Capítulo 10: "Lucy Weasley"

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-Buenas, mundo. Mi nombre es Lucy Weasley. Tengo 18 años, recién cumplidos, como mi hermana. Somos mellizas, pero no vayan a creer que nos parecemos, porque ni ahí... Mis padres son Percy y Audrey Weasley. -cada persona presente se quedó boquiabierta.

Esa chica que vestía íntegramente de negro y parecía tan explosiva, no podía ser hija del perfecto Percival, era imposible. Ella frustrada resopló.

-Oh, vamos. No me miren así! Qué creían que mi padre tendría hijas tan aburridas como él... Nooo. Bueno, sí. Pero solo una, y no soy yo. -sentenció firme y demostrando cuanto carácter podía llegar a tener.

Desde la mesa de las serpientes, un moreno se rió.

-¡¡¡Esa es mi pelirroja!!! -gritó desaforadamente, sorprendiendo a todos. Lucy lo fulminó con la mirada.

-No soy tuya, ni de nadie. Okey? -dijo con un tono serio- Que salgamos, no me convierte en parte de tu propiedad, está claro?? -Thom se rió y la observó profundamente. Percy no salía de la sorpresa.

-Que bonito carácter que tenés, Weasley. -le dijo con un tono muy seductor, que ella simplemente ignoró.

-Mejor callate, Zabini. Y no jodas más. -volvió a mirar a su padre que estaba en shock- Hey, pá! -éste salió del transe- Vas a decirme algo, o me vas mirar con esa cara todo el día. -se impacientó la pelirroja, Percy sonrió no muy convencido- Ay! Por las barbas de Merlín. Mirá, en mi tiempo no te fue nada fácil aceptarme como soy, e imagino que en este año cuando ni siquiera planeabas tenerme, mucho más. Pero mirá el lado positivo, tu hija más copada sacó el carácter de las mujeres Weasley multiplicado por mil. -la chica soltó una risita. A los gemelos y Ron les causaba mucha gracia que su sobrina fuera tan diferente a su hermano, y se reían a carcajadas.

Percy conocía a Audrey, eran compañeros de trabajo en el ministerio, era una mujer simpática, pero no con un carácter tan difícil, como el de Lucy. Estaba de verdad sorprendido, sin embargo, le sonrió a su hija para que continuara. Ella le sonrió y prosiguió.

-Me gradué de Hogwarts. Era un tremendo león, y fui Prefecta. Amo con todo mi ser al Quidditch, fui Golpeadora. Actualmente trabajo en el Departamento de Deportes y Juegos Mágicos con la tía Angie. -la mencionada se alegró al saber de que trabajaría, al igual que George y Fred, que se sintieron orgullosos de su amiga- Mi hermana, Molly, es igual a nuestra abuela Molly. -soltó una risita- Y yo soy mayormente parecida al abuelo Arthur. -éste le sonrió afectuoso, ella lo imitó- Siempre quise trabajar en la Oficina Contra el Uso Incorrecto de los Artefactos Muggles, pero digamos que la tía Angelina me consiguió una buena oportunidad, es una genia. -desde su lugar ésta le sonrió- Debo decirte algo terrible abuelo... Aún no descubrimos la función del patito de hule! -nadie además de todos los Weasleys y allegados a la familia rieron ante el comentario.

Aunque ambos se hicieran los superados, Thomas y Lucy se amaban con locura. Los que los conocían enserio, lo sabían bien.

Daphne Greengras se había quedado con una duda desde que se presentó su hijo y quería aclararla. Alzó la mano y su nuera le indicó que hablara.

-Tengo una pregunta... Cuando Thomas dijo que en unos años se casarían, era un chiste o iba enserio? -preguntó con mucho interés.

Todos notaron como Lucy se sonrojó por completo. El moreno codeó a su madre, también sonrojado.

-Bueno... No sé. ¿Por qué no le pregunta a él? -dijo nerviosa mirando a su novio, que le reprochó con la mirada.

-Umm... -el muchacho no sabía que decir, la pregunta lo tomó por sorpresa, pero sin embargo, era una duda que él también tenía.

Él estaba perdidamente enamorado de la pelirroja, sabía que ella también lo amaba, pero nunca habían hablado de casarse. Solo lo había dicho como un chiste, aunque en el fondo de verdad quisiera que Lucy fuera su mujer, no sabía como enfrentar esa situación en la realidad.

En silencio, se levantó de su lugar y caminó con paso firme hasta que llegó junto a su novia. Todos los veían enmudecidos, cuando Thomas, ante la mirada también estupefacta de Lucy, se arrodilló, sacó una cajita roja y la abrió, dejando ver un anillo precioso.

-¿Que haces, Thom? ¿Te volviste loco? -preguntó confundida la pelirroja.

-No, Lucy. -dijo él incorporándose y tomándole la mano- Yo sé que soy medio gil, a veces me la creo, y nunca voy a ser el hombre que vos te mereces, pero... ¿Me harías el honor de ser la señora Zabini? -ella quedó boquiabierta, de igual forma que los demás.

-Vos... ¿Lo decís enserio? -intentó corroborar Lucy como por si acaso. Él asintió sonriendo y mirándola fijamente a los ojos- ...Bueno, yo... -dijo tartamudeando la pelirroja- Con una condición... -

-¿Cuál? -y alzó las cejas nervioso.

-Que no me digan Sra Zabini, yo soy Weasley. Odio a los machistas que le dicen a una mujer por el apellido de su esposo. -aclaró con seriedad y el moreno rió.

-¿Eso es un sí, Weasley? -le dijo ya feliz el muchacho. Ella sonrió y asintió más sonrojada que antes.

-Sí, tarado. -todos agregaron a sus rostros una sonrisa- Me enamoré de vos cuando todavía eras un mujeriego insufrible, supongo que algún día también voy a superar tu idiotez. -soltó una risita para sí misma- A pesar de eso y todo... Yo te amo, Thom. -

-Yo también te amo, Lucy. -sin agregar nada más, se unieron en un apasionado beso y como era de esperarse, todos comenzaron a aplaudir y vitorear.

Se abrió la puerta del comedor, entró la morena que se había ido antes, y todos callaron. El moreno y la pelirroja se separaron y rieron.

-¿Donde estabas? No sabés de lo que te perdiste... -le comentó Lucy, y al ver la incomprensión en su cara- Tu hermano y yo nos vamos a casar. -

-¿¡Qué!? -gritó estupefacta- No me digas que por primera vez mi hermano se puso romántico y yo me lo perdí... -dijo lamentándose y volviendo a su lugar cabizbaja.

-Y bueno, jodete. Eso te pasa por irte. -miró a su papá y sonrió- Pobre mi papi, ya lo va a superar..., me seguís? -lo ultimo iba dirigido a su novio.

-Hasta el fin del mundo. -dijo riendo, pero hablando muy en serio.

-Que suba el azabache con ojos más lindos! -pidió la pelirroja y de la mano de Thom corrió hasta el lugar de su familia.

Todos los felicitaron y Percy mirando amenazante a su cuñado le dijo:

-Más te vale que sea feliz y la cuides. Porque sino mi otro yo te ahorca, está claro? -dijo con su mejor tono de asesino. Zabini asintió con genuino temor. Y Lucy, junto al resto, rió.

Un chico de mediana estatura, con cabello azabache y unos ojos verdes preciosos, hizo el sonorus y algo nervioso dijo:

-Bueno, magos del pasado. Mi nombre es... -

En el pasado..., por accidente!Kde žijí příběhy. Začni objevovat