|5. Bad idea, yeah|

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[𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒞𝒾𝓃𝒸𝑜]

El siguiente capítulo contiene escenas +18 y lenguaje inapropiado.

Se recomienda discreción.

Mara.

Los besos se profundizaron, Sam me llevo lentamente dentro de la habitación. repasando los pros y los contras de lo que estaba a punto de hacer, me armé de valor y comencé a quitar la camiseta de Sam. Este último, gustoso, me facilito el trabajo quitándose la camiseta de un solo tirón. La desesperación era demasiado palpable en ese momento. Los besos húmedos que Sam me brindaba eran enloquecedores, sus labios son muy suaves y siento desfallecer cuando pasa sus manos por encima de mi escote.

Con torpeza caemos sobre la cama, entre besos y risas, tumbo a Sam sobre su espalda, mientras que me posiciono a horcajadas sobre él. Con desespero, quito el cierre del vestido y lo saco por encima de mi cabeza. Sam no pierde tiempo y comienza a besar mis senos. El sostén dura poco, pues él, con una habilidad fascinante, desabrocha mi sostén y deja mis senos expuesto. Nunca me había gustado el hecho de que besaran o chuparan mis senos, pues muchas veces Gustavo lo hizo y no me agrado la sensación, pero ahora era completamente distinto. Sam lamia y trazaba círculos en mis aureolas con una delicadeza, pero a su vez, me brindaba ligeras mordidas, las cuales mandaban ondas que electrizaban mi sistema.

—Esto se siente bien. —jadeo. —Bastante bien.

—Y esto no es la mejor parte. —murmura Sam, separándose un poco de mi seno.

Me estremecía en cada mordida y lametón que él me daba. Retire su rostro de mis senos, tomo su rostro entre mis manos y beso sus labios. Mordía y saboreaba su labio inferior, dejándome llevar por el deseo y la lascivia que rodeaba el ambiente. Sam cambio de postura, ahora siendo yo quien estaba tumbada sobre mi espalda. Sam se separó de mí para quitarse los vaqueros y rebuscar algo en su bolsillo trasero. Al rebuscar, saco un envoltorio plateado. Por supuesto, casi olvido ese detalle.

La gente urgida no piensa mucho.

Creí que Sam mantendría su bóxer puesto, pero estaba muy equivocada, Sam se bajó el bóxer, dejando ver su gran miembro. ¿Cómo podía caminar con esa cosa entre las piernas? Me sorprendió bastante la medida de su miembro. Eso debía doler y más a mí, que no tengo la suficiente experiencia en esto como para meter un pene del tamaño de un pepino en mi vagina.

—¿Te duele? —inquiero señalando su pene.

—Me duele porque aún no estoy dentro de ti, bonita.

Sam desgarra la envoltura del preservativo y lo acomoda en su miembro. Esto me parece ya familiar, pues Gustavo también se había puesto el condón delante de mí y me quede totalmente atenta de cómo lo hacía, Sam no lo hace muy diferente.

Es porque solo hay una forma, tonta.

Profirió un gemido cuando termino de ponerse el condón, ese sonido era adictivo. Era ligero, pero grave y cargado de placer. Después, procedió a tomar la parte de arriba de mis panties y jalarlos de a poco hacia abajo. Dejándome totalmente expuesta. Con su mano izquierda masturbaba su miembro y sin dejar pasar un solo segundo, con su mano libre, me tomo de la cadera, jalándome hasta el filo de la cama, abrí las piernas para él, dejando que viera lo mucho que me gusta.

Sam pasa un su dedo índice en mi intimidad, paseándolo de arriba hacia abajo. Logrando que con su tacto me estremeciera cada vez más, no podía negar lo mucho que me gustaba su tanto en mí. Quería que todo lo vivido hoy se me olvidara y vaya que lo estaba logrando. Mi mente solo se centraba en lo bien que se ve Sam desnudo y lo mucho que me gustaría que me follara.

El Mejor Amigo de Mi Novio |NEW VERSION|Where stories live. Discover now