capitulo 22

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"Ayúdame, Dios, a tener paciencia para soportar el tormento que me causan mis hermanos, y a no preocupar más a mis padres. No quiero que ellos sufran por mi egoísmo y envidia", suplicó Athanasia mientras se encontraba de rodillas en el templo, desesperada. A pesar de sus fervientes rezos y su gran devoción, aún sentía una fuerte ira latente en su pecho.

Repentinamente, el sacerdote interrumpió sus oraciones: "Se te adormecerán los pies por estar tanto tiempo de rodillas", le dijo con gentileza.

Athanasia se sorprendió al darse cuenta de que no estaba sola en el templo. "Sacerdote", musitó, y se levantó, agradecida por su amable intervención.

"Eres muy sabia, pero aún así, solo eres una niña no tienes que estar tanto tiempo en el frío suelo", agregó mientras la ayudaba a que pusiera sus pies en el suelo.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Athanasia con una brillante sonrisa, ya que el sacerdote siempre sabía cómo hacerla sentir mejor.

"Soy el sacerdote, este es el templo, ¿por qué no estaría aquí?" respondió el sacerdote en tono de burla. Athanasia se rió al darse cuenta de su error: "jajajajaja lo siento, he estado muy distraída".

"Princesa, te noto decaída. Siempre vienes a rezar cuando algo te preocupa. ¿Otra vez el problema con los príncipes?" preguntó curioso el sacerdote, aunque ya sabía la respuesta, quería confirmarlo.

"Sí, cada día es más terrible para mí. No aguanto las bromas de mis hermanos, no puedo dormir, me siento ansiosa y asustada", respondió Athanasia con la mirada ensombrecida.

"¿Asustada?", preguntó el sacerdote para entender qué tan seria era la situación de la princesa.

"Apenas puedo comprender lo que me sucede. Siento esta sensación como si me quemara por dentro. Es como si odiara a mis hermanos y eso duele porque siempre los quise, pero no me agrada lo que me hacen", dijo Athanasia, triste y decaída.

"Es mucho peso para ti, princesa. Cada vez que sientas que te hierves de ira o que tienes algún deseo, ven aquí o ve a los jardines del palacio. El aire fresco siempre ayuda a relajar la mente y el alma. Eres una descendiente de un dragón, necesitas ser libre. Aunque jamás imaginé que tu madre, Lady Jasmine, fuese un dragón de sangre pura. Siempre fue bien recibida aquí. Al igual que ella, eres bienvenida. Recuerdo que tu madre era una mujer seria pero encantadora. Siempre veló por ustedes, siendo una fiera de carácter fuerte como el hierro. Me sentí muy mal cuando me enteré de su muerte", dijo el sacerdote, tratando de animar a Athanasia.

Athanasia al escuchar esas palabras venir del sacerdote pensó "No puedo evitar sentir una extraña mezcla de emociones al escuchar sus palabras, Sacerdote. Por un lado, me duele saber que usted no sabe la verdad acerca del Rey y su antigua vida como mujer; por otro, me llena de tristeza que su amor por Lady Jasmine nunca fue correspondido. Pero, sobre todo, me conmueve profundamente que nos tenga tanto afecto debido a nuestra similitud con la mujer que alguna vez amó".

"Lo siento, me distraje recordando el pasado. Al igual que tú, hay momentos en los que me pierdo y no sé qué hacer. Pero los momentos felices hacen que todo se calme y me ayudan a seguir adelante. Recuerda cuánto te aprecia la Reina Navier" , dijo el sacerdote, tratando de consolar a Athanasia.

"Es cierto, pero han pasado meses desde que no la veo", dijo Athanasia con una sonrisa triste.

"Su último embarazo fue difícil, Lupid es una tierra lejana y le será complicado venir aquí. Así que sé paciente, la Reina Navier pronto vendrá y podrán recuperar el tiempo perdido", dijo el sacerdote, dando ánimo a Athanasia.

Enemigos [henley x sovieshu] Where stories live. Discover now