VI

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Senku no tenía palabras para todo lo que estaba escuchando en ese momento, se sentía la peor mierda en el puto mundo.

-Después de darla de alta alguién mando un avión privado, para que se fuera a USA a estudiar y poco después a trabajar...- Hizo una pequeña pausa- Nos pidió que no dijéramos nada, que la diéramos por muerta a todos nuestros amigos, pero nunca pensé que trabajaría para tu enamigo.

-Entiendo sus razones- Soltó un gran suspiro- No te culpó, si Suika hubiera estado en el lugar de Kohaku también la hubiera apoyado sin importar qué.

-Sabes que la conosco desde niña, eres mi amigo pero, ella es parte de mi familia Senku- Se levantó de su asiento.

-No soy rencoroso había motivos para no hacerlo, se que fue un error y más saber que Luna fue la que los llamó y mando esa foto... -Aún recordaba ese momento. Estába borracho, solo quería calmar su dolor pero lo hizo de una manera que lo lastimó a él también.

-Lo siento por lo de... -Fue interrumpido.

-No es tu culpa, era una probabilidad de 1% que ésto pasará, la que está lastimada ahora me odia, te puedes retirar- Se dió media vuelta en su silla para ver hacía la ventana.

Estába oscuro pasaban de la 11:00 pm, escuchó como la puerta de su oficina se cerraba dando a entender que su amigo Chrome se estaba retirando. Bien se tenía que ir a casa pero como no podría dormir, sería mejor que algo de una bebida fuerte le quitará las ganas de pensar en todo este problema, sin más se retiró.




Varios días pasaron desde esa plática, ya no se aislaba como antes, ya estaba decidió a dejar de tomar por el bien suyo, sus amigos, familia y de la persona que lo odiaba en ese momento. Salió para tomar el autobús que lo llevaría a un lugar que solo él conocía y podría relajarlo, traía un suéter azul marino, pantalón negro, zapatos de vestir negros, su cabello iba amarrado en una coleta y sus mechones rebeldes alborotados. Está vez usaría un cubrebocas negro no quería llamar mucho la atención, más de su lista interminable de enemigos, llevaba sus ¡pods con una música un poco moderada.

No era de escuchar mucho música, desde que conocía a Kohaku se le había pegado la costumbre de escuchar las mismas playlist que ella. Ahora estába escuchando música romántica, si su yo de niño lo viera se sentiría jodidamente humillado por verse afectado tantos años. En fin en el transcurso del camino no se dió cuenta que cierta rubia se iba a sentar a su lado, no prestó mucha atención hasta que reaccionó.

La rubia iba con la mirada perdida en el caminó hacia aquel lugar, no se inmutable a que él estuviera a su lado. Se sintió cómodo de volverla a tener como en los viejos tiempos.


La rubia despertó de su agradable sueño, ya no se sentía mal, ni se levantaba a altas horas de la noche con lágrimas brotando de sus ojos. Sabía que era un buen día, pero su sonrisa desapareció al ver el calendario que estaba a su derecha.

"Otro mes"

Sin más se levantó para poder darse una ducha rápida, arreglarse e ir al lugar. Necesitaba ir antes de que fuera más tarde para ir a su trabajo, no desayuno solo tomó un bote de yogurt y se fue a la parada de autobús.

Llevaba un suéter negro, botas negras, un pantalón azul, su típica coleta de rebelde,traía una pequeña mochila,llevaba sus armas y artefactos para defenderse de cualquier patán. Se puso sus auriculares y se subió al autobús que estaba por pasar de largo, pero muy a tiempo para ella, se sentó a lado de una persona con cubre bocas negro. Iba pérdida en sus pensamientos, en todos estos años y también mirando el recorrido del autobús, no se había dado cuenta de nada.

-Que pequeño es el mundo... -Hizo una pequeña- ¿No, Leona?

Ésto la hizo voltear horrorizada, la persona que desde hace muchos años odiaba y trató de matar, lo tenía a lado se imaginó que tenía una sonrisa muy arrogante debajo de su cubrebocas, iba a hacer un movimiento pero fue detenida.

-Tranquila Leona... -Tomó la. Muñeca de su mano izquierda que iba a ser levantada, para sacar una de sus armas pequeñas que traía en su pantalón- Sabes que pasará si haces un movimiento en éste lugar tan concurrido, llenó de ancianos, niños, mujeres y hombres- Vió su rostro serio mirando a todos lados, era cierto que el autobús iba llenó por la hora pico, la mayoría iba a la escuela, hospital o trabajo.

-¿Qué haces aquí? - Apoyo su mano en su pierna, pero este no dejaba de hacer contactó con su piel.

-Supe... Lo de hace 10 años- Bajó su mirada.

Kohaku se quedó un momento en silencio, todo fue tan difícil para ella en estos 10 años.

-Se que no puedo enmendar mi error, si tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo y... -Fue interrumpido.

-Déjate de idioteces y dime, ¿Qué haces aquí? - Se vieron fijamente ojos azules y ojos rojos, era la primera vez que hacían ese tipo de contactó.

-Creo que tu respuesta esta en la siguiente calle-Se levantó para empezar a caminar a la puerta de salida y la rubia lo siguió.

Ella sabía exactamente donde estaban, era al lugar que iba con Senku cuando el estaba triste o cuando solo quería estar sólo, éso pasaba cuando peleaba con sus papás o más bien con Byakuya. Quién iba más seguido al espacio cuando estaban en secundaria, qué era cuando acababa de nacer su hermana Suika.

Y también era el lugar donde tenían algo en común, fue doloroso volver a pisar ese lugar, pero ahí estába el fruto de su amor.

-¿Cómo... Sabías dé... -Empezó a rodar una lágrima por su mejilla derecha. Dolía aún más porque la persona que más amo estaba con ella.

-Recuerdas cuando tratastes de matarme... -Hizo una pausa y caminó hacía el lugar.

-Sí... -Lo empezó a seguir con sus puños cerrados y conteniendose en no llorar enfrenté de él.

-Ésa noche fuimos a la mansión de Ryusui, mandó a investigar a todos los que trabajan para Xeno y entre ellos estabas tú, hubo una hoja que me llamó la atención y fue el abortó que tuvistes hace años- Hizo una pausa para caminar más adentró hasta llegar a un pequeño bosque, ése lugar solo lo conocían él y la rubia, llegando a un árbol de cerezo, la nostalgia llegó a ambos ya que fue ahí donde tuvieron su primera vez.

-Así que averiguastes donde lo enterramos Ruri-nee, Chrome y yo- Suspiro al ver que llegaron a una pequeña lápida.

-Cómo te comenté fue Ryusui, sólo quería venir a verlo- Sacó de su bolsa del suéter, mostrando una cajita de metal apretando u botón y sacando un ramo de flores.

Colocó las flores en la pequeña lápida, estuvieron ahí un buen rato Kohaku llorando y Senku no cambiaba su expresión sería, pero sus ojos estaban vidriosos resultado que se le escapará una lágrima, maldiciendose por dentro si hubiera sabido desde el momento, haría todo lo posible por él. Pero el hubiera no existe.

Después de un rato Kohaku limpió las pocas lágrimas que aún brotaban por sus mejillas y respirando profundo, se calmó y dió la espalda para retirarse del lugar, que le traía muchos recuerdos, pero fue detenida por él.

-¿Algún día me perdonaras? - Sentía el dolor en cada palabra.

-Éso aún no lo se Senku, recuerda para quién trabajo no debo enamorarme del enemigo- Lo miró fijo a los ojos, haciendo que ambos se perdieran los ojos del otro- Siempre lo haz dicho no, soy una Leona y tengo la misión de cazar a mi presa.

Se soltó de su agarré, dándose la vuelta dejándolo ahí sólo, como había estado estos últimos años. Pero había demostrado una hipótesis Senku ese día, aún la amaba desde el primer momento y veía lo nerviosa que se podía poner con un solo toque en su piel. Tendría que lidiar con la feroz Leona que tenía.

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