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El fin de semana pasó más rápido de lo que creí, Genya y yo nos fuimos en autobús para ir a la academia ya que quedamos en vernos con los chicos más temprano de lo usual (como cada lunes).

No quise despertar esta mañana sin antes darle un beso a Sanemi de despedida pero estaba dormido profundamente que lo dejé descansar hasta que sube su alarma en unos momentos.

—Mi hermano si que te dejo marcas muy visibles —dijo el pelinegro arreglando la corbata de mi uniforme.

—Debes ver las que dejé en su cuerpo, no iba a quedarme de brazos cruzados. —Me carcajee al ver su cara de espanto—. No te pongas así, además, deberías estar feliz.

— ¡Claro que lo estoy! Estoy feliz por ti y por mi hermano, pero solo no quiero que salgan lastimados o algo por el estilo —suspiro—, ambos son muy importantes para mi y no quisiera que llegara el día en que tuviera que decidir por defender a uno de los dos.

Mire al frente un momento, a dos puestos de nosotros había una pareja joven con un bebé riendo animadamente.

Las palabras de Genya tenían sentido y ver a esta pareja contenta me hizo pensar seriamente si nosotros llegaremos a alguna parte o si solo es un simple juego lujurioso por ambas partes.

—Odio cuando tienes razón —dije en voz baja terminando la conversación.

(...)

Tanjiro, Zenitsu e Inosuke tenían el mismo escándalo de siempre. Kanao y Aoi debatían sobre quién llevaba las cosas para el proyecto que necesitamos hacer mientras que Genya platicaba con Sabito sobre el suyo mientras que yo me mantenia lejos de toda conversación.

Está hora de receso es bien larga a mi parecer, la platica con mi mejor amigo no dejo mi mente hasta estas horas de clase, tiene razón en todo. Eso no puedo negarlo.

—Chicos ya vuelvo —dije, me levante de mi asiento llamando la atención de mis amigos hasta que salí en busca de la otra persona que soporta todos mis males y berrinches.

Camine ignorando todas las malas caras a los salones más arriba, sé que media escuela tiene infinidades de rumores por culpa de la profesora de Biología pero no es mi culpa, ¿o tal vez si? ¡Ya no lo sé!

Aprete mis manos dentro de mi suéter al igual que mis dientes. Abrí la puerta llamando la atención de la clase, los chicos me veían y uno de los amigos de Muichiro le pego en el hombro para que bajara la cabeza de las nubes como normalmente anda en horas de receso.

El pelinegro me miró levantándose de su asiento, me agarro de la mano guiando nuestro camino escaleras arriba para que nadie más escuchara nuestra conversación.

(...)

— ¿Entonces Shinazugawa-sensei aceptó tus sentimientos?

—Y lo peor de todo es que siento que estoy arruinando su carrera —dije melancólica sorbiendo mis mocos.

—Ya deja de llorar —habló crudo limpiando mi cara con una toallita—; sé que Genya tiene razón en un punto, pero si sigues llorando no resolverlas nada.

— ¡Ay! —Me queje, golpeó mi cabeza con su mano.

—Calma tus nervios primero, no se llevan muchos años pero aún así es ilegal porque no eres mayor —suspiro—. Tienes diecisiete años, en un año serás mayor de edad, así que no te ofusques por eso. Solo tienes que usar la cabeza, siempre y cuando tengan el permiso de tu familia todo estará bien.

— ¡Tienes razón! —Exclame levantándome del banco, estamos en el techo hablando sobre todo— ¿Pero qué voy hacer con Kanae-sensei? Los últimos exámenes me los ha reprobado, los rumores siguen creciendo y tengo la sensación de que no es todo lo que tiene para mí.

Sanemi-sensei.Where stories live. Discover now