Capítulo 32

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Draco Malfoy

En el camino de regreso a la mansión, Vange estuvo más callada de lo habitual.

Íbamos caminando por el jardín, cuando tomé el valor de preguntar.

—¿Qué te ocurre? ¿Por qué no estás saltando de felicidad por Margot y Blaise?

—Bueno, ya sabes, pasó hace unas horas, festejé con ellos, estoy cansada —no me convenció, lo dijo de una forma en la cual parecía estar cuidando cada palabra que decía.

Detuve nuestra caminata para hacer que me mirara— Hey, dime qué ocurre.

Tardó un poco en hablar, parecía estar teniendo un conflicto con ella misma, entre si decirme o no— Pasa que hicieron que me diera cuenta de qué tal vez tú y yo vamos muy rápido.

Oh no.

—No me mal entiendas, me encanta el ritmo que estamos teniendo, me aburre cuando algo, lo que sea, va lento, siento que pierde la emoción, el interés. Pero no sé si a ti te gusta.

Oh sí.

—¿Por eso estás así? ¿Te preocupa que me parezca todo demasiado rápido? Vange, amo el ritmo que tenemos, tranquila.

—¿Seguro? Bueno, ya hasta estamos buscando casas para irnos a vivir juntos, muchas personas creerían que para tener 17 y 18 años, es muy pronto esta decisión.

—Corrección, primero; en pocos días cumples 18 y segundo, ¿qué tiene? No nos importan esas opiniones. Claro que a menos que no te sientas cómoda con esa decisión.

—Sabes que muero de ganas por vivir contigo... A solas.

—Entonces no tienes porque temer. Tú quieres esto, yo quiero esto, ambos nos queremos, tenemos dinero y es lo único que importa.

—Tienes razón —me abrazó— Ahora solo falta que me pidas matrimonio.

Sabía que lo decía de broma, pero escuchar esas palabras de su boca hicieron que me tensara.

—Dios, Draco tranquilo, lo decía de broma —rio con nervios.

Me quedé callado.

—A menos que... ¿Draco? ¿Sabes que lo dije de broma, no?

—Sí, lo sé —soné un poco apagado.

—¿Entonces por qué te pusiste así?

Volví a guardar silencio.

—Draco, por favor no te quedes callado, me pones los pelos de punta... No me digas que...

Puse una sonrisa angelical.

—Dios mío —se soltó de mí, pasó sus manos por su frente y resopló.

—Vange, Vange, tranquila, lo pensé sí, pero ya no lo haré.

—¡¿ME IBAS A PROPONER MATRIMONIO?!

—Sí, ese era el propósito, pero ya no, solo respira.

Nuevamente tardó en hablar, tenía miedo de que me cacheteara por la estupidez que pensé.

—Vange, ahora eres tú quien me pone los pelos de punta, por favor dime algo.

—Yo... Draco, escúchame... Me encantaría casarme contigo, sí, pero sinceramente no es algo que me gustaría hacer con 18 años, en unos cuantos años claro que lo haría si me lo preguntas de nuevo.

—Míralo de esta forma... —me hinque en una rodilla, tomando sus manos— Evangeline Wright, ¿te comprometerías a comprometerte?

—¿Qué? —frunció el ceño.

—Sí, no nos estamos comprometiendo del todo, solo lo estamos haciendo para que en unos años lo hagamos de manera oficial.

—Cuando creo que no puedo quererte más, el universo parece decirme que sí puedo y hace que digas cosas como estas —sonrió, lo cual era buena señal— Draco Malfoy, acepto comprometerme a comprometerme contigo.

Me incorporé, tomé su rostro y lo junté con el mío para besarnos.

—Ya sabes lo que dicen; el amor es lo más cercano a la magia, y es increíble que me hagas sentir aquello, sin poseer ni una gota de ella.

Entramos riendo al vestíbulo, al subir las primeras escaleras y llegar a la sala de estar, pude ver a mis padres ahí.

—¡Hijo! ¡Evangeline! ¡Que alegría nos da verlos! —mi madre fue hacia nosotros y nos abrazo.

¿Qué rayos?

—Se les extrañaba aquí. —habló mi padre.

Nuevamente... ¿Qué rayos? 

—Solo nos fuimos por unas horas, no exageren —dije de mala gana.

—Draco, amor, no iniciemos discusiones... ¿Quieren cenar algo?

—No, muchas gracias Narcissa, acabamos de comer... Bueno, al menos yo no quiero comer, no sé Draco —Vange dijo con amabilidad.

—Yo tampoco quiero comer —no despegaba mi mirada de la de mi padre— ¡Por cierto! ¡Tenemos noticias! Evangeline y yo nos comprometimos, buenas noches.

Jalé a Vange conmigo y subimos las escaleras lo más rápido que pudimos. Ella parecía una muñeca de trapo por como la estaba arrastrando.

No me apetecía pelear con mis padres, acababa de tener un maravilloso día y no permitiría que lo arruinaran.

La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora