capítulo 3

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3🐠

Sovieshu se encontraba encerrado en su despacho rodeado de papeles recién firmados. A pesar del estrés, logró terminar todo a tiempo y se lo dejó al cargo de marqués Karl.De repente, escuchó un ligero ruido en la ventana. El marqués debía haberse ido, por lo que Sovieshu aprovechó para abrir la ventana y dejar entrar al majestuoso pájaro que estaba allí.

"Me alegra que hayas regresado, hermosa ave. Debes estar sedienta", dijo Sovieshu.

El ave negó con la cabeza, lo que impresionó a Sovieshu. Era como si fuera un viejo amigo o conocido con el que podía hablar sin ser frío o severo.

"Eres una ave extraña pero maravillosa. Tengo ciertas dudas con respecto a tu amo, debe ser alguien libertino e irresponsable como para dejar solo a un ave tan hermosa", dijo Sovieshu mientras el ave aleteaba y esparcía sus plumas por todo el lugar.

"Hey, cálmate", dijo Sovieshu poniendo su mano en la cabeza del ave para tranquilizarla.

"No voy a hablar mal de tu amo, pero a cambio, quiero que vengas más seguido. Antes de que amanezca, es agradable tener compañía que me escucha y no me reprocha mucho como el marqués".

El príncipe transformado en ave se sintió calentar su corazón cuando vio la dulce actitud de Sovieshu. Emprendió vuelo y se posó en la cama de Sovieshu. A pesar de que Sovieshu le pidió que no ocupara su cama, el ave se negó a moverse. Fue así como, acurrucado en la cama, Sovieshu se acercó al ave y comenzó a acariciar sus suaves plumas. En ese momento, el ave sintió una felicidad indescriptible y olvidó por un momento que era un príncipe con deseos de conquistar el imperio oriental. Sovieshu, sin embargo, tenía que atender varios asuntos al día siguiente, y no quería ser interrumpido por el ave durante su sueño.

"No seas terco y déjame dormir", le dijo a su pequeño compañero de plumas mientras lo sostenía en sus manos. Mientras el príncipe convertido en ave pensaba en el aroma dulce que emanaba de Sovieshu, ambos se durmieron en una paz etérea e inocente.

Aquella noche silenciosa, Sovieshu dormía plácidamente, pero sin su conocimiento, había un intruso observándolo. El intruso estaba disfrutando el tocar su rostro y divertirse cada vez que sovieshu hacía alguna mueca. Sovieshu siempre había sido conocido por su carácter de hierro y lengua de acero, por lo que el intruso no podía creer lo débil que parecía. El intruso comentó que parecía estar simulando ser fuerte para ser digno de su puesto, pero que, en realidad, era sólo una máscara que pronto se caería.


De repente, Sovieshu frunció el ceño, casi somnoliento, cuando Henley le cubrió los ojos y acercó sus labios a los de Sovieshu. Estaba a solo unos milímetros de distancia, y aunque Henley dudó por un momento, finalmente tomó la iniciativa y besó con ligereza a Sovieshu. Sovieshu se despertó al sentir ese tacto atrevido pero apesar de que trató de apartarlo, se vio acorralado en su propia cama, y poco a poco le faltaba el aire. Sin querer, abrió la boca, permitiendo que el beso se hiciera más apasionado y descontrolado. La lengua de Henley se movía sin parar, dejando a Sovieshu aturdido y sin aliento. Cuando estaba al borde de perder la conciencia, Henley finalmente se separó de él. Un delgado hilo de saliva y un fuerte suspiro se escaparon de la boca de Sovieshu, y temblaba sintiendo cómo su cuerpo se estremecía.

Al sentir cómo temblaba el cuerpo de Sovieshu, Henley decidió hacerle una broma, fingiendo una voz aún más gruesa y profunda habló

Enemigos [henley x sovieshu] Where stories live. Discover now