Capítulo 17

4.7K 575 43
                                    

Capítulo 17

Jueves 6 de febrero del 2020. Tarde.

Leslie no podía dejar de pensar en las palabras que había escuchado esa mañana y, mucho menos, en la aterradora verdad que representaban. Lo peor era que no sabía como sentirse al respecto. Una parte de ella, la que había escuchado sus historias, sentía una pena gigantesca por las hermanas y la otra, más dominada por el resentimiento, pensaba que cualquier cosa horrible que les hubiera sucedido antes estaba totalmente justificada.

No sabía para que lado tenía que inclinar la balanza y tampoco quería decidirlo. Lo único claro en su vida, al menos en ese momento, era que sentía una tristeza que no había experimentado hace varios días. No había visto a Venus en la casa, lo que no era nada para preocuparse, sin embargo su ausencia esa mañana la hizo sentir terriblemente desdichada.

Se resistía a creer que tuviera algo que ver con la repentina desaparición de Venus, después de todo era sabido que ella pasaba más tiempo fuera que en casa, pero eso no la hacía sentir mejor ni aliviaba el sentimiento de culpa que se alojaba en su pecho. Quizá había ido demasiado lejos esa vez, quizá tuvo que medir sus palabras, quizá debería acercarse a pedir disculpas.

Chasqueó la lengua y sintió la mirada de Carina sobre sí. Fingió no darse cuenta y se mantuvo cabizbaja, sosteniendo entre sus dedos a la reina blanca mientras se limpiaba el sudor de la frente con la mano libre.

Escuchar a Carina cantar siempre conseguía relajarla, sin embargo esa tarde fue la excepción: su mente era un lío y el inmenso calor solo incrementaba su dolor la cabeza. Sus pensamientos descontrolados la abrumaban, haciéndola sentir mal de todas las formas posibles.

Y no merecía estarlo. Ninguna de ellas era digna de su lástima, ninguna merecía su piedad, ninguna valía la pena. Eran malvadas —estaba segura— y habían matado a mucha gente antes, su propio tío incluido. Se lo repitió sin descanso, intentando convencerse de que tenía la razón, y que su posición estaba totalmente justificada por las crudas experiencias que ellas le hicieron vivir, pero nada de eso alivió las dolorosas contracciones en su pecho.

O, tal vez, el malestar que sentía significaba que también estaba siendo embrujada. Soltó una risotada por su hilarante, y lamentablemente posible, pensamiento. Casi al instante escuchó el sonido de algo caer sobre el suelo y un bufido de hastío.

—¿Puedes parar?

Leslie levantó la vista y encontró a Carina mirándola con el ceño fruncido.

—Sí, sí...

—¿Qué te pasa hoy?

Apretó los puños al instante, sintiéndose repentinamente irritada por la pregunta.

—¿Hay algo más que podría pasarme? ¿Es que aún hay otra cosa horrible que guardan para mí? —murmuró Leslie sin poder contenerse.

—Cálmate —dijo Carina con frialdad—. Ya te dije que no soy mi hermana y no voy a tolerar tus tonterías.

Leslie volvió a chasquear la lengua y miró a la ventana.

—¿Qué te pasa hoy? —repitió Carina.

—Nada.

—Ya.

Ella no insistió y continúo con lo suyo. Leslie le hizo compañía solo unos minutos más, hasta que el calor que sentía superó su paciencia y salió de la habitación en silencio. No podía saber la hora, pero suponía que eran las tres de la tarde. Lo confirmaría si encontrara a Adara, ella siempre parecía saber la hora exacta aunque no hubiera ningún reloj u otra manera de comprobarlo.

El bosque de las brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora