La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADA

Capítulo 5

Evangeline Wright

—Hola —le respondí.

—Te llegó esto esta mañana poco después de que te fuiste —extendió su mano haciendo que viera una carta.

—Oh, muchas gracias.

—De-de nada —tartamudeó un poco y sin mirarme a los ojos se retiró del lugar, se veía un poco despistado.

Cerré mi puerta, dejé a un lado de la cama mi mochila y me quité los zapatos para poder leer la carta. No fue tanta la sorpresa cuando me di cuenta que era de mis padres. En ella venía redactado lo mucho que me extrañaban, que la casa se sentía sola sin mi presencia, pero que esperaran que mi estadía estuviera yendo bien y que los llamara en cuanto pudiera, los Malfoy no tenían teléfono, se me hizo extraño, pero me quedé con la idea de que les gustaba a la forma antigua; cartas. Tendría que comprarme uno.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unas voces que a mi parecer provenían de la parte baja. Sin colocarme los zapatos abrí la puerta y me dispuse a bajar, mientras más me acercaba las voces eran más claras, pude distinguir que una de ellas era la de Draco, mientras que la otra a pesar de ser de hombre no la reconocía, lo que significaba que no era de su padre.

—¡Tienen que irse, ella ya está aquí! —pude escuchar decir a Draco en un grito que parecía que en realidad quería susurrarlo.

—¡Oh vamos Draco tienes que... —el chico de tez morena dejó la frase en el aire cuando me vio parada en las escaleras de la entrada principal— ¡Hey, es ella! —alzó los brazos.

Vi como Draco me volteaba a ver y después devolvía su mirada al frente para soltar un suspiro.

El chico comenzó a acercase a mí— Hola, soy Blaise —me extendió su mano.

—Hola mucho gusto Blaise, soy Evangeline —le devolví el saludo.

—Hola yo soy Theodore, pero llámame Theo —detrás de Blaise apareció un chico de cabello ondulado y café presentándose.

—Si, si y yo soy Draco —dijo el dueño del nombre detrás de los muchachos— Muy bien ya se presentaron, ahora ustedes dos váyanse —se dirigió a sus amigos y utilizó un tono un poco sarcástico al principio.

—Descuida Draco, no los molestaré, yo iré a mi habitación a hacer la tarea, diviértanse.

—Primero que nada, no es tu habitación, te estamos dando alojamiento y segundo, te dije que no te creyeras tan importante para de alguna forma arruinar mis planes.

El ambiente se puso tenso.

—Oh no, no quería referirme a lo que entendiste, yo solo...

—Vete. —me interrumpió el rubio.

Me limité a solo mirarlo, me despedí de Blaise y Theo en un tono un poco audible y subí a la recámara. No voy a negar que me sentí un poco mal por cómo me habló Draco, no tenía que ser tan grosero conmigo, no creo que sepa que puede dañar a las personas con sus palabras. Así fue como mi día que parecía haber transcurrido perfecto, se estropeó.

Draco Malfoy

Estaba en el bar de mi padre que se encontraba debajo de la mansión, en compañía de Blaise y Theo.

—Pero enserio hermano, no debiste haber sido tan grosero con ella —dijo como por 5° vez Theo.

—Ya me quedó claro, ¿Sí? —respondí de mal humor.

—Sé que sigues molesto y frustrado por todo lo que pasó Draco, pero esa chica es el pase de tus padres y el tuyo para poder continuar su vida, no lo arruines, intenta controlarte aunque sea una muggle —Blaise se unió a la conversación.

—Mejor cierren la boca, ¿Creen que no sé cómo tengo que comportarme con ella? Soy consciente de que es nuestra salvación, pero no vuelvan a decir que sigo molesto y frustrado, eso es pasado, quiero olvidarlo, necesito hacerlo —sin decir algo más, dejé mi vaso en la mesita de centro y subí a la mansión.

La Guerra realmente me afectó, me sentía muy roto, hice cosas terribles que jamás me perdonaría, me odiaba realmente, me costaba ver el reflejo de mi cara porque sentía tanta vergüenza de ser yo en estos momentos.

Todas las noches tengo pesadillas, las cuales hacen que me despierte a mitad de la noche y me quiten el sueño, lo cual hace que en el día este un poco despistado.

Me sentía muy solo, tenía a mis padres pero no quería hablar con ellos, jamás lo he hecho y ahora me siento extraño haciéndolo, no quería mostrarme frágil ante mis amigos, lo cual hacía que solo me quedara desahogarme conmigo mismo, llorando, haciéndome daño, parecía que poco a poco me hundiría en el alcohol, la verdad es que no me importaba nada.

En especial estaba tan cansado de que mis padres me mencionaran a cada rato que necesito conseguir esposa.