"No soy capaz de liderar con mis pensamientos, pero sé que te quedarás conmigo hasta el final"
Jake es un chico australiano que tiene trastorno de ansiedad y depresión por causa de su hermana...
Pero un día ella llega a su casa con una noticia.
"Es...
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"No tomaste la mejor decisión al dejarte caer, te extraño"
¿Flores? ¿Chocolates? ¿Qué voy a llevar? ¿Un vino tal vez? ¿Qué le gusta a las chicas y a sus papás?
[...]
Jake se encontraba sentado viendo desde la ventana, riendo al ver aquel muchacho pelear consigo mismo antes de entrar.
Aunque no se le veía la cara, era un chico pelinegro y alto, no era su tipo pero parecía guapo.
—Jake, toma tus pastillas antes de bajar. —dijo su madre entrando a la habitación con una sonrisa.
—Está bien, en la puerta hay alguien. —tomó el frasco.
—Voy a ver quien es, tal vez sea la pareja de tu hermana —Río con euforia.
¿Pareja? Nunca conseguí tener a alguien que me mirara con amor, siempre era odio cuando sus miradas se posaban en mí.
Me da alegría ver a Ryujin con un chico...
Casi lo olvido, tengo que bajar.
Pensaba Jake, y sin darse cuenta estaba en la cocina ayudando a la señora Kim con el postre que el mismo había preparado, un pudin de chocolate era su especialidad.
—Te quedo muy bien Jake —dijo la señora.
—Gracias, espero que no esté muy dulce —el castaño sonreía mientras colocaba el postre en la refri.
/Jake/
Ding dong sonó el timbre de la puerta principal, aquel chico había tardado mucho en tocar.
¿Tan enamorado está de mi hermana?
—Jake ¿puedes abrir la puerta? —dijo Kim, aún estaba ocupada cocinando.
—Si, yo abriré —camine hacia la puerta, pero una mano tomó mi brazo fuertemente.
Pobre de ti si me humillas frente de mi novio, hoy soy yo la importante, no trastes de llamar la atención, ¿entendiste? -en sus ojos había rabia pura.
—¡Auh, duele! —me está sujetando muy fuerte.
—¿ENTENDISTE? —quiero irme por favor...
—¡Si, no llamaré la atención! —me soltó y camino hacia su cuarto.
Perdón Ryujin, yo no quiero llamar la atención...
Camine hacia la puerta y la abrí con mucho cuidado, para no hacer ruido.
Una sombra se acercaba a mí lentamente, dejándome ver a un pelinegro muy alto, incluso más que yo.
