Capítulo 7 Inicios

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Los días fueron pasando desde aquella llamada. Durante el día Donají hacía voluntariado en un refugio de animales y por la noche se escabullía a gran velocidad por la selva con el fin de cumplir con sus entrenamientos dejándola exhausta la mayor parte del tiempo. Su cuerpo siempre dolía por el esfuerzo que realizaba y a ratos se quedaba dormida durante sus actividades, pero su entusiasmo no faltaba pues le gustaba lo que hacía.

-La plaga volvió aparecer- comentaba Yum con enfado mientras sometía contra el suelo a su aprendiz. -Es la quinta vez en el mes que llega un grupo tan grande, debemos movilizarnos de nuevo-.

-Y por eso te desquitas conmigo- bufaba levantándose con la cara llena de tierra y sudor.

-Solo te preparo para enfrentar lo peor, en algún momento tendrás que superarme- el dios llevaba días frustrado pues desde que se avistó a la joven venían grupos más grandes y preparados de caza que arrasaban con todo a su paso. -Tenemos que pensar alguna forma de hacer que no regresen- exclamaba mientras volvía a atacar velozmente a la joven que logro esquivar los primeros golpes.

- ¿Qué tal si matamos a quien los manda? - Preguntaba decidida y con una sonrisa en su rostro ante su esquive.

-Solo llegaría otro que se apodere del "mercado"- respondía con seriedad en sus palabras y rostro mientras tomaba distancia para atacar.

- ¿Avisar a las autoridades? - susurraba con incertidumbre en sus palabras mientras colocaba su mano en su mentón pensante.

-Ya lo intenté, pero solo aumentaron el turismo- atacaba con rapidez y más fuerza y ferocidad que antes buscando acorralarla de nuevo.

- ¡Mierda ¡- exclamaba mientras esquivaba los ataques sin obtener un resultado diferente a ella contra el suelo y mucho dolor de por medio. -Que incompetencia-.

El entrenamiento fue llegando a su fin sin llegar a un plan para erradicar la caza, la frustración se notaba en sus caras pues podían sentir el sufrimiento de las criaturas cada vez que los cazadores decidían recolectar su mercancía, sin piedad, sin respeto, sin justicia.

Los pensamientos de la joven analizaban posibles planes, pero siempre había algo que podría no funcionar hasta que recordó sus propios miedos: fantasmas, monstruos, demonios y otras criaturas que no podían ser explicadas.

- ¿Y si embrujados el bosque? - reía maliciosamente considerando su idea como la mejor que había tenido.

- ¿Embrujarlo? ¿Me viste cara de Merlín? - exclamó con algo de hostilidad y seriedad levantando una ceja ante la propuesta.

-Obviamente no podríamos, al parecer- susurrando lo último, -pero ellos podrían pensar que sí. ¡Piénsalo! ¿A qué le tienen miedo las personas? - exclamaba con entusiasmo ante su idea.

- ¿Animales venenosos? - respondía el otro.

-No... Bueno sí pero no es a lo que más se le teme- comentaba pensante. -Me refería a lo paranormal, castigos divinos y cosas que no logran entender. ¡Debemos matarlos de miedo! Si no podemos hacer que los dejen de mandar entonces haremos que ellos no quieran venir- sonreía con euforia y excitación, la idea de causarles miedo le encendía la sangre de la emoción, quería verlos correr despavoridos y suplicar por sus vidas a gritos, quería justicia, ojo por ojo, desesperación por desesperación, miedo por miedo, muerte por muerte.

- ¿Qué tienes en mente? - preguntaba intrigado con una sonrisa de la misma forma que ella mientras la miraba de reojo.

-Primero debemos confundirlos... ¿Hay alguna forma de hacer llover y provocar neblina? - cuestionaba al Dios pensante.

-Podemos invocarla, no será muy difícil si se trata de nosotros- respondía levantando la mirada al cielo despejado. - ¿Cuándo iniciamos? -.

-Ahora- respondió firmemente.

Donají: El Renacer de un GuardiánWhere stories live. Discover now