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El anochecer se estaba haciéndose presente en el cielo y el joven de ropas grises se encontraba caminando por el sendero del bosque de trufula con dirección a su pequeño hogar; Once-ler no se había dado cuenta de la hora por haberse quedado en el pueblo reflexionando lo que le había hecho a la guardiana. Con las bolsas en sus brazos, Once-ler acelero sus pasos para llegar a la pequeña tienda y poder hablar con (tn) para poder aclarar las cosas.

A lo lejos se podía ver su hogar con las luces totalmente apagadas y sin una pisca de señal de los animales o de la peli-castaña.

- ¿Se habrá ido a su bosque? – la voz de Once-ler salió como un susurro preocupándose por la desaparición repentina de (tn); llegando a la entrada de su casa, abrió la puerta con cuidado dando paso a la oscuridad que emanaba dentro de aquella pequeña carpa, como pudo acomodo las bolsas de papel es uno de sus brazos para dejar su otro brazo libre y con ella poder prender la luz de aquella morada. Cuando la luz amarilla se hizo presente en aquella habitación, pudo ver a varios de los animales dormir en todas partes como siempre lo hacían, la mirada del peli-negro buscabas con ansías a la chica del vestido; pero, ni rastro de ella y ni del lorax se podían ver en aquella habitación.

Once-ler dio un suspiro desanimado para luego acercarse a la mesa que estaba al lado de la cocina y dejar las bolsas reposando en ella, guardo cada producto en su lugar con cuidado de no despertar a ninguno de los animales, para luego salir su casa y sentarse en el pequeño escalón que daba a la entrada de su morada.

"¿dónde estará?... solo esta su peluche y su vara de madera" fue lo que se preguntó once-ler al ver el bosque iluminado por la luz de la luna en donde observaba los árboles de frutos rosa, hasta que pudo observar a los lejos una silueta roja sentada en el pasto. Once-ler se iba a levantar para ir con la guardiana, pero al ver una segunda sombra de unos tomos anaranjados decidió anular la idea de ir por la joven (tn), por el motivo de no querer toparse con el lorax y querer hablar a solas con la peli-castaña.

Once-ler se quedó sentado en las escaleras de madera observando con determinación como la luna iluminaba a los dos guardianes del bosque, observada como (tn) movía por energía sus brazos mientras el lorax la observaba tratando de entender lo que estaba pasando.

Alejados del peli-negro se encontraba el lorax y (tn) hablando sobre el comportamiento que tuvo once-ler con ella, el cual el lorax sabía perfectamente por lo que el joven de ropas grises estaba pasando.

-A eso se le llaman celos (tn) – dijo el lorax observando como su pequeña peli-castaña se abrazaba así misma por aquel tema que la ponía triste. La joven observo con curiosidad al ser naranja pronuncias aquellas palabras que una de ellas no lo comprendió.

- ¿celos?... ¿que son los celos? – Al lorax le causo un poco de gracia ver cómo (tn) podía llegar a ser inexperta hasta inocente con respecto a los sentimientos, el lorax no pudo evitar sentirse mal por haber tenido a la chica en una burbuja alejada de la sociedad, pero él no quería que su pequeña (tn) fuera corrompida por el mal que llevada la sociedad.

- Los celos es lo que siente una persona cuando está enamorada... es un sentimiento que experimenta una persona cuando sospecha que la persona amada siente amor o cariño por otra – Dijo el lorax mientras se tocaba la barda amarilla para darle un poco más de profundidad al tema, haciendo que (tn) entrara en una burbuja de pensamientos sobre las palabras que decía el ser naranja que lo consideraba como un padre para ella.

"¿Once-ler sentía celos?"

"¿él está enamorado?"

Muchas preguntas empezaban a aparecer en la cabeza de la chica de ojos castaños, haciéndola dudar de todo lo que estaba pasando. (tn) estaba sumida en sus pensamientos hasta que la sensación de ser observada la distrajo, moviendo la cabeza para su lado izquierdo pudo ver una luz dorada saliendo de aquella "cabaña" en donde los animales se encontraban durmiendo, pudo ver a lo lejos a Once-ler sentado en la entrada mirándola haciendo un pequeño salido con la mano, lo cual ella lo ignoro y volvió a girar su vista en donde se encontraba el pelaje naranja del lorax. La mente de la guardiana estaba sumida en otro lado que no le daba tiempo de reaccionar a lo que pasaba a su alrededor.

Guardina del bosque (once-ler y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora