ENAMORADO DE UN VAMPIRO YAOI

15. In another life

Primero que nada me disculpo de ante mano por este capítulo, aunque no creo que las haga llorar, sin más vamos con el capítulo y perdón por el vocabulario que usaré. ☺️
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Narra Kyosuke

Dos semanas, dos putas semanas, y mi amado Tenma no despierta, ¿Por qué no despierta? Ya le hicieron transfusiones de sangre, rayos X en su cuerpo, le colocan adrenalina, oxígeno, tiene suero con nutrientes para que corran por sus venas, ¿Que más se debe hacer? ¿Que más hay que hacer para que despiertes y te quedes a mi lado? Dímelo Tenma, ¡Dime qué tengo que hacer para que te levantes de ese estado tan crítico en el que estás!, Siempre que llegó aquí es la misma puta noticia, “Lo siento señor Goenji, su esposo no ha despertamos y dudamos totalmente que lo haga”. ¡Pura mierda! Dime algo Tenma, ¿Por qué antes de traerte al hospital me hiciste prometerte que no te volvería en vampiro?

Ambos sabíamos la carga que sería tener a nuestros hijos en tu estado, y aún así lo hicimos, tuviste a nuestros hijos, a nuestras pequeñas luces, pero... ¡Que es de todo sin ti! No puedo vivir sin ti, no puedo estar vivo sin ti, más aún así no quiero romper nuestra promesa, aquella que me te hice justo cuando te puse en la camilla, no quiero, ¡No! Y donaré egoísta pero no puede irse.

Nuevamente, aquella mañana que fui al hospital, me dieron la noticia que habías despertado, corrí emocionado a tu habitación viendo como habían medicos y enfermeras manejando sus monitores, ella junto al médico salieron con un rostro decepcionado, no lo entendí, solo me acerque y tome la mano de mi amado besando sus nudillos

Tenma Kyo... Quiero pedirte... A-algo...

Algo el castaño con dificultad, este se levantó asintiendo, a lo que esté dice

Tenma Cuida... De mis bebes... Yo no sé... Si podré seguir... Duele ahí abajo... Duele mi pecho... Duele mi sentido... De mamá al no... Conocer a mis bebes...

Kyosuse ¿Que dices?, parece que te estás despidiendo

El doncel sonrió llevando su débil mano a la mejilla del mayor regalandole una sonrisa

Tenma No creo... Poder aguantar... O bueno... No mi cuerpo... Sabes... Hay algo que... Nunca te dije... Yo pude haber... Soportado el parto... Pero... Tengo un tumor... En mi cerebro... No me lo diagnosticaron... A tiempo... Y creo que hoy... Puede hacer metástasis... Así que... Ve a casa con mis bebes... Dale un abrazo a mamá y a papá...

Kyosuke No, no, no, yo te sacaré de esta, déjame convertirte, déjame vivir toda una vida a tu lado, criar a nuestros bebés y llevarlos a ser grandes en el mundo, solo... No me dejes Tenma

Tenma Lo siento... Amor de mi vida... Te amo... Nos vemos... En mi otra vida... Así que no mueras... Volveré para ti...

Solo dijo eso... Solo eso para luego cerrar sus ojos a lo que su piel se volvía de un color pálido, se dejó se escuchar el típico sonido de los latidos del corazón de mi amado para volverse uno monótono y fastidioso, solté la mano de mi amado viendo como caía a la cama.

¡No!

No aceptare esto, como te vas y me dejas solo

¡Vuelve!

La oscuridad empezaba a apoderarse de mí visión, al tiempo que se volvía borrosa y acuosa, un hipido salió de mi boca, y para cuando me di cuenta ya estaba siendo sacado de aquella sala por mi padre que venía a hacer sus rondas, solté un grito con su nombre, mientras extendía mi mano hacia donde estaban los médicos tratando de traerlo de vuelta, aunque sabían que era imposible

¡Te amo!

Esa única palabra solo era para su amado, callo al suelo con sus manos cubriendo su rostro y descargando todo el dolor que sentía en ese momento, Shuuya se sentó a su lado abrazando a su primogénito dándole apoyo

Me dejó padre

Fue lo único que pudo decir antes de simplemente llorar como si fuera un pequeño niño que llora por qué daño un juguete o su madre salió a trabajar

¿Cómo te reconoceré en la otra vida Tenma?

Fue lo que su mente formuló, su corazón hecho trisas más aún así fuerte para sus hijos, debía seguir por ellos, y por la promesa a su amado

Ya verás, te encontraré, debes estar en alguna parte

*Saca diez cajas de pañuelos* vengan por sus pañuelos