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Final

Jimin estaba emocionado por la llegada de su novio.

Había pasado el último mes buscando una renta barata, había logrado cambiar su habitación por una más grande pagando la pequeña diferencia. Aunque la habitación tenía dos camas y apenas el espacio suficiente para colocar dos escritorios se sentía más cómoda. Probablemente por la ilusión que le hacía no amanecer solo, o regresar a una habitación vacía. Su amiga le había ayudado a empacar y mover sus pocas pertenencias los pocos pisos que separaban ambos departamentos.

Todo había pasado más rápido de lo que había pensado que pasaría. No había pasado más de un mes desde su encuentro con Yoongi, cuando el mayor le había avisado que tenía un empleo remoto que podría estar realizando desde Berlín. Posterior a  eso la búsqueda del departamento había sido exhaustiva para ambos, hasta que su amiga le había mencionado la posibilidad de agrandar su propia habitación. Lo que le llevó a la sorprendente libertad de los dormitorios de Berlín.

El programa de apoyo para estudiantes extranjeros  daba la oportunidad de utilizar los fondos de la beca para beneficiarse con diferentes opciones. La que les había parecido mejor para su situación era la de pedir una habitación doble, la diferencia entre la que le era asignada con la beca y la que podía tener era monetariamente poca, pero tenía más espacio, dos camas y le aumentaban a su mesada 10% del pago del otro inquilino. El novio de Seji se encargaba de aprobar los candidatos a esos programas, por lo que no había sido problema meter a Yoongi en el programa y empatar la habitación agrandada con la vacante de compañero de cuarto que había generado su solicitud.

-¿Esto cuenta como tráfico de influencias?- preguntó Jimin descansando en el sofá al lado de su amiga.

-¿Me ves con cara de que sé de leyes?- cuestionó fingiendo estar ofendida -Soy bailarina, no abogada bebé, mi talento está en mis pies no en mi cabeza- dijo bromeando y abrazando a su amigo. -¿Está mal decir que de no haber sido gay te habría intentado seducir?- preguntó oliendo su masculino perfume.

-En teoría no, porque soy hombre y tu eres heterosexual. Solo no digas que es un desperdicio o algo- advirtió recordando algunos de los comentarios que sin mala intención resultaban ofensivos.

-¿Bromeas? ¿Desperdicio? ¿Quién se atrevería a decir eso cuando tu novio es así de guapo? Yo veo que ustedes se aprovechan muy bien- no siempre sus amigos o amigas heterosexuales comprendían lo que implicaba ser gay, pero al menos los más cercanos respetaban su orientación, con Yoongi se había acostumbrado a escuchar lo que pensaba sin filtros, Seji no era muy diferente, sobre todo llevando tanto tiempo viviendo en el extranjero. -Los tres días que estuvo aquí ni siquiera podías caminar bien- Jimin se quejó en voz alta, levantándose del sofá, sintiendo la repentina necesidad de terminar de acomodar su ropa. -¿Es tan Dios del sexo como parece?- siguió preguntando la mujer, más por molestar a Jimin que por realmente tener curiosidad.

Cuando finalmente la chica se fue de su nuevo departamento, revisó la hora Yoongi debería estar llegando a la oficina, una idea loca y sexy estaba en su cabeza y una parte de él aún se negaba a llevarla acabó.

-¿Dónde estás?- preguntó Jimin en cuanto su novio respondió su llamada.

-Llegando a la oficina, llegué temprano- dijo el mayor guardando su mochila en el cajón libre debajo de su escritorio.

-¿Puedes ir a algún lugar donde estés solo? Quiero mostrarte el departamento- el mayor dio una afirmación floja y caminó hasta el baño de un solo retrete, donde se encerró. Cuando encendió la cámara casi se atraganta con su saliva.

-Mimi- Yoongi se sostuvo del lavamanos cuando la imagen de su novio apareció en su teléfono. Jimin estaba recostado, la posición en la que tenía la cámara le permitía ver el reflejo de su trasero, logró ver una joya azul adornándolo con lo que debería ser un plug anal.