimos encontrarnos en la siguiente vida pero ahora que te he encontrado ¿Por qué no me reconoces? Intento hacerte recordar pero no sirve entonces ahora yo deseo saber ¿Quién soy yo? Lo que quiero es esc...
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-Por favor acepta mi presente.- hablo la chica mientras entregaba la pequeña caja de chocolates.- Me gustas desde hace tres meses shikamaru-san, tengamos una cita.- La cara de la chica parecía que estallaría en cualquier momento por lo roja que estaba-
"Qué demonios acaba de decir esa chica"- pensó con bastante molestia.
Ya habían pasado casi un mes desde que tuvo la platica con su padre en aquel parque tan memorable, se había sentido tan libre después de abrirse con su padre, era como quitarse una carga demasiado pesada. Logro aceptar que gustaba de su amigo y que deseaba estar con él, pero aun así aceptaba que necesitaba manejar todas sus inseguridades razón por la cual acepto ir con un psicólogo. De hecho disfrutaba ir con su psicóloga, el ambiente que había en ese consultorio lo hacia sentir seguro y con confianza para contar cada uno de sus miedos.
Se alejo por unos cuantos días de shikamaru como recomendación para de esa manera lograr entender mucho mejor sus propios sentimientos y así no cometer un paso en falso, pero hace una semana pudo volver a intentar acercarse a él para recuperar la amistad perdida.
Jura que intento de todo pero shikamaru parecía rehusarse a tener contacto con él como si tuviera una enfermedad contagiosa, eso lograba entristecerlo pero no se rendiría tan rápido por qué estaba seguro de que lo quería y deseaba estar a su lado incluso si es solo como un amigo eso le bastaba. Intento primero acercarse cuando estaban en el comedor cosa que salio mal, ese día shikamaru había aparecido a tomar el almuerzo con ellos claro que él estaba feliz pero el chico lo trataba como si no existiera, intento establecer una conversación pero no funciono ya que el pelinegro nunca le respondió.
Y así intento en cada oportunidad que tenía pero siempre fallaba, las únicas veces que shikamaru hablo con él fue para decirle que tenía la cremallera debajo o para decirle que se quitara de su lado. Estaba frustrado pero tenía que seguir esto lo tomaría como una prueba de amor verdadero.
Ahora que lo piensa jamas se había imaginado que shikamaru tuviera a tantas chicas deseando tener una cita con él hasta que puso mas atención, de hecho en tan solo una semana ha visto como más de diez chicas han sido rechazadas bueno ahora son once con la castaña que le ha entregado un obsequio que claramente el pelinegro se negó a aceptar.
-No puedo aceptarlo.- respondió perezosamente.
-¿Por qué?.- pregunto con un deje de tristeza la chica.
"No eres su tipo."- pensó burlonamente el rubio.- "Espera yo no sé cual es su tipo"
-No me gustas.- su rostro serio no cambio ni un poco.- Ahora que he dicho todo me voy.
Shikamaru avanzo sin mirar atrás donde se encontraba la chica con lagrimas resbalando por su rostro por haber sido rechazada. Ahora sentía un poco de pena por la chica, no lo iba a negar era bonita pero al mismo tiempo estaba feliz de que shikamaru no haya aceptado sus sentimientos.
