C A P I T U L O III : "De eso se trata el amor adolescente".

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El paso de la noche fue cálido, en algún punto de esta el rubio se había estirado para cubrir ambos cuerpos con la frazada de color tinto que poseía, solo para volver a tomar la misma posición rodeando con su brazo derecho la cintura del pelirrojo mientras la izquierda serbia simplemente de almohada y su nariz volvía a hundirse en la calidez del cuello ajeno.

El sol comenzó abrirse paso entre las cortinas obscuras de aquella habitación, yendo de poco tal vez con miedo de romper el momento tan importante para ambos chicos como lo era compartir una noche llena de tranquilidad, tal vez con la misma o mayor importancia del uno para el otro.

Los ojos del pelirrojo se abrieron de manera lenta, encontrando sobre su cintura aquella mano que le rodeaba con recelo en ese preciso instante y que de ninguna manera planeaba soltarle, motivo por el cual se atrevió a sujetar con suavidad para removerla y poder levantarse, maldiciendo a los dioses por ello, malditas necesidades matutinas a las cuales ahora se estaba enfrentando, pero que no fueron motivo para que no lograra apreciar por unos cuantos segundos el rostro relajado del rubio al dormir.

Buenos días Blasty —Susurro para inclinarse a depositar un beso sobre la mejilla del rubio antes de sentir la cara estallar en un sonrojo sincero, ahora comprendía que como chica podía hacer ese tipo de cosas sin verse juzgado por los demás incluso sin verse juzgado por el mismo Bakugou y sin duda se había sentido como lo más liberador del mundo—

Con eso comprendido, se apresuró a salir de la habitación, fue a la propia, tomo algunas cosas y se marchó al baño para sus necesidades personales, aún seguía utilizando el baño de hombres, la mayor parte del tiempo esperaba que el rubio le acompañara pero había otras en las que tomaba el valor de ir solo y siempre salía mal, siempre terminaba acosado por mineta y claro esa mañana no iba a ser la excepción.

El silencio parecía reinar las duchas, estaba seguro de que lograría salir de esa ducha invicto por lo menos ese día, lavo el jabón que había sobre su cabello, sus manos fueron por la esponja para lavar el resto de su cuerpo y al ir sobre las piernas escucho una respiración, una que hizo que su piel se erizara.

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Sin embargo para el rubio fue algo distinto el despertar, sintió el calor del sol filtrarse por aquel hueco junto a su luz en la cortina, lo siguiente fue percatarse que el pelirrojo no se encontraba entre sus brazos, motivo por el cual soltó un suspiro algo frustrado que se perdió en la nada de su habitación.

Ni siquiera tenemos clases hoy —Renegó suponiendo que tal vez aquel pelirrojo había salido, con tranquilidad se puso de pie para ir a buscarle a su habitación, sabía que Mineta seguiría acosándolo, así que se había propuesto acompañarlo cuando fuera a bañarse y al no encontrarlo bajo a el comedor donde observo a varios desayunando— ¡Hey tu!, ¿sabes dónde está Kirishima? —Cuestiono a Kaminari quien sacudió la cabeza en negativa—

No lo eh visto —Respondió para recargarse en la mesa— ¿Pero como es que se te perdió si lo traes colgado como llavero a todos lados? —Aquello lo menciono con una sonrisa bastante amplia y burlona que solo hizo que se ganara una mirada de odio profundo por parte del rubio—

Mira maldita rata eléctrica —Exclamo para dar un par de pasos hacia el antes de sentir la mano de mina sobre su brazo—

Lo vi ir a las regaderas, porque no vas a ver si está ahí, porque tampoco eh visto a Mineta —Propuso la pelirosa con un tono amable para que el rubio no terminar por golpear o descargar al otro rubio—

Gracias —Fue lo único que dijo para dar la vuelta sobre sus pies y llevar su caminar hasta las duchas en busca de alguna señal de Kirishima—

Ah pero la vida se empeña en llenar de pena a los seres humanos, porque... de otra forma todo sería demasiado aburrido, la mano de Bakugou viajo hasta la perilla la manija de la puerta para tirar de ella y casi a la par de eso el pelirrojo grito tan fuerte que más de uno debió haber escuchado —¡Eres un maldito pervertido Mineta! — seguido de eso el rubio sintió como todo el peso de Kirishima choco contra el, llevándolo al piso, atrapando a su paso por la cintura para afianzarlo a su cuerpo, la sensación de humedad lo termino de superar debido al pelirrojo y su cuerpo desnudo contra el propio su mirada se enlazo por unos segundos con la de su contrario mientras sentía como el corazón de este se compenetraba con el propio en un latido desesperado, por un momento, esos segundos se volvieron minutos el mundo se comenzó a mover lento a su alrededor, pero algo como eso no podía ser perfecto, la mirada del rubio observo todo a detalle como un muy molesto Kirishima se levantaba tomaba su toalla y le terminaba por propiciar una bofetada a Mineta tan dura que le volteo la cara, bofetada que se ganó por haberle tocado el trasero , el rubio se levantó para decirle algo a Kirishima y solo termino por ganarse otra de esas bofetadas.

¡Eres un pervertido Blasty! —Le grito también para retirarse de ahí dejando confundido al rubio que no logro alcanzar a comprender que había pasado pues en sus pantalones tenía un problema que se formó al sentir el cuerpo del pelirojo sobre el propio—

Solo basto con perder al pelirrojo de vista para que girara a ver a mineta que continuaba sobando su mejilla

Pega duro pero lo vale es una chica salvaje—Aseguro con una sonrisa de lado a lado el de baja estatura —

Estas muerto maldito enano enfermo —Exclamo el rubio para tomarlo y explotarlo un par de veces terminando por meterlo en una de las tazas de baño como venganza por lo que había hecho—

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Aquella situación lo rebaso, su cara estaba roja cualquiera diría que del mismo tono que de su cabello, la toalla se abrazó a su cuerpo mientras la puerta de la habitación se cerraba y su espalda terminaba por recargarse contra esta.

¿Le, le gusto a Blasty?

Fue la primer duda que asalto la cabeza del pelirrojo que llevo sus manos a su boca para cubrirla en asombro estaba ansioso a ese punto, no podía siquiera imaginar que hubiera provocado una erección en él, estaba seguro que aquello se había formado mientras ambos estaban derribados en el piso.

Le gusto... —Repitió esta vez con una sonrisa en los labios— ¡Le gusto a Bakugou! —Grito con emoción mientras su corazón latía a mil por hora—

KISS ME HARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora