LONDON BOY,, one shots (TERMINADO)

TRES ━━ ENTREVISTA

LONDON BOY 💐🧸

¿Cómo se conocieron los dos?

Miraste a Louis esperando a que terminara de leer la pregunta. Presionaste los labios en una delgada línea, pensando en la primera vez que se habías conocido a el chico que tenías sentado junto a ti.

—Uhm, este idiota se estrelló contra mi en el parque de skate.—señaló con el pulgar a louis, quien comenzó a sacudir la cabeza de un lado a otro.

—Siempre cuentas la historia mal.—su cabeza todavía temblaba, mientras el tiraba de su labio inferior con los dientes.—mira, nos conocimos en Brooklyn y derramaste tu café sobre mi.

—No, porque nos conocimos en londres.

Comenzaste a pensarlo, preguntándote si alguno de ustedes realmente recordaba la primera vez que se habían conocido.

—Ese parque de skate estaba en londres y derrame el café en un momento completamente diferente.

—Nunca nos conocimos en un parte de skate.—murmuró louis.

Todos los observaban con diversión desde detrás de las cámaras, los fans no eran los únicos que disfrutaban verlos pelearse, también sus compañeros de trabajo, hasta millie, quien era una amiga en común entre ambos. Todos insistían en que si peleaban tanto era porque se gustaban, aunque louis y tu simplemente lo hacían porque si, no se llevaban mal, pero estaban seguros de que no se gustaban.

—Sí, lo hicimos.—argumento, para luego darle una mala mirada.—Se que lo hicimos porque todavía tengo una cicatriz de tu patineta.

—No, no, no, tienes es cicatriz de un momento diferente, cunado estábamos con mi hermana.—vuelve a hablar, encontra de tu historia.

—Bueno, eso es una cicatriz diferente.

—¿Cuáles son esas cicatrices? Enseñalas entonces.

Tu rostro se retorcía, inclinándose hacia adelante con una ligera confusión cuando Louis le había apuntado hacia tu pierna con su mano, donde se veía mucho donde había cicatrices de su verdadero primer encuentro. Entonces fue su rostro, lo que te hizo saber que se había dado cuenta de la verdad, ustedes dos se conocieron en un parque de skate, a el simplemente no le gustó estar equivocado. Nunca le gustaba, y cuando lo estaba odiaba admitirlo. Y cara se expandió en las mejillas con una sornisa que vino acompañada por un dedo acusador apuntando hacia el.

—Tenia razón.

—¿Qué?—se burlo, una culpable boca abierta se extendió a través de su rostro.—No, no la tienes.