Capitulo 8

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Ella tenía claro que ese amor que sentía por Inuyasha se había ido, sin embargo le dolían las palabras que le había dicho, no pudo evitar llorar cuando ella y Sorrento se alejaron de los demás.

Sorrento: No me gusta verte llorar. - dijo mientras la abrazaba y besaba su cabello - me duele verte así.
Aome: No puedo creer que me trate así, he hecho mucho por él y...
Sorrento: Por qué no te separas del grupo?
Aome: No puedo dejar a los demás, ellos no lo merecen.
Sorrento: Piénsalo, yo voy a estar aquí para ti, y tus amigos lo entenderán.

Tres horas habían pasado y Aome no regresaba, Inuyasha estaba molesto pero no podía ir a buscarla porque Radamanthys lo estaba vigilando.

Inuyasha: Vete al infierno!
Radamanthys: De ahí vengo. (Burlón)
Inuyasha: Aún así no eres quién para impedirme ir a buscar a Aome.
Radamanthys: Yo sólo sigo órdenes, si me piden que te mate lo haría.

Mientras tanto, despues de haber llorado un buen rato, Aome se había quedado dormida en los brazos de Sorrento.
Él sabía que a pesar de todo, a Aome le dolían esos malos tratos, sobre todo porque Aome aún consideraba a Inuyasha como un buen amigo.

Un mes después

No se había separado del grupo, sin embargo, Aome no le dirigía la palabra a Inuyasha, se encontraba molesta y en esa ocasión no pensaba ceder.

Sin embargo ese día, Kagura y Hakudoshi los habían atacado junto a los guerreros de Hera y está misma comandandolos.
Mientras Inuyasha y Aome se cubrían la espalda, los tres dioses junto a sus guerreros llegaron al lugar.

Ni siquiera se dieron cuenta en qué momento paso, sin embargo Inuyasha y Sorrento peleaban a una distancia considerable, mientras uno peleaba con Hakudoshi, el otro lidiaba con uno de los guerreros de Hera, y los dos parecían tener cierta desventaja contra su oponente.

Inuyasha por fin sintió lo mismo que Aome había sentido en esas ocasiones en las que él había preferido salvar a Kykyo y no a ella. Pues la flecha de la azabache paso rodando a Hakudoshi, pero su objetivo no era él, no, su objetivo era el contrincante de Sorrento, quien estaba a punto de herir al peli lila con una lanza.

Inuyasha: Aome. (Susurrando)
Sorrento: Cuidado Aome!

Corrió hacia ella y la protegió, aunque Aome también le cubría la espalda a Sorrento, hasta que se quedó sin flechas.

Sorrento: Detrás de mi Aome, no voy a dejar que te lastimen.

No protesto como cuando Inuyasha le decía que no interviniera en la pelea, hizo lo que Sorrento le pidió y no hizo o dijo algo que pudiera agravar la situación en la que estaban.
Inuyasha lo entendió, Aome prácticamente estaba confiando en el general Marino, le estaba confiando su propia vida.

Por otro lado, Hera podía llegar a ser bastante astuta, no por nada ya había intentado conspirar en otras ocasiones contra Zeus, pero también era escurridiza, aún así no contaba con que fuera Hades, quien con su propia espada se encargará de destruir su cetro.

A final de cuentas se trataba de la hermana menor de Hades y Poseídon, y sabían que ella dependía mucho se su cetro.
Athena fue la distracción, Poseídon se encargó de que repentinamente comenzará a llover y está misma lluvia logrará dañar a Hera y Hades se encargó de destruir el cetro.

Nada podía salir mal, la sellarian y después se preocuparían por ayudar a Aome con la perla, sin embargo cuándo estaban por sellarla en ese jarron, uno de sus guerreros se sacrificó por ella, dándole la oportunidad de escapar.

Los dioses no tuvieron tiempo de discutir entre ellos, pues una discusión ajena logro llamar su atención.
Los gritos de Inuyasha insultando a Aome, Kanon tratando de que Sorrento no matará a Inuyasha, y la misma Aome sin saber que decir.

Inuyasha: Eres una estúpida. Casi muero por tú culpa! (Molesto)
Kanon: Cambie de opinión, seré yo quien lo mate, tu cuida de ella.
Aome: Estabas perfectamente bien - hablo logrando llamar su atención - y sólo hice lo que crei correcto.

Antes de que Inuyasha pudiera decir algo más, Sorrento se soltó del agarre de Kanon y fue directamente a golpear a Inuyasha.
Uno, dos tres golpes, y el peliplateado logro regresar sólo uno de esos golpes, después... La ventaja la llevaba el peli lila.

Sorrento: Tú no eres nadie para tratar y hablarle de esa manera a Aome! - grito con enojo mientras Kanon lo detenía - ni siquiera mereces la empatía que ella tiene hacia tí.
Poseídon: Detente Sorrento!
Sorrento: Señor...
Poseídon: Despídete de tus amigos, vendrás con nosotros. - hablo con seriedad mirando a Aome - ni Sorrento ni yo te dejaremos un minuto más con ese ser.
Aome: Shippo podría venir conmigo?

Sólo un asentimiento fue lo que recibió como respuesta, después de eso les pidió a Sango y Miroku que no dejarán a Inuyasha hacer alguna imprudencia, pues era notable que ya había enfadado a los tres dioses, y si hacia algo más, su instinto le decía que la pasaría bastante mal.

Horas más tarde

Shippo: Y también puedo hacer esto. - dijo mientras lanzaba su trompo mágico - y se hace más grande.
Hades: Quiero a este niño en las filas de mi ejército, tiene potencial.
Athena: Es sólo un niño.
Poseídon: Cuantos años tiene el aprendiz de Mu?

Decir que no estaba cómoda con ellos sería como mentir, pues la habían recibido bastante bien, Athena de inmediato trato de hacer una amistad más cercana con ella, Hades le tocó la cabeza y le dió una media sonrisa.

Kanon y Mu la habían tratado como si la conocieran desde hace años y Minos y Radamanthys... A su manera le demostraron que les agradaba.
Con quienes más había convivido era con Julián (Poseídon) y Sorrento, a este último se encontraba curandolo de sus heridas.

Sorrento: Te dije que ibas a ser bienvenida. (Sorrento)
Aome: Te agradezco mucho Sorrento.
Sorrento: No tienes que agradecer nada.
Aome: Te quiero.

Beso su mejilla en muestra de cariño y agradecimiento, pues realmente estaba agradecida con él, por muchas cosas.

Observando a la distancia se encontraba Inuyasha, viendo cómo el nuevo grupo al que Aome pertencía, le daba la bienvenida a ella y a Shippo, como poco a poco entraban en confianza, y también como Aome curaba las heridas de Sorrento, justo como meses atrás lo curaba a él después de una batalla.

Ya era tarde para recuperarla, sin embargo él no quería darse por vencido, no aún, la tenía que hacer volver con él, creyó que dándole celos ella volvería, y se dirigió en busca de Kykyo, sin embargo estaba equivocado.

Melodía De Amor Aome x SorrentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora