Enamorada de mi mejor amigo.

CAPITULO I

CAPITULO I

Allison Rivera

Nunca entenderé completamente el por qué las cosas mientras más las disfrutas más efímeras se sienten, y aunque tal vez no estoy hablando de algo de tanta importancia siempre he tenido esa pregunta existencial, porque daría lo que tengo por vivirlas en cámara lenta unas cuantas veces más. Hoy es domingo, ultimo día de las vacaciones de verano, y no puedo decir que me siento agradecida en este preciso momento con la decisión de mis padres de brindarme una educación, o mejor aún, de hacerlo con un internado... Junto a Alex, al cual me encuentro dirigiéndome en este preciso momento. No es que me hace feliz despertarme temprano simplemente para despertarlo, pero al hacerlo me da ventaja de molestarlo, y eso si me daba satisfacción. Entré a su habitación sigilosamente tratando de no chocar mi pequeño cuerpo con algún mobiliario a la vista, de la cual no tenía mucha visión al estar todo más oscuro que los pasillos de Hogwarts. Sin pensarlo, me lancé hacia el bulto en la cama donde yacía el hermoso cuerpo de mi hermano, el cual roncaba como camión dañado.

— Alex, arriba, levántate, es hoy, es hoy. — dije con un tono de entusiasmo, el cual nadie podría diferenciar que era falso, lo cual era mi especialidad—.
— Ally, déjame dormir, que ni ha amanecido. —Gruñó echándome a un lado mientras arropaba su debilucho cuerpo con las sabanas para volver a dormir—
—Vamos, si ya amaneció y volvió a amanecer —Resoplé parándome de su cama y jalando las sabanas que lo cubrían y tirándolas en el suelo, mientras me dirigía en camino a abrir las cortinas— Cuento hasta tres, y llego... Y las ventanas se abren. Hey, tu decides —Amenacé de forma burlona tomando el doblillo de estas con mis manos—. Uno...

Podía sentir los gruñidos de Alex por debajo de las almohadas, murmurando cosas que no entendía pero que sé con seguridad que eran despectivas simplemente por su forma de ser. Resopló mientras intentaba mediante múltiples intentos fallidos prender su lampara de noche, con tal de buscar alguna luz que no fuera la del sol.

— Bien, ganaste. Desperté. Ahora, con todo respeto, ¡Que insoportable! —Rodó los ojos, mientras se paraba a estirarse, y luego posó su mirada en mí de confusión al ver la hora que marcaba el reloj. 6:37 a.m. — Además, sé que no estás feliz por regresar, y sé que el levantarme lo haces para molestarme, pero algo me dice que si quieres regresar a clases, lo cual me sorprende, ya que tú nunca has querido ir al internado el día antes, y siempre tratas de evadirlo.

El silenció reino por unos segundos ya que realmente si odiaba clases, pero muy dentro estaba ansiosa por regresar al internado. Estas vacaciones fueron excelentes, cortas, sí, pero suficientes. Aunque, ¿A quién diablos le mentía? Muy dentro sabía perfectamente la razón de mi amor-odio al regresar, aunque creo que aun no estaba lista para admitirlo.

— Solo extraño a las chicas. Y definitivamente, me cansé de tenerte de compañía solitaria. Eres tramposo en Monopolio, y no me dejas ganar en Mario Kart.

Bufé encogiéndome de hombros, restándole importancia a la razón verdadera. Alex no mencionó el tema nuevamente, así que simplemente salí de su habitación para ir a hacer mis maletas, y organizar las ultimas cosas que iba a llevar conmigo al internado. Este verano fue diferente, lo sentí diferente. Sentí ese click en mi que nunca volvió a dispararse y se ha quedado ahí haciéndome cuestionar muchas cosas que nunca me había detenido a cuestionarme. Por ejemplo, ¿En qué momento los sentimientos cambian tan radicalmente, y sin advertencias? Es como diciéndote, pues jodete, aquí están, ahora lidia tu con las consecuencias; cuando no las pediste. Mi cabeza se sentía pesada y no por el simple hecho de que empezaba otro año escolar en el cual tendría que fingir sentirme interesada de saber quién era la X o quien era la Y... Porque dato curioso, no me interesa seguir conociendo nada desconocido, con lo que tengo es suficiente, y de más... Y nuevamente, me desvié del tema, claro ejemplo del lio que hay en mi cabeza.