Venganza ilegal

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(SooYoung Pov)

YuRi solía decir que yo cuando estaba enojada daba miedo, pero sinceramente, siempre he pensado que una YuRi enojada es lo peor que puede pasarme, ella decía que yo me volvía menos paciente de lo normal, que solía golpear cosas o personas, cosa que aun hago, y que solía no escuchar nada de lo que me decía, que me volvía demasiado arriesgada y, sobre todo, tenía unos ojos que asustaban.

Pero a mí, sinceramente YuRi me aterraba.

Eran pocas veces en las que se molestaba, podía contarlas con una sola mano y me sobrarían dedos, pero cuando ocurría la YuRi normalmente alegre y relajada desaparecía, era distinto de anoche, cuando decidimos sincerarnos un poco entre nosotras, era distinto, ella no estaba enojada, era sincera, aunque se mantuviera en silencio, ahora su silencio asustaba, tenerla sentada a mi lado en el vehículo con la mirada fija en el frente, sin temblar en ningún momento, mientras marcaba con fuerza, sin mirar, el número que ambas sabíamos de memoria, el de JiYoung, lograba hacerme pensar que el pobre táctil del teléfono iba a morir.

YuRi siempre se mantenía en silencio cuando estaba enojada, pero su lenguaje corporal siempre decía si estaba furiosa, tenía la mandíbula tan presionada que se le marcaban las venas del cuello, si tocaba algo lo hacía con tanta fuerza que el objeto sonaba, y si hacia algún ruido me miraba tan duro que me recordaba a la mirada de ese hombre, pero YuRi no golpeaba a la gente, nunca golpeaba, disparaba, y ahora que tenía una pistola de balines metálicos no quería hacer ningún ruido.

La primera vez que vi a YuRi realmente molesta fue a los 10 años, cuando unos chicos atraparon a YoonA al salir de clases, en ese tiempo ella cargaba una resortera, aun la conserva pero no la llevaba encima, y cuando se me ocurrió detenerla de disparar, porque YoonA ya estaba fuera de peligro, me lanzo una piedra con tanta potencia que se me clavo en el brazo, y ya no quería que me disparara, porque siempre me disparaba, aunque me lo ganaba por meterme en medio de ella y su objetivo, pero me asustaba que no diferenciara a quien le disparaba, YuRi solamente se enojaba de esa manera cuando algo sucede con sus chicas, era como un toro listo para el rodeo, lista para atacar a cualquiera.

(YuRi) – SooYoung – Eso era otra cosa, YuRi enojada no decía apodos, había escuchado mi nombre desde los labios de YuRi unas tres veces, y nunca me acostumbraba, como tampoco me acostumbraba a verla tan tranquila en el asiento del copiloto, era como si su miedo se remplazara con rabia y eso solo me hacía entender que tan fuerte era su rabia – Cambia la dirección, vamos donde TaeYang.

Cambie de dirección de inmediato, no le había puesto atención a la conversación de JiYong con YuRi, pero definitivamente YuRi le había pedido algo, porque aunque JiYong fuera mayor, más experimentado, más respetado y más temido, YuRi era mucho más persuasiva, objetiva, y aunque a JiYong no le gustara, influyente, aunque YuRi tendía a utilizar los contactos de JiYong para la mayoría de las cosas que hacíamos, ella tenía miles de contactos en la calle, porque a diferencia de JiYong había vivido ahí, además JiYong y SanWyu ambos eran consentidores con YuRi, si YuRi les pedía algo lo cumplían rápidamente, así que no había manera que JiYong no la ayudara con lo que haría ahora.

El camino a la casa de TaeYang era completamente distinto a la casa de JiYong, él vivía en el edificio que estaba sobre el club, en el último piso, pero TaeYang vivía en la parte más mala de la ciudad, mientras el edificio de JiYong quedaba casi al inicio del barrio, lo bueno era que habíamos pasado tantas veces por ahí que nadie nos intentaba quitar el auto ahora, las primeras veces había sido difícil deshacerse de todos los ladrones.

No sabía si bajar del auto o no cuando llegamos, YuRi estaba molesta y cuando quería hacer pagar a quien tocara a sus chicas era un tanto drástica, su objetividad se nublaba solo un poco, en realidad demasiado, y solía a hacer cosas muy arriesgadas, así que no quería dejarla sola con TaeYang, porque probablemente las instrucciones para el chico eran darle a YuRi lo que le pidiera y nada más, si ella pedía balas reales él las tendría, pero tampoco quería acompañarla porque ella solía hacer esas cosas solas y me arrastraba a las situaciones, era simple, no nos metíamos con nadie que pudiera traernos un problema mayor, matones de la calle, algunos ladrones cualquiera, pero esta vez era algo superior, si la atrapaban el club nos pondría una sanción, porque estaría arrastrando peleas de club a la calle y porque la persona que quería atacar era influyente.

Perfecta ImperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora