A R I E L A R E C H I G A
Suspire con pesadez.-Siéntate en el piso, quiero que habrás tu regalo cuando estemos solo, es algo más de pareja.-Hablé mientras que comenzaba a buscar la caja que había comprado y yo misma decorado para mi novio, el muy obediente me hizo caso mientras que me veía.
-¿Pues que es?-Me preguntó. Sentía como mi corazón se aceleraba, había llegado uno de los días que estaba esperando con mucho amor y cariño, el día de decirle a mi novio que estaba esperando dos bebes de el.-¿Calzones? ¿Lencería? ¿O que es para que solo lo podamos ver nosotros?
-Ahorita veras.-Saque mi celular de mi bosillo y tome la caja, Ovidio puso entre sus manos dos bolsas de regalo, y después me miró.-Yo se que te gustará.
-Yo no se si te gustará lo mío, no soy muy bueno para los regalos, princesa.-Murmuró mientras que me veía levemente y después rascaba su nuca.-Pero los elegí yo, estuve como cinco horas en el centro comercial por que no me decidía.
-Estoy segura de que me encantaran.-Hablé y me senté sobre el piso. Anoche los niños habían abierto los regalos de ellos, y hoy eran las cuatro de la tarde y hace una hora nos habíamos levantado.-Gracias por todo, amor.
-Ay mi Princesa, tú no tienes nada de que agradecerme.-Me crucé de piernas. Debido a que traía puesta la ropa de Ovidio, traía puesta una de sus camisas con un cinto como vestido, a el igual que unos tenis que tenemos iguales, por que andamos de twnis hoy.-Yo soy el que te adora con el corazón bebé, eres mi sol en medio de tanto caos.
-Y tú eres el amor de mi vida.-Hablé nerviosa mientras que movía mis manos. No sabía cómo reaccionaran mis tíos cuando supieran que estoy embarazada de Ovidio, y que son dos bebes los que traigo en mi vientre.
Anoche salimos peleados con ellos por que Alfredo fue con el mitote de que escuchó ruidos raros de las caballerizas, y ahora no me quieren hablar por más que hago el intento. Igual me valió y Ovidio y yo nos quedamos en el cuarto juntos después de esto.
Suspire mientras que tomaba su mano.-Primero que nada, quiero que sepas lo mucho que te amo y la magnífica persona que eres, Ovidio, de verdad quiero pasar mis días a tu lado. Aunque a veces los dos nos celemos mucho o nos peleamos por simples cosas.-Hice una pausa.-Ayer no sabe lo mucho que me emocione cuando le dijste a tu sobrino..
-Nuestro.
-A Jesus que yo era el amor de tu vida.-Sonreí ampliamente.-No soy perfecta, pero te amo con todo el corazón así como eres, no hace falta que cambies nada y.. quiero que sepas eso antes de abrir esto.-Suspire y lo mire, para después entregarle la caja color madera con un moño azul con una etiqueta que decía para mi Ovidio.-Te amo.
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Cicatrices | Ovidio Guzmán | TERMINADA
RomanceNo ahí cicatriz por brutal que parezca, que no encierre su belleza. Una historia puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin. Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria. Un remate perfecto que nos sana dañándonos. La forma...