(PERFECT SITUATIONS)
Sus tacones hacían un eco y un chasquido mientras caminaba resueltamente por el pasillo de la iglesia.
Hizo una figura elegante, con un vestido negro de luto muggle, con el cabello negro recogido hacia atrás con una única cinta esmeralda.
La iglesia estaba llena, completamente llena de gente de Hogwarts, el Ministerio, la prensa y el público en general. Afuera, miles más se reunieron para ver los procedimientos en pantallas encantadas.
Todos se reunieron para lamentar la muerte de un héroe y una leyenda.
Harry James Potter - muerto a la edad de diecisiete años. Era una edad tan temprana para morir, pero se las había arreglado para hacer más en sus diecisiete años de lo que la mayoría de la gente podría haber logrado en varias vidas.
Había destruido a Voldemort, no una, sino dos. La segunda vez le había costado todo, pero lo había hecho de buena gana, para derrotar a la persona que se creía imbatible.
Llegó al frente y fue detenida en su avance por los rostros enojados de las personas que alguna vez habían sido los amigos más cercanos de Harry: Hermione Granger, Ron Weasley y Ginny Weasley, su ex novia.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Siseó el Weasley masculino, los otros dos asintieron con la cabeza.
Ella los miró y suspiró suavemente. Eran tan predecibles. "Habéis dado vuestros discursos", les susurró. "Scrimgeour y los demás han dicho sus elogios; pensé en darles a estas personas un relato verdadero de Harry, de alguien que realmente lo conocía".
"¿Lo conocía?" dijo la mujer Weasley con desdén, manteniendo su voz tranquila. "No lo conocías."
Casi sonrió. Ella podría haber escrito sus respuestas. Miró a Ginny y susurró: "La Cámara de los Secretos y el diario de Tom Riddle". Se volvió hacia Hermione y continuó, "Pelo de gato y poción multijugos". Terminó con Ron. "¿Seguiste alguna araña recientemente?"
Ron se estremeció y los otros dos parecieron sorprendidos. Ella asintió con la cabeza y se dirigió hacia el frente, hacia el atril donde tantas personas ya habían presentado sus respetos al Niño que ya no vivía.
Miró el mar de rostros y se agarró con firmeza a los lados del atril. Podía sentir su varita en la parte de atrás de su vestido muggle y contempló ponerla a su alcance. Ella no lo hizo.
Eso habría sido un signo de debilidad, y ella nunca mostró debilidad en público.
La puerta de la iglesia se abrió de golpe y Kingsley Shacklebolt entró a trompicones. Vio que todos lo miraban y la miró directamente a ella. Hizo una mueca y tomó asiento en silencio, agitando la mano en tono de disculpa por interrumpir la ceremonia.
No fue realmente culpa suya. Había tratado de evitar que ella atravesara las puertas y se sorprendió bastante cuando ella simplemente lo congeló en el lugar y pasó caminando. El público se había separado ante ella, lo que le permitió un camino majestuoso hacia el frente de la iglesia.
Frente a ella, la primera fila a la derecha estaba formada por la familia Weasley, sus respectivos cónyuges y socios, y Remus Lupin.
A la izquierda estaban los profesores de Hogwarts, incluidos el director, Minerva McGonagall y Severus Snape, que habían sido absueltos del asesinato de Dumbledore después de su ayuda para encontrar los Horrocruxes, y del Ministerio, Rufus Scrimgeour con Percy Weasley a su lado.
Todos la miraban, preguntándose lo mismo. ¿Qué estaba haciendo allí y por qué no había empezado todavía?
Respiró hondo y exhaló lentamente.
