7 son Multitud [Ron Weasley y tu]

Clases

Me encontraba poniéndome un zapato mientras corría por alguno de los extensos pasillos de Hogwarts cuando choque con alguien y todas mis cosas cayeron al suelo junto con la otra persona.

—¡Mierda! —Exclamé sin mirar a quien había tirado, le tendí la mano sin prestar mucha atención y comencé a recoger mis pertenencias, al levantarme abrí los ojos con sorpresa y sonreí levemente.

—Hay otras formas para llamar mi atención que chocarme ¿sabes? —Dijo con tono serio la chica pelirroja que había visto anteriormente en la estación. —¿Cuándo dejaremos de encontrarnos así?—

—Lo siento —Dije apenada.

—Estoy bromeando —Rió levemente. —¿A qué clase vas?—

—A historia de la magia —Dije mientras caminaba junto a ella

—Genial, yo también voy para allá—

Caminamos en un silencio bastante cómodo hasta llegar al salón.

—Señorita Weasley, Señorita Anders, tienen retardo. —Giré mis ojos y me senté junto a Harry, quien tenía una sonrisa amplia, como si le hubieran dado la mejor noticia de su vida.

—Hola elegido. —Susurré mientras le daba un codazo suave.

—Hola. —Me devolvió el saludo, parecía que ni siquiera que lo molestara iba a ponerlo de mal humor.

—¿Por qué tan sonriente? —Indagué.

El chico suspiró. —Es que...Draco me mando una lechuza con una rana de chocolate anoche...

—¿¡Que!?, ¿Y qué más pasó? —Exclamé.

—Baja la voz T/N, pero tal vez me guste un poco. —

Solté un chillido y comencé a celebrar en mi silla, "Mi plan funcionó, ¡genial!", pensé y seguí emocionándome hasta que una voz me interrumpió.

—Señorita Anders, primero llega tarde y después interrumpe mi clase. —Exclamó. —Esto es inaceptable, le voy a pedir que se retire de mi salón y va a tener detención. —Por mi bien y el de mi casa decidí no quejarme.

Todos miraron la escena con atención mientras me levantaba de mi asiento y me despedía del profesor con la mano mientras él negaba.

Tras un rato de esperar a que la clase terminara salieron todos los estudiantes de la clase, algunos Gryffindors cuchicheaban y se reían, pero sólo los ignoré, sabía que mantenían distancia para no enfadar a los demás Slytherins.

No miré a mi alrededor hasta que el trío de oro se me acercó.

—Hola señorita problemas. —Habló burlón el pelirrojo.

—Era justo y necesario Weasley. —Sonreí, si era honesta no me arrepentía.

—¿Pues qué pasó? —Preguntó Hermione, sabía que había activado su curiosidad.

Voltee a ver a Harry y este solo se sonrojó y apartó la mirada. —Creo que eso ya se los tendrá que contar Harry. —Dije para luego dirigirme a mi siguiente clase, ignorando olímpicamente las quejas de mis amigos. Los extrañaría en la hora de pociones.

Al entrar al salón de pociones me senté junto a Draco y espere a que Snape llegara. Mientras tanto intenté sacarle la mayor información posible.

—Aunque sea cuéntame que decía la nota, cupido merece una recompensa.—

—¿Quién demonios es cupido?—

—¡Yo! Anda, dime. —Draco suspiró con una sonrisa.

—Bien, yo...lo invité a una cita. —Quise saltar, pero mantuve mi posición. —¿No estás emocionada?