💌Capítulo 11💌

51 11 73
                                    

Como si fuera poco, me elevó del suelo y me llevó hasta las duchas, abrió el grifo, dejando que toda el agua fría, caiga sobre mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como si fuera poco, me elevó del suelo y me llevó hasta las duchas, abrió el grifo, dejando que toda el agua fría, caiga sobre mí.

—Es un...

Enarcó una ceja de advertencia.

—¿Un qué? —cuestionó con una estúpida sonrisa.

—Un idiota. ¡Está haciendo frío! ¿Quiere que muera de hipotermia? —dije abrazándome a mí misma y temblando.

—Leyla, estamos a veintiséis grados ¿cómo vas a tener frío? —Miró para la izquierda, luego a la derecha con una expresión pensativa y risueña —. ¿Está nerviosa por mi presencia?

«Ay, no»

Di un suspiro.

—Dudo que el gran frío que siento ahora, supere su ego.

Tuvimos un momento de guerras de miradas.

—La camisa se me está pegando como una segunda piel. Es mejor que me dé un poquito de privacidad personal, si no quiere que malinterprete las cosas —dije, anulando todas mis ganas de temblar por el frío.

Él recorrió la mirada por todo mi cuerpo.

—Como si hubiera mucho que ver —comentó con el mismo tono que yo usé hace unos días.

Me quedé boquiabierta mientras él se retiraba del servicio higiénico.

Salí del baño con la chaqueta puesta de Axel para no estar chorreando y cubrirme un poco; Greyann me contó que se fue ni bien salió del baño, así que concluí que no le iba a importar si me llevo su chaqueta a mi casa, al fin y al cabo, creo que no...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Salí del baño con la chaqueta puesta de Axel para no estar chorreando y cubrirme un poco; Greyann me contó que se fue ni bien salió del baño, así que concluí que no le iba a importar si me llevo su chaqueta a mi casa, al fin y al cabo, creo que no volveré a verlo.

Le conté algunas partes a Freddie cuando llegó por mí; sabía que podía confiar en él; ha sido mi cómplice de mis escapatorias con Rodrigo. No creo que me delate. Además, tenía que explicarle el motivo de que esté totalmente empapada.

Al llegar a mi casa, tuve la suerte de no encontrarme con nadie. Por lo tanto, opté por darme una ducha y meter el uniforme a la lavadora, para después realizar algunas de las tareas, porque el año no se iba aprobar solo.

P.D. Simplemente te amo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora