16|Objetivo logrado. 🔞

3.8K 408 181
                                    


⚠️Advertencia de contenido explícito.

No puedo creer que esté pasando y no, no es sueño, lo comprobé al llegar al edificio departamental dándome un fuerte pellizco en el brazo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No puedo creer que esté pasando y no, no es sueño, lo comprobé al llegar al edificio departamental dándome un fuerte pellizco en el brazo.

Debo admitir que nunca se me había planteado por la cabeza salir a altas horas de la noche para reunirme con la chica que me gusta, pero se trata de Ludmila González y quiero salir de mi zona de confort que me ha atado bastante. Se supone que ambos estamos bien. El alivio que se acumula en el pecho me da esperanzas de tener una oportunidad con ella.

Admiro su atrevimiento.

Sonrío contra sus labios mientras siento sus manos deslizarse por debajo de mi camisa, va tirando del dobladillo hacia arriba en un intento de apartarme la prenda de encima. Hago un esfuerzo por mantenerme paciente entre besos y caricias.

La estoy besando y me derrito por dentro.

—Quítate el pantalón —sisea contra mi oído y me da escalofríos —vamos a divertirnos.

—¿Ya?, ¿directo al grano sin hablar? —suelto una risita.

La morena me mira a los ojos enarcando una ceja, antes de que pueda averiguar lo que quiere transmitirme.

Abandona el colchón deslizándose hacia abajo donde queda arrodillada frente a mí, formo una «o» con labios al captar el mensaje. Mi visibilidad es casi nula al estar envuelto en penumbras dentro de la habitación.

—Hablas mucho, Arturo, no es que me moleste, pero ahora mismo quiero escucharte gemir —comenta llevando sus manos al botón —. Hace mucho que he querido hacer esto.

Ahora es mi turno de alzar las cejas.

Esta noche todo son fuertes declaraciones. Me siento abochornado.

Sonrío como un estúpido. Mis pantalones se transforman en un charco bajo mis pies.

—Bueno..., todo tuyo —señalo.

Su mano traviesa me masajea sobre la tela donde ya comienzo a ponerme duro, duele, ahogo un jadeo sin apartar la mirada de sus movimientos. Me observa con deseo ansiosa por probarme como si fuera un dulce o yo que sé, siempre me parece extraño comparar el pene con una paleta.

—Me veo con la obligación de decirte que tienes buenos dotes —comienza a decir con picardía al bajarme los boxers quedando expuesto —bendito sea lo que hay entre tus piernas.

Comienzo a reírme llevando una mano a la boca. Soy consciente que no estamos solos en el apartamento.

Lo que viene a continuación, es su mano tomándome desde la base, doy un leve respingo y tomo un puñado de las sábanas con ambas manos, Ludmila no espera un momento mágico, su mano comienza deslizarse de arriba abajo con lentitud. Todo mi sistema sufre un colapso de cosquillas.

Dímelo entre besos [COMPLETA]Where stories live. Discover now