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Sooyoung mordía sus uñas nerviosas. Tan nerviosa que parecía ya ni tener dedos.

La de flequillo buscaba con desesperación en toda su casa aquel peluche tan bonito para ella. El pingüinito que Jungeun le regaló para mejorar sus hábitos de sueño, para que lograse descansar mejor y evitara las patillas que le recetaron en terapia.

Pero Sooyoung arruinó eso y ahora se sentía malditamente culpable, con ganas de ahogarse con su propio vomito.

- ¡No está! -exclamó cuando se levantó del suelo. - ¡Sooyoungie!

- No lo encontré, Woo. -murmuró apoyada en el marco de la puerta.

Jiwoo se sentó en el borde de la cama, tallando sus ojitos con sus puñitos cerrados. Su mirada comenzó a colocarse borrosa, anunció sus lágrimas evidentemente. Su labio inferior tembló, sus mejillas se pusieron rojas, todo lo que creyó mejorar se estaba derrumbando en ese instante donde su pingüinito no apareció.

- Y-Yo lo cuidé mucho. -sollozó. - ¡N-No pudo desaparecer!

La de cabello negro tragó en seco, acercándose lentamente.

- Jiwoo-yah, no llores. -la que terminaría llorando definitivamente sería Sooyoung. - No me gusta verte llorar.

- E-Esas pastillas saben mal, no me gustan. -soltó entre hipidos.

La mayor se sentó al lado de Woo, rodeando su brazo en los hombros de la más bajita. Ésta ya tenía su piel húmeda, llena de lagrimas pequeñas que soltaba sin disimulo y Sooyoung estaba a nada de golpearse contra la pared.

Darse una cachetada, romperse un dedo, no sabía. Todos esos celos hacia el maldito peluche se convirtieron en preocupación, culpabilidad y tristeza.

Odiaba tanto ver a Jiwoo llorar.

Tenía que ser sincera, decir la verdad, de no ser así probablemente la menor lloraría todo el día y el siguiente, el que seguía y así casi toda la semana.

- Jiwoo, tengo que decirte algo.

Aquellos hipidos comenzaron a ser menos, pero esa mirada chocó con la suya dolorosamente.

- Y-Yo... -tragó en seco fuertemente. - Sé que me odiarás después de esto.

- ¿U-Uh?

- Yo hice algo... -mustió, descendiendo su mirada hasta sus dedos para comenzar a jugar con ellos. - Algo malo, Woo.

- ¿M-Malo?

- Es una historia un poco tonta. -murmuró apenada. - ¿Recuerdas qué la semana pasada estuve un tanto molesta? -Jiwoo asintió, limpiando sus ojos con las mangas de su suéter. - Realmente no estaba molesta, no contigo, estaba molesta con otra cosa.

Sin quererlo, sus ojos se vieron afectados por lágrimas pequeñas que deseaba soltar por la culpa acechando su mente.

- Estaba molesta con tu peluche. -confesó.

- ¿M-Mi pingüino?

- Es tan idiota, Jiwoo. Tan jodidamente imbécil lo que hice. -Sooyoung posó sus codos sobre sus rodillas - Que ahora me arrepiento mucho.

- ¿T-Tú...?

No logró terminar.

- Estaba celosa de ese peluche, debo de admitirlo, pero... agh. -soltó un quejido. - Ni yo lo entiendo, porque sé que es muy ridículo y tonto, pero siempre estabas tan apegada a ese peluche, lo llevabas a todas partes, se lo presentabas a todos, te veías tan feliz que me dije... "tú no podrás hacerla ni el doble de feliz". Porque quiero hacerte sentir todo lo que esa cosa de felpa te hace sentir. Hacerte feliz, hacerte reír, que me abraces tan fuerte como puedas, me quieras con toda tu sinceridad. Siempre he querido eso...

Jiwoo frunció su entrecejo.

- Tomé tu peluche, se lo di a Hyejoo para que hiciera lo que quisiera con el y así te olvidarías del pingüino, pero... jamás pensé que sería tan especiado para ti y te ayudaría tanto. -una pequeña lágrima bajó por su mejilla.

Sentía las emociones a explotar y el corazón le latía tan fuerte que quería darse contra el suelo de la habitación y no volver a levantarse.

Jiwoo debía de estar odiándola en ese momento.

- Me gustas mucho, Jiwoo. ¿Qué me gustas? Me encantas, podría decir libremente que estoy enamorada de ti como nunca me enamoré de alguien. Tuviste ese peluche para tu cumpleaños, comenzamos a pasar menos tiempo juntas, dejaste de abrazarme para dormir, siempre andabas abrazada a eso y... dejaste de tomarme la mano. Siempre me sentí muy insegura sobre lo que sentía por ti y jamás me di el valor para decirte lo que siento. Pensé que podrías conseguir algo mucho mejor que yo...

La mayor limpió su nariz.

- Y ahora que te hice llorar y soy una estúpida, sé que puedes conseguir algo mucho mejor que yo...

penguin teddy | chuuves.Where stories live. Discover now