ANGEL -DIENCO-

8. Diego

Five caminó a paso lento y perezoso por la casa hasta llegar a la cocina

Diego estaba recargado en la isla de la cocina, con su primera taz de café en la mano y la mirada perdida en algún punto, sin embargo, apenas escuchó a Cinco entrar extendió uno de sus brazos para que el menor pudiera abrazarlo y acurrucarse en su pecho

- Buenos días, bonito -saludó, dejando un beso en su cabecita y sintiendo como el castaño restregaba su mejilla en su pecho cual gato

- Buenos días, amor

- ¿Estas bien? -preguntó con una pizca de preocupación en su voz- ayer aguantaste mucho

- Estoy bien -respondió- solo necesito una ducha

El mayor sonrió y le extendió una taza con café caliente

- Primero desayuna

Five sonrió y tomó la taza; separándose de su novio y sentándose sobre la isla

- ¿A que hora debes de volver a tu casa?

- Tengo hasta las cinco

- ¿Puedo ir contigo? No quiero estar aquí cuando a Klaus y Ben se les ocurra follar

Diego río bajito y besó su coronilla antes de caminar al refrigerador en busca de comida

- Sabes que no debes preguntar

- Solo quería asegurarme -se encogió de hombros

- En ese caso, desayunemos, démonos una ducha y tapemos esto para que mis padres no nos maten

El menor levantó la vista ante la última oración notando que su novio señala el par de marcas que se extendían en su cuello

Seguro el suyo estaría peor

- Eres pésimo tapando evidencia -se burló

- Lo se, por eso tú lo harás

- ¿Yo?

- Tú lo haces, tú lo cubres

- ¿Ah, si? ¿Y las mías las cubrirás tu?

- Siempre podemos decir que fue un mosquito

Cinco estaba seguro que deberían de ser verdaderamente idiotas para pensar que el collar de chupetones que tenía alrededor de su garganta lo había hecho un mosquitos

- Iré a ver si aún me queda base suficiente, no te tomes mi café -dio un pequeño saltito para bajarse de la barra e hizo una mueca al sentir una punzada en su espalda baja- Mala idea -gimió acercándose a su novio y golpeándole el brazo con fuerza

- ¡AUCH! ¿Eso por que fue?

- Por dejarme casi paralitico

Diego lo miró divertido con una ceja levantada

- No me voy a ofender por eso

El castaño rodó los ojos y caminó al baño de su habitación; al llegar se quedó paralizado frente al espejo

Si que se habían emocionado anoche

Su cuello estaba lleno de manchitas moradas y rojas que lo recorrían de esquina a esquina, había otro par en su clavícula y ni fijarse en los muslos

Vaya que Diego se había esforzado

- ¡Esto ni de chiste lo hizo un mosquito, Diego Hergreevas! - gritó, recibiendo la risa lejana de su novio como respuesta

Levantó un poco la barbilla y repasó las marcas con la yema de los dedos. Le gustaban, incluso podía decir que le daba lástima tener que cubrirlas  

Detuvo su recorrido en el último chupete y sonrió ante la pregunta que se formuló en su mente

Cinco tenía una larga lista de fetiches y obsesiones, incluso algunas que él mismo desconocía, pero...

¿Diego también tendría las suyas?

Conocía algunas cosas que le fascinaban a su novio. Cosas que le oscurecían las iris en lujuria y que le enronquecían la voz de una forma demasiado caliente 

Pero ¿cual sería la lista de obsesiones y fetiches de Diego Hergreeves?

Después de todo, las personas solo lo consideraban un chico callado

Bueno él tampoco puede quejarse; a él lo consideran un ángel y justo ahora está tapando las marcas que su Daddy le había dejado por todo el cuerpo

¿Que irónica es la vida, no?