One Shots SatoSugu

Viaje en el tiempo

Una misión en conjunto para poder exorcizar a una maldición que se sospechaba era de primer grado debido a la enorme cantidad de desapariciones en la zona rural de Nagano. 

- Hubiese sido más fácil irnos en una de mis maldiciones. 

- Ew, no, que asco, quien sabe de donde la sacaste. 

- Se bañan más seguido que tú al menos. - Con un ligero mohín mencionó aquello a su compañero.

- ¿Qué estás insinuando Suguru? - La mirada molesta de Satoru se dirigió al de cabello negro. 

Este solo se limitó a ignorarlo siguiendo su camino aunque las quejas habían aumentado llamándolo también flequillo raro, otra vez, a lo que prefirió no responder nada pues sabía que Satoru entre más respuestas obtuviera a sus provocaciones más se extendería la discusión aunque la misma fuese absurda. Llegaron hasta la ubicación que les había dado el asistente que iba con ellos, invocaron la cortina y comenzaron a inspeccionar la zona pero no encontraban nada y el rastro de energía maldita era confuso. 

- En verdad no hay nada que nos pueda servir. - El sonido de unas campanas de viento lo pusieron alerta-. ¡Muéstrate! 

Una niña de kimono blanco con flores azules apareció frente a Suguru, invocó a sus maldiciones pero ella no se inmutó, solo movía sus ojos analizando a las otras maldiciones pero estas no reaccionaban con hostilidad hacia ella, ¿sería humana? 

- Los humanos jamás pueden ser sinceros y como no pueden existir dos tú al mismo tiempo, tendré que traerlo a esta época. - Se movió a una velocidad donde para los ojos de Suguru fue imposible de seguir y su pequeña mano cubrió la frente del poseedor de cabello negro-. Buen viaje, Suguru Geto. 

Fue entonces que todo el mundo para Suguru se convirtieron en luces blancas con un fondo negro moviéndose a gran velocidad, su espalda cayó contra algo o más bien alguien pues había escuchado un quejido al momento del impacto. Su cabeza le hacía ver como si estuviese mareado por lo que se levantó a duras penas. 

- ¡¿De dónde haz salido?! 

El chico de cabello rosa lo sorprendió de repente, era en demasía curioso pues daba vueltas a su alrededor como si de un curioso cachorro se tratase. 

- ¡También eres hechicero! Tienes el uniforme de la escuela. 

- Ah si, ¿tú quien eres? - Al fin pudo ponerse de pie y comprobar que estaba en la escuela-. ¿Me trajo aquí? 

- ¡Itadori Yuji! ¿Eres de Kioto? ¡Fushiguro, Kugisaki! ¡Encontré a alguien! 

En cuanto llegaron los otros dos chicos se pusieron en guardia, ambos con ojos muy grandes y analizando de arriba hacia abajo su persona, ese día muchas personas habían decidido que era buena idea analizarlo justamente a el. Los otros dos refugiaron tras de sí al chico llamado Itadori e intento hablar con ellos al menos para saber quienes eran, ¿había otros chicos de primer año? 

- ¡Llama a Gojo-sensei! 

- ¿Gojo-sensei? ¿Qué? 

El chico lo ataco con un Shikigami, la técnica de las diez sombras del clan Zenin, ¿un Zenin? También la chica intentó tomar algo de el aunque la había esquivado notando el muñeco de paja, ¿técnica vudú? ¡¿Quienes eran estos chicos?! 

- Bueno, bueno, ¿puedo saber que está sucediendo? Están muy alterados. 

- ¡Es un grado especial! - Kugisaki y Fushiguro respondieron con voz alta. 

- ¿Okkotsu, Yuki? - Cuando alzó la mirada su boca casi se abre de mera sorpresa e incluso se bajo la prenda oscura que cubre sus ojos-. ¿Suguru? 

- ¿Satoru? ¿Eres tú? - Iba a pronunciar palabras de alivio pero fue atacado por el albino y apenas pudo esquivar el golpe-. ¡¿Qué te sucede idiota?! ¡Soy yo! ¡Tu compañero!