1. Neck

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La primera vez que lo descubrió fue aquella noche donde las camisas ya se encontraban en el piso y sus respiraciones estaban agitadas a más no poder

Una de sus manos estaba sobre la cintura del menor y la otra en su nuca encargándose de profundizar aquel beso hasta que el aire fuera estrictamente necesario

Fue un simple movimiento, un deslizamiento que hizo que su mano bajar al cuello, que su palma quedara en medio de la garganta y que sus dedos cayeran alrededor; sin fuerza, sin presión; solo un toque

Un toque que hizo temblar por completo al cuerpo más pequeño

- Diego -gimió tirando la cabeza hacia atrás y encorvando un poco el cuello dándole más acceso al mayor de que hiciera lo que quisiera con el

Claro está que el mayor no desaprovechó la oportunidad y marcó cada pedazo de piel expuesta; deleitándose con los soniditos que su novio intentaba vagamente ocultar

Diego sabía que el cuello de Five era muy sensible y que el chico disfrutaba demasiado cuando lo recorría de punta a punta, sin embargo también había otras partes que necesitaban su atención urgentemente

Comenzó a dejar un camino de besos desde la barbilla del menor hasta su clavícula, bajando lentamente a los hombros y al pecho, sin embargo, a Cinco no pareció gustarle la idea de que su mano izquierda estuviera inmóvil al costado de su cabeza, así que la tomó y la volvió a llevar a su cuello presionando el mismo la palma contra su garganta

Diego levantó la cabeza y lo miró con una ceja enarcada

- ¿Seguro? -preguntó sin necesidad de formular por completo la pregunta

Five asintió sin dudar ni siquiera un poco; con las mejillas sonrojadas, los ojos oscurecidos por el placer, los labios entreabiertos y la necesidad de sentir sus pieles juntas brillando en cada poro

- Avísame si quieres que me detenga -pidió acariciando su mejilla, con un tono más serio pero con el mismo amor que antes; Cinco dio un pequeño asentimiento y luego cerró los ojos mientras dejaba salir un jadeo cuando sintió que la presión en su cuello aumentaba

Continuaron con el momento; marcando el cuerpo agendo y murmurando sus nombres hasta que se sintieran propios

Diego aún no se sentía del todo seguro sobre lo que hacía su mano sobre el cuello del menor, así que procuró no presionar demasiado fuerte ni ser muy brusco; le encantaba la forma ahogada en la que el castaño gemía su nombre pero no por eso quería lastimarlo o dejarle algún tipo de daño, así que aún en el extasis del momento cuido que la presión no fuera demasiada o que el menor no lo estuviera pasando mal

Al otro día decidieron hablarlo. Eran pareja y lo último que querían era lastimar al otro, así que el mayor le expresó sus inseguridades ante esa práctica y Cicno lo tranquilizó diciéndole que estaba bien y que no lo había dañado de ninguna manera

Claro que la plática no terminó ahí; acordaron que lo mejor sería tener una palabra de seguridad, algo que les gritara "detente" cuando las cosas fueran demasiado para uno, ademas de implementar un código de colores para saber cuando podían continuar y cuando parar

Five estuvo de acuerdo con todo y aunque Diego aún estuviera preocupado por las marcas que sus dedos habían dejado en la piel pálida de su cuello, toda pizca de temor o culpa desapareció cuando vio al más pequeño sonreír frente al espejo recorriendo esas mismas marcas

Y un mes después, en esa misma habitación, Cinco se encontraba temblando de placer, con las mejillas sonrojadas, pequeñas lágrimas en sus ojos y la mano de su novio envolviendo su delgado cuello. Todo su cuerpo cosquilleaba, los gemidos salían involuntariamente y su mente no podía pensar en nada más que el chico que se encontraba sobre él besando su piel

- ¿Color? -preguntó, con la voz ronca y los ojos oscurecidos por la lujurias, soltando un poco el agarre en su cuello para que el rubio pudiera contestar correctamente

- Verde -respondió en una mezcla de jadeos, dándole completo permiso para seguir

Diego obedeció y siguió con su trabajo

Five nunca pensó que le gustaría ser ahorcado durante el acto, o que le prendería tanto que la gran mano de su novio recorriera su cuello presionando de vez en cuando con fuerza; nunca se detuvo a pensar en los fetiches o en las cosas que lo ponían más de lo normal; sin embargo, la sensación de su pareja moviéndose en su interior mientras su mano aprisionaba su garganta y sus dedos se quemaban en su piel lo hacían alucinar y temblar de pies a cabeza

No le molestaba tener un fetiche con el cuello y mucho menos cuando todo se sentía tan malditamente bien

ANGEL -DIENCO-Where stories live. Discover now