ovni ➳ a.i [pausada]

tres

—Entonces ¿quieres decir que lo que vimos no fue un ovni, sino un drone? —preguntó Ashton en lo que caminaban hacia la universidad.  

—¡Al fin alguien me entiende! —farfulló ella levantando sus manos hacia el cielo.

Durante la noche, y luego de volver de aquel viaje temprano en la mañana, meditó lo sucedido. La joven continuaba sin asumir que había presenciado un fenómeno de tal magnitud. Parecía una completa locura.

—En ese caso alguien lo debió haber manejado con un control remoto, y estoy consciente de que ninguno de nosotros lo hizo —explicó de forma racional puesto a que sus compañeros estaban lo suficientemente embobados con el avistamiento como para preocuparse de otra cosa.

—Vamos, no trates de derribar mi teoría —se quejó haciendo un berrinche en lo que se adentraban en aquel lugar.

—No intento derribar tu teoría, al contrario, sé lo que vi. Ambos lo vimos —corrigió sus últimas palabras mientras Avery rodaba los ojos luciendo harta de la situación.

Ashton bufó, para luego correr hacia un grupo de chicos que observaba atentamente la pantalla de una laptop. A su amiga no le quedó otra opción más que seguirlo y unírseles con desgano.

El vídeo que se reproducía era nada más y nada menos que de un ovni sobrevolando en la ciudad, a lo lejos se oían los gritos ansiosos de las personas que luchaban por captar la "maravillosa" escena.

—Siento entrometerme, pero dudo que haya sido real —comentó Avery con una sonrisa burlona.

—Eso es lo que dices ahora —respondió uno de ellos.

—¿A qué te refieres? —preguntó confundida.

—A Nori le sucedió algo parecido —se encogió de hombros.

—¿Quién es Nori? —frunció el ceño debido a la confianza con la que le hablaba el joven.

—Es su hermana —susurró Ashton cerca de su oído.

—Ella no creía en los fenómenos sobrenaturales, sin embargo, se mantuvo un buen tiempo desparecida. Todos buscábamos alguna explicación de su partida, hasta que vino contándome que había sido abducida por una nave espacial —narró con su vista perdida en un punto del árido suelo.

—¿Abducida? —él asintió y la chica soltó una estruendosa carcajada.

—No te confíes —su rostro no demostraba gracia por la situación.

—Eso no significa que vaya a sucederme a mi también —se defendió Avery con la mirada de su amigo puesta en ella.

—Todo puede pasar —murmuró él provocando que rodara los ojos por enésima vez en el día.

No importaba lo que sucedería en las próximas horas, Avery no cambiaría de opinión.