Capítulo 19 (Completo)

2.2K 275 56
                                    


-Ya te advertí más de una vez que debes tener cuidado. Mucho más si es cerca de las pociones. Ya viste cuáles son las consecuencias cuando te descuidas, Laurel –reprochó Severus vendando la pequeña mano de la niña de cinco años que lo miraba con los ojos azules llorosos mientras sus labios temblaban levemente en un mohín.

>Bien, no llores –dijo más suave, secando con suaves caricias las lágrimas que resbalaban por las regordetas mejillas sonrosadas –No estoy enojado –indicó, sabiendo que ella lloraba más por haberlo enfadado a él al desobedecerlo, que por la quemadura en su mano –Pero la próxima vez… evita que haya una próxima vez –dijo en lugar de la advertencia que iba a darle. Realmente no deseaba que hubiera una próxima vez en esto, ya suficiente con esta oportunidad.

   Laurel le dio una sonrisa tímida, sus ojos azules aun llenos de lágrimas y sus labios vacilantes, haciéndola verse de esa manera tan tierna que Severus estuvo tentado de apretarle las mejillas, pero él no era un hombre que hiciera eso en realidad. No lo había hecho con Harrison en su momento, no veía el fin para empezar ahora… Aunque muchas cosas que no se permitió disfrutar con Harry estaba haciéndolo ahora con esta pequeña niña Laurel.

   Había que ver también que los casos eran diferentes; al principio había visto a Harrison simplemente como el hijo de la única mujer que amó y que perdió estúpidamente, y del hombre que le hizo un infierno sus años escolares, por eso fue que se perdió sus primeros años y sólo luego logró “reparar” un poco el vínculo entre ellos. Laurel, por el contrario…Simplemente no podía decir que fuera lo mismo.

   Severus se arrepentía de muchas cosas en su vida, pero el momento presente no estaba entre aquellas cosas. Aun cuando todavía debía caminar con pies de plomo para evitar que su secreto fuera descubierto y no terminar perdiendo a los que amaba.

-Ven aquí –dijo Severus, decidiendo salir de esos pensamientos para volver a concentrarse en su “problema” actual llamado Laurel. Laurel y las pociones, más exactamente, algo que no debían juntarse si quería que todo estuviera bien. O tan bien como se pudiera.

   La niña se subió a las rodillas del hombre sin dudar un solo segundo ante el llamado, apoyando su cabeza en el pecho de él mientras su pequeña mano ilesa jugueteaba con uno de los botones del chaleco.

> ¿Te sientes mejor ahora? –Preguntó Severus acariciándole el largo cabello rojo para apartarlo de su rostro. La niña asintió con la cabeza antes de cerrar los ojos, relajándose en los brazos que la sostenían – ¿Ya quieres dormir? Es casi hora de tu siesta, después de todo –la pequeña volvió a asentir, aferrando fuertemente el botón con el que había estado jugando previamente, en ese gesto que Severus conocía muy bien que significaba que no quería separarse de él y que prefería dormir (aunque un tanto incómoda) en su regazo más que en su propia cama. Severus se acomodó mejor entonces en el sillón para que ambos estuvieran cómodos, apartando luego la cadena con el dije en forma de hoja de laurel sobre el vestido de la niña para que no se le enredara en el cuello y terminara haciéndole daño; no tenía sentido intentar llevarla a su habitación cuando Laurel se aferraba de esa manera, ya lo había intentado una vez y sólo consiguió que luego tuviera que coser todos sus botones de vuelta. No valía la pena hacerlo otra vez. Y si era sincero, él tampoco quería separarse de ella.

   Severus la contempló por largo rato, acariciándole los cabellos rojos, el rostro de piel pálida y suave salpicada de pequeñas pecas principalmente en la nariz respingada; era toda una muñequita y él la amaba, tanto como ahora amaba a Harry pero antes no se había permitido hacerlo. Le dio un beso en la frente antes de apoyar la mejilla sobre su cabeza, cerrando los ojos para solo perderse en esa sensación de paz que nunca antes había sentido y podido disfrutar.

ADA(O)PTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora